PRISIONERA DEL DOLOR.

Los días pasaron y la boda de Agustín con Karen estaba próxima tan solo quedaba una semana, esto lleno de curiosidad a Thomas quien descansaba al lado de Luisa después de una jornada de sexo, parecían conejos fallando en toda la casa excepto cuando Lucía estaba allí pero se las ingeniaban para quedar solos y hacer de las suyas.

- Te puedo hacer una pregunta.-. Dijo Thomas girando su cuerpo par quedar frente a frente con Luisa.

- La que tú quieras.-. Luisa apoyó los codos en la cama para verlo mejor.

- Estás segura de querer ir a la boda de tu hermana.-. No nombro al ex porque temía la reacción de ella al nombrarlo.

- Completamente.-. Dijo Luisa con una sonrisa.

Esa actitud confundió a Thomas pensó que quizás Luisa deseaba volver a ver a Agustín-.- Aún lo amara.-.

- Entiendo.-. Dijo molesto para luego levantarse de la cama y dirigirse al baño.

Luisa no entendía por qué Thomas cambió de actitud tan rápido, cuando salió del baño se vistió sin decirle nada, iba a salir de la habitación pero Luisa agarró la camisa de él y se la puso para después levantarse e impedir que se fuera molesto con ella sin saber el porqué.

- Dije algo que te molestó.-. Le pregunto Luisa agarrándolo del brazo.

- Nada.-. Dijo seco.

- Si no fue nada entonces porque cambiaste de actitud.

- No es nada.-. Se soltó del agarre de Luisa.-. Me tengo que ir.-. Luisa se interpuso en la puerta y la cerro con seguro.

- De aquí no te vas hasta que me digas que fue lo que te hizo cambiar de actitud.

- No estoy para tus niñerías Luisa así que dame permiso.-. Le dijo serio Thomas.

- Aquí el único que hace niñerías eres tú.-. Lo señalo Luisa.-. Ahora dime o no saldrás de aquí.-. Lo amenazó.

Thomas parpadeo varias veces acaso su pequeña esposa lo estaba amenazando sin medir las consecuencias de sus palabras quien iba a imaginar que una hermosa mujer de tan solo 18 años estaba amenazando al líder de la mafia italiana esto hizo sonreír a Thomas.

- Déjame salir Luisa habló enserió.-. Volvió a ponerse serio.

- Yo también hablo enserió.-. Se cruzó de brazos.-. Te estoy esperando.

Thomas suspiro pesadamente.-. Me da rabia saber que estás alegre por volver a ver a ese idiota.-. Por fin le dijo el motivo por el cual se molestó y no fue por la amenaza de no dejarlo salir al contrario esa amenaza le encantaba.

Luisa no le entendió pero después recordó lo que habían estado hablando y sonrió.

- Thomas no sé ya de que manera explicártelo que lo mío con ese idiota así como le dices quedo en el pasado.

- Entonces porque anhelas ir a esa boda.-. Luisa se le acercó y puso sus manos alrededor de su nuca.

- Porque quiero que vean que su plan de verme infeliz a tu lado fracasó.-. Le dio un beso que dejo a Thomas con ganas de más.

- Porque dices que fracaso.-. Dijo Thomas cuando se recuperó de los efectos que produjo aquel beso en él.

- Porque soy la mujer más feliz del mundo estando a tu lado.-. Le susurro en el odio haciendo alegrar al corazón de Thomas.

- No me mientas Luisa.

-. No lo hago, es más les agradezco por eso.-. De nuevo lo beso pero esta vez le fue mordiendo el labio la cual éxito más a Thomas.

- Bueno ya que me contaste por qué el cambio de tu actitud ahora si puedes salir.-. Quito el seguro de la puerta para abrirla pero Thomas la cerro de golpe.

- Ahora soy yo él que no te va a dejar salir de aquí hasta que calmes esto.-. La abrazo por la espalda haciéndole notar su erección.

La giro y le dio un beso cargado de deseo, bajo su mano hasta su trasero y lo apretó.

- Me encantas.-. Le decía entre besos mientras ella le sacaba la camisa.

- Y tú a mí.-. Thomas la recostó en el escritorio que había en la habitación y le levantó la camisa un poco para penetrarla mejor, Luisa iba a desabrochar el pantalón cuando la puerta se abrió de un solo sorprendiendo a los dos.

- Pero que Carajos.-. Dijo Thomas cubriendo a Luisa con su cuerpo.

- Thomas pensé que no estabas.-. Al notar que era Pilar se tranquilizó.-. Pero porque permites que esta zorra esté en tu cuarto.-. Le reclamo Pilar cuando noto a Luisa detrás de su hombre.

- Es mi esposa Pilar donde más puede estar.-. Hablo con obviedad.

- Ella no es tu esposa solamente es un contrato nada más aquí la única que tiene derecho de ser tu esposa soy yo.-. Hablo histérica Pilar.

- Jajajá no digas estupideces Pilar y márchate de mi cuarto y de mi mansión.-. Thomas empezaba a molestarse.

- No me iré hasta que esta zorra atrevida no se vaya de aquí.

Thomas iba a hablar pero Luisa lo interrumpió.

- Porque me iría si esta habitación en tan mía como lo es de mi esposo, sabes te ves ridícula celando un hombre que no te pertenece.-. Thomas le encantó como Luisa se defendía sin su ayuda.

- A ti tampoco te pertenece únicamente estas con él por un contrato así que no te creas mucho.-. Escupió con odio Pilar.

- Pero es mío aunque sea por un contrato, si ves esto.-. Le señalo el dedo donde estaba el anillo.-. Esto me dice que él es mío cuando yo quiera y donde yo quiera mientras tú tendrás que esperarlo en un motel o si tienes suerte en un hotel porque nada más eres una amante sufrida que no supo retener a un hombre casado a su lado.-. Luisa sonrió pero por dentro le dolía pensar que Thomas tuviera algo con ella.

Pilar le iba a dar una cachetada pero Thomas le sujeto el brazo.

- No te atrevas a pegarle porque juro que me olvidaré que eres mujer.-. Le soltó el brazo de mala manera.

- Disfruta todo lo que puedas porque Thomas es mío y siempre lo será.-. Miró a Luisa.-. Cuando sé arte de ti regresará a mí como siempre lo ha hecho.-. Sonrió burlona.

- Puede que tengas razón pero me llevaré el gusto de que jamás serás su esposa siempre ocuparas el papel de amante.

- Te voy a matar maldita zorra.-. Pilar se abalanzó contra Luisa pero Thomas la alcanzo a sostener.

- MARLON!!.-. Grito para que el jefe de guardia se llevara a Pilar.

- Dígame señor.-. Dijo Marlon que no demoro en llegar.

- Llévatela y que no regrese porque si la vuelven a dejar entrar lo pagaran caro entendido.-. Marlon asintió llevándose a Pilar que gritaba todo tipo de insultos y obscenidades.

Thomas suspiro definitivamente Pilar había perdido la cabeza como se le ocurría venir a su mansión y reclamarle como si ella fuera algo de él, cerro la puerta para retomar lo que estaban haciendo con Luisa antes de que Pilar llegara.

- En que nos quedamos.-. Le dijo seductor pero Luisa se apartó de él.

- Controla a tu amante Thomas porque la próxima no respondo.-. Le dijo molesta Luisa entrando al baño para darse una ducha.

- Pero ella no.-. No pudo explicarle por qué Luisa le cerró la puerta en la cara.-. CARAJO!!.-. Golpeó la puerta.

Se iba a ir pero se percató de que Luisa no le había puesto el seguro a la puerta, pensó que no todo estaba perdido así que sin pensarlo demasiado se quitó la ropa y entro al baño.

Luisa estaba de espalda y no se percató de su presencia.

- Thomas en mío solo mío.-. Imitaba la voz de Pilar.-. Uy quería arrancarle todos los cabellos, ridícula peleando hombre ajeno.

- Así que soy hombre ajeno.-. Luisa pegó un grito.

- Por Dios Thomas me quieres matar de un susto.-. Dijo tocándose el pecho.

Thomas veía como el agua recorría el hermoso cuerpo de su esposa completamente desnudo y ver como subía y bajaba su pecho lo excitó aún más de lo que ya estaba.

- No querida esposa jamás te mataría de un susto.-. La pego a la pared y elevó sus piernas que se enredaron en su cadera.-. Pero si te mataría de placer.-. La penetro de una estocada haciendo gritar a Luisa de placer.