Una heredera perfecta es obligada a casarse con un hombre rudo y desinteresado para satisfacer la ambición de sus padres, solo para descubrir que detrás de su fachada de patán se esconde el único hombre capaz de ver su verdadero yo, y de robarle el corazón contra todo pronóstico.
Damián Vargas hará todo lo posible por romper las cadenas del chantaje y liberarse de su compromiso forzado. El único problema es que ahora que la tiene cerca, no soporta la idea de soltarla.
Valeria Montenegro es la hija ejemplar: elegante, ambiciosa y perfectamente educada. Para ella, casarse con un Vargas significa acceder a un círculo de poder al que ni siquiera su familia puede aspirar alcanzar el estatus . Damián dista mucho de ser el hombre que soñó para su vida, pero el deber familiar pesa más que cualquier anhelo personal. Desear su contacto nunca formó parte del plan… y mucho menos enamorarse de su futuro esposo.
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capitulo: 3 La Reunión parte -2
"Disculpen la demora. El tráfico en la salida de Manhattan era peor de lo esperado".
Damián Vargas apareció en el umbral, vistiendo un traje oscuro que parecía hecho a su medida—y probablemente lo estaba. Su presencia llenó la habitación de inmediato, haciendo que el espacioso salón pareciera repentinamente pequeño.
Mi padre se iluminó visiblemente. "Damián, qué alegría que hayas podido venir".
Los dos hombres se dieron un apretón de manos que parecía más una medición de fuerzas que un saludo cordial.
Entonces los ojos de Damián se posaron en mí. "Señorita Montenegro".
"Señor Vargas", respondí, manteniendo la compostura a pesar del torbellino interior. "No sabía que éramos tan cercanos como para tener cenas familiares".
Mi madre lanzó una risita nerviosa. "Valeria, por favor. Damián es un viejo amigo de la familia".
"¿De verdad?" Arqueé una ceja. "Qué curioso. En veintiocho años, nunca lo había visto por aquí".
Damián esbozó una sonrisa leve, casi imperceptible. "Siempre he admirado a las mujeres que dicen lo que piensan".
"Y yo a los hombres que no pretenden ser lo que no son", repliqué dulcemente.
La tensión podría haberse cortado con cuchillo.
Durante la cena, la conversación fluyó con una falsa cordialidad que me ponía los nervios de punta. Hablaron de negocios, del mercado, de política—de todo excepto del elefante en la habitación. Hasta que llegó el postre.
"Valeria", comenzó mi padre, poniendo su tenedor junto al plato con precisión. "Creo que es momento de hablar del motivo de esta reunión".
Finalmente. Apoyé las manos en el regazo, preparándome para lo peor.
"Como sabes, los Montenegro hemos construido nuestro imperio hotelero con esfuerzo y dedicación. Pero los tiempos cambian, y las alianzas estratégicas son necesarias para sobrevivir".
Miré a Damián, luego a mi padre. "¿Qué clase de alianza?"
"Damián y yo hemos llegado a un acuerdo mutuamente beneficioso", continuó mi padre. "Una fusión que fortalecerá ambas empresas".
Comprendí de inmediato. "No se refiere a una fusión empresarial, ¿verdad?"
Fue Damián quien respondió, su voz grave resonando en la habitación. "Tu padre y yo hemos acordado un compromiso matrimonial entre nosotros, Valeria".
El silencio que siguió fue absoluto. Podía escuchar el tictac del reloj de pared, cada segundo sonando como un martillazo.
"Esto es una broma", dije finalmente, mirando a uno y otro. "¿Me están diciendo que han acordado mi matrimonio como si fuera una transacción comercial?"
"Valeria, por favor—" comenzó mi madre.
"No, madre", interrumpí, levantándome. "Esto es el siglo XXI, no la Edad Media. No soy una propiedad que pueda negociarse".
Mi padre se puso de pie, su expresión endureciéndose. "Te pediré que te sientes y escuches con respeto".
"¿Respeto?" Una risa amarga escapó de mis labios. "¿Hablas de respeto cuando decides mi futuro sin consultarme?"
Los matrimonios arreglados seguían siendo una práctica común en los círculos de poder, donde las uniones no se basaban en el amor, sino en alianzas estratégicas. Sabía que mi turno llegaría eventualmente, pero no de esta manera... no tan de repente. Una mezcla amarga de shock, indignación y miedo comenzó a subir por mi garganta.
Se suponía que debía aceptar un contrato de por vida porque a mi padre le había "tomado un tiempo cerrar los detalles". —Justo lo que toda mujer quiere escuchar—pensé con amargura. —Te hemos dado suficiente libertad—continuó mi padre—. Y este hombre traerá beneficios significativos para nuestra familia.
Estoy seguro de que estarás de acuerdo cuando lo conozcas esta misma noche. El veneno de la traición comenzó a corroerme por dentro. —¿Esta noche?—mi voz sonó distante, como si perteneciera a otra persona—. ¿Y no pensaron en avisarme antes? Entre la emboscada emocional y la noticia del matrimonio arreglado, la situación ya era bastante horrible.
Tener que enfrentar a mi futuro esposo sin estar psicológicamente preparada era cien veces peor.
Ahora comprendía por qué mi madre había estado más crítica de lo habitual. Estaban presentando a su futuro yerno. Mis entrañas se retorcieron, y sentí que el té que acababa de tomar amenazaba con regresar y manchar la valiosa alfombra persa de seda, que valía más de lo que la mayoría de la gente ganaba en un año.
Todo sucedía demasiado rápido: la llamada urgente, el anuncio del compromiso, la inminente presentación... —No había confirmado su asistencia hasta hoy porque tiene una agenda complicada—explicó mi padre, ajustándose los gemelos de diamante—. De todos modos, lo conocerías tarde o temprano.
¿Qué diferencia hay si es hoy, en una semana o en un mes? —Toda la diferencia del mundo—quise gritar. Había un abismo entre prepararse mentalmente para conocer al hombre con quien pasarías el resto de tu vida y que te lo plantaran frente a las narices sin previo aviso.
Las palabras hirvientes de protesta se acumularon en mi garganta, pero nunca llegaron a salir. En la casa de los Montenegro, las réplicas estaban estrictamente prohibidas. Incluso ahora, como adulta, seguía sometida a sus reglas, y desafiarlos siempre traía consecuencias dolorosas.
(palabras de autor)
Valeria Montenegro siempre ha cumplido con las expectativas de su familia: elegante, ambiciosa y perfecta. Pero cuando su padre anuncia que ha concertado su matrimonio con Damián Vargas , el hombre más frío y poderoso de Madrid, su mundo se desmorona. Damián no solo es conocido por su implacabilidad en los negocios, sino también por un pasado turbulento que lo ha convertido en una fortaleza emocional.
Ambientada entre Los ángeles ,Silicon Valley y una finca familiar en los Viñedos de California , la historia sigue a Valeria y Damián mientras navegan un compromiso forzado, un deseo inesperado y secretos que amenazan con destruir todo a su paso.
Muchas gracias por su lectura y continuaremos con esta historia.