Princesa Asesina

Moviendo las cadenas quiso desatarse pero cuando lo hizo las cadenas se movieron aún más como si escucharas el ruido engranajes, El cuerpo de Alia era tan liviano como una pluma que fue arrojada directamente hacia los brazos del hombre misterioso.

Golpeando su pequeña nariz contra el pecho del hombre podía sentir que iba a quebrarse, soportando el dolor levantó la mirada observando al hombre misterioso que parecía estar molesto por su acercamiento.

– ¡no lo hice a propósito, me iré! – afirmó tratando de alejarse.

Alia quien luchó por alejarse se dio cuenta que las cadenas se unían con las del hombre misterioso, su cuerpo involuntariamente se arrojó nuevamente a su pecho es como si estuviera arrojándose de manera voluntaria hacia sus brazos.

Mordiéndose el labio con fuerza maldijo su mala suerte – “realmente no es mi intención, las cadenas se han unido a las tuyas, no puedo retirarme tanto de ti” – suspiró con impotencia.

Alia quien quiso justificar solo recibió que el hombre misterioso sostuviera su cuello con su mano derecha.

– ¿quién te dio el valor? – advirtió mirando con intenciones asesinas a Alia.

El hombre misterioso molesto por la acción atrevida de Alia se llenó de repulsión nunca en su vida ha dejado que ninguna mujer se acerque a él, una extraña sin talento que se volvió tan atrevida de arrojarse a su cuerpo eso lo volvió loco de ira.

– ¡Te concederé el deseo de morir! – moviendo sus dedos presionó con más fuerza hasta el punto de poder romper su cuello antes de que pudiera hacerlo una corriente eléctrica recorrió su cuerpo sintiendo un dolor extremo empujó a Alia.

Gimiendo de dolor Alia cayó hacia atrás, tocando su cuello miró al hombre misterioso que cayó al suelo mientras su frente sudaba de dolor.

– ¡estás herido! – murmuró, mirando la sangre que brotaba de su pecho.

La sangre que brotaba a borbotones se veía grotesca.

Apretando su puño el hombre misterioso soportó el dolor, levantándose lentamente y se apoyó en uno de los pilares.

Cerrando los ojos soportando dolor que recorría en su cuerpo hasta que se tranquilizo , la venas negras en su cuerpo retrocedieron esto no fue visto por el Alia.

– ¡ven aquí! – la voz ronca del hombre misterioso resonó nuevamente.

Aturdida Alia despertó mirando con incredulidad al hombre que abría los ojos lentamente.

– ¡Si dices que voy iré! ¿Quién eres mi hermano? ¡Sueñas! – habló mientras levantaba la barbilla.

Molesto por la arrogancia de Alia, el hombre enmascarado señaló con su dedo el lugar donde se encontraba – ¡ven aquí!

Alia no respondió solo miró hacia otro lado.

Lo que nunca esperó Alia es que su cuerpo fue arrastrado de manera involuntaria, atónita no podía creer que en un abrir y cerrar de ojos ya se encontrara frente al hombre misterioso.

– ¡qué poderoso es este hombre! No sentí cuando me jaló hasta aquí, no puedo quedarme aquí este hombre es demasiado peligroso – pensando en esto decidió buscar una forma de huir mientras esperaba ver lo que este hombre quería hacer con ella.

Abriéndose la ropa el hombre misterioso dejó en descubierto su pecho blanco como la nieve – ¡ayúdame a tratar la herida!

– ¡yo! No puedo, no sé de medicina – confesó mirando con incredulidad cómo el hombre misterioso había sacado un pañuelo.

Ante la negación de Alia el hombre misterioso se enojó aún más y de manera abrupta sostuvo su mano derecha.

– ¡no te lo pedí, te lo ordené! – afirmó fríamente mientras colocaba el pañuelo en su mano.

Mirando el pañuelo Alia aceptó de mala gana.

Observando la sangre gorgotear de la herida se dio una idea.

– ¡parece que tuvo una pelea! Si mal no lo recuerdo había dicho que este lugar nadie puede entrar solo el ¿vino aquí para tratar sus heridas? No espera si es así ¿como entre aquí? Ah no puedo con esto, aunque he aprendido algunas artes con mi maestro nunca me enseñó medicina ¡soy la mejor en venenos! No en medicina, nunca he visto alguien herido así – perdida en sus pensamientos su mano tembló.

Las manos temblorosas de Alia la cuales presionaban la herida para detener el sangrado fueron vistas por el hombre misterioso.

Entrecerrando los ojos, el hombre misterioso sostuvo la mano de Alia jalando su cuerpo.

El rostro hermoso de Alia quedó cercas de máscara color tinta sus labios rosas como la miel casi la tocan retrocediendo un poco su rostro se ruborizó por la vergüenza sin embargo cuando quiso alejarse el hombre misterioso apretó su agarre impidiendo que se fuera.

– ¡Si pido que hagas algo hazlo bien! – lo dijo mirando a los ojos a Alia.

Presionando la herida fuertemente Alia por primera vez miró con atención los ojos del hombre misterioso, oscuros como el obsidiana parecían tener el poder de absorber tu alma no podrías apartarte nunca, un hombre que era como un demonio descrito en las leyendas parecía tener un rastro de encanto a través de sus ojos oscuros.

– ¡yo, yo lo haré! – murmuró desviando la vista, Alia sabía que este hombre era peligroso si no tenía cuidado,  la asesinaría con solo mover un dedo de su mano.

Al recibir la respuesta de Alia, el hombre misterioso la soltó.

Ayudando a detener el sangrado Alia recordó en ese momento en el que su  maestro le dio un medicamento único cuando tuvo una pelea con una joven noble del imperio.

– ¡Tengo la forma de ayudarte sin usar vendaje!

Sacando de su bolsita Alia le mostró al hombre misterioso un ungüento.

– ¿Qué es eso? – preguntó fríamente el hombre misterioso.

Sonriendo después de mucho tiempo, los ojos dulces de Alia miraron al hombre misterioso..

– ¡Medicamento! Es único en el mundo, incluso las personas que despertaron como sanadores nunca tendrán esto en sus manos – habló con orgullo mientras destapaba el medicamento.

El medicamento que había colocado en la punta de sus dedos es blanco lechoso con un brillo sagrado puro, acercando sus dedos comenzó a untarlo.

Al momento qué sus dedos que tocaron la piel del hombre misterioso se sorprendió no podía creer que tuviera la piel tan suave eso es algo envidiable.