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Me Case Con Mi Ex Esposo

Me Case Con Mi Ex Esposo

Status: En proceso
Genre:Casarse por embarazo / Malentendidos / Elección equivocada / Traiciones y engaños / Madre por contrato
Popularitas:7.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Daricha0322

¿Qué pasa cuando la vida te roba todo, incluso el amor que creías eterno? ¿Y si el destino te obliga a reescribir una historia con el único hombre que te ha roto el corazón?

NovelToon tiene autorización de Daricha0322 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 3

Ocho meses de infierno. Y ahora, un destello de luz: la enfermedad no había cedido por completo, pero el último informe indicaba una reducción considerable y una ventana de esperanza. No estaba curada, pero tenía una oportunidad real. Su cuerpo seguía batallando, pero el ánimo había vuelto.

Hoy, la urgencia de su visita a la empresa no era solo una confesión, era una petición de apoyo. Iba a ir a la oficina, esperarlo, y contarle la verdad. Contarle sobre la enfermedad, sobre el miedo, y sobre el milagro incipiente que necesitaba la fuerza de su familia para concretarse. Iba a suplicar su perdón por la distancia, y a pedirle que, ahora que el panorama era más claro, se convirtiera en su compañero de lucha.

(...) Ana se dirigió al dormitorio de invitados, donde Daniel ahora dormía. Él ya se había ido a la empresa. Ana sintió un miedo punzante. Hoy, hoy tenía que ser el día. Su destino no era una clínica; era el futuro que iba a pedirle a Daniel que construyeran juntos.

La empresa era su segundo hogar. Había ayudado a Daniel a construirla desde cero. Al entrar, el lobby vibraba con ese zumbido energético. Los empleados la miraron con una mezcla de sorpresa y alegría.

"¡Señora Ana! ¡Qué gusto verla!", exclamó Carmen, su asistente, acercándose con una expresión de alivio genuino.

—"Lo mismo digo, Carmen. ¿Está Daniel en su oficina? No avisé mi visita, quería darle una sorpresa."

—"Sí, señora. Pero está... en una reunión. Dijo que no lo interrumpieran por nada del mundo," dijo Carmen, bajando la voz. "Es con la señorita Soto."

El nombre de la secretaria de Daniel le dijo muy poco a Ana. Iba a ir al despacho, pero la figura de Catalina, la secretaria de presidencia—una mujer imperturbable y profesional—se interpuso con una rigidez inusual.

—"Señora Ana," dijo Catalina, con un tono que no admitía réplica. "El Señor Daniel pidió explícitamente no ser interrumpido. Está en una reunión de suma importancia."

Ana se detuvo, sintiendo el primer atisbo de alerta. La actitud de Catalina era protectora, pero también extrañamente tensa.

—"Catalina, soy Ana," replicó ella, con una sonrisa firme. "No necesito cita."

—"Lo sé, señora," susurró Catalina, mirando hacia los pasillos, con un brillo de lástima en los ojos que Ana no pudo descifrar. "Pero, por favor... no es el mejor momento."

De repente, la verdad la golpeó, no por lo que decían, sino por lo que no decían. La tensión, el secretismo... y el nombre de la "Señorita Soto". Ana recordó a Carmen, su asistente, y la urgencia de su tono.

—"¿Por qué no es el mejor momento, Catalina?" preguntó Ana, su voz bajando a un susurro de hielo. "Dímelo a la cara."

Catalina dudó, pero su lealtad a la dignidad de Ana era más fuerte que a la privacidad de Daniel.

—"Señora," masculló la secretaria, "Laura Soto lleva meses alardeando por la oficina sobre la 'compañía' que le hace al señor Daniel, ya que 'la otra' lo abandonó. Toda la empresa lo sabe, Señora. Por favor, no entre. No la vea así."

El golpe fue demoledor. El secreto no era solo de Daniel; era una comidilla empresarial. El sacrificio de Ana para que él no sufriera se había convertido en la excusa de él y el chisme de toda la oficina.

El dolor físico regresó con una violencia inaudita, pero se vio eclipsado por la furia. La mano de Ana, que iba a tocar, se abrió en un puño. Había venido a confesar la enfermedad y a pedir un abrazo. Daniel le había dado una bofetada pública.

—"No me digas qué hacer, Catalina," dijo Ana, y pasó a su lado como una ráfaga. "Yo soy la dueña de esta casa y de esta empresa."

Abrió la puerta de caoba sin tocar.

La escena fue el puñetazo final: Laura Soto estaba sentada en el borde del escritorio, y Daniel, inclinándose hacia ella, con una intimidad física que no dejaba lugar a dudas. En la mesa había papeles de trabajo, pero la mano de Daniel estaba en la rodilla de Laura, y en sus ojos, la misma ternura que Ana había venido a mendigar.

Laura se levantó de golpe. Daniel se puso pálido, derribando la silla.

—"Ana... ¿qué haces aquí? Yo... esto no es lo que parece," tartamudeó Daniel.

—"Yo me voy, señor," musitó Laura, agarrando su bloc de notas.

—"No," dijo Ana, y su voz, pura y fría, era un mandato. "Quédate, Señorita Soto. Ya que estás tan familiarizada con la vida personal de mi esposo, puedes familiarizarte con mi empresa."

Daniel dio un paso adelante, desesperado. —"Ana, por favor. Sé que estás molesta por tu reclusión. Yo solo... me sentí solo. Creí que habías dejado de amarme, que me habías abandonado. No quería que pasara."

Ella lo vio suplicar, y la verdad de su enfermedad luchó por salir de su garganta. Pero recordó a Catalina y la humillación pública. Él no merecía esa confesión. Él no merecía la carga moral de saber que había traicionado a su esposa mientras ella estaba muriendo.

—"Me abandonaste emocionalmente, ¿verdad?" Lo interrumpió Ana, asumiendo la culpa como si fuera una armadura. "Entonces, el divorcio es lo mejor."

— No tomes una decisión apresurada tenemos una familia, un hijo

— ¿ahora piensas en tu hijo?

— Podemos hacer una tregua, usted puede retirarse dice Ana refiriéndose a Laura está sale de la oficina de inmediato

—, ya que tanto quieres que piense en nuestro hijo, ya que tú no lo hiciste antes Necesito que por él hagamos una tregua quiero que delante de él y delante de tu familia seamos siendo el matrimonio perfecto.

— que ganaría yo con eso.

—"¿Qué ganas?" replicó Ana, con una frialdad cortante. "Ganas que tu padre, a quien tú conoces mejor que nadie, no te desherede. Pero ese no es mi motivo principal, Daniel. Mi motivo es Martín."

Se acercó a él, y por un momento, la dureza en sus ojos se rompió por una desesperación gélida.

"Lo que ha pasado en estos ocho meses me ha enseñado una cosa: la vida es frágil. Y la traición que cometiste... ha envenenado el recuerdo que Martín podría tener de nosotros."

Se detuvo, inhalando lentamente, para que su voz no se quebrara. tratando de aguantar las ganas de contarle la verdadera razón no quería que le tuviese lastima y mucho menos ahora que sabía que ella en su vida es facil de reemplazar,sus propias palabras eran puñales helados. "Quiero que Martín crezca feliz, creyendo que sus padres se amaban, que se respetaban, que su familia era una fortaleza. No quiero que sufra hasta que encuentre la manera de decírselo sin que te odie o me odie a mi por desarmar la familia feliz que se supone que éramos

Daniel se quedó paralizado. La intensidad y la desesperación en los ojos de Ana lo golpearon con más fuerza que la infidelidad en sí misma.

"Así que sí," continuó Ana. "Fingiremos. Por Martín. él merece una infancia intacta. Yo te permitiré tener la vida personal que quieras, siempre y cuando no se acerque a nuestro hijo, y siempre y cuando, en público y en casa, seas el esposo y padre que siempre creí que eras. Si haces lo contrario, si arruinas su imagen de familia... no te perdonaré jamás, Daniel."

Daniel sintió un escalofrío. La firmeza de Ana era absoluta.

— Asintió, la derrota grabada en su rostro. "Acepto la tregua. Por Martín." pero con la esperanza de que podrían arreglar las diferencias el amaba a Ana pero también sintió su rechazo, muchas veces su abandono y ella también tiene culpa porque no solo me abandono a mi también abandono a Martin, estuve solo y encontre en los brazos de Laura el refugio que necesitaba aunque ella no llenaría jamás el espacio de Ana simplemente llenaba un momento de saciar su calentura.

el siempre le aclaro todo que solamente sería sexo y ya.

—"Perfecto," dijo Ana. "Ahora, por favor, recoge tus cosas.

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Rosa Maria Gonzalez
muy bueno. me hizo caer una lágrima!
ana
Excelente te atrapa, muy pero muy bonita la historia tiene de todo. La super recomiendo
Maredys Marquez
son muy tontos 🙄🙄 no hay nada más bonito que ese tiempo con el recién nacido 🥰🥰 y juntos
Claudia Patricia Cruz Saa
Ana ciertamente Daniel te engaño, pero ése hombre te ama y te lo ha demostrado con hechos date una nueva oportunidad de recuperar tu familia ése rencor no te dejará nada bueno
neumidia ruiz
el amor lo puede todo ,Ana debe permitirse ser feliz si lo ama está tribulación debe hacerlos más fuerte y unidos , menos el maduro
ana
En las buenas y más en las malas
ana
De su parte lo veo egoísta xq la familia tiene q estar junta
ana
Me esta gustando gracias 🥰
Maredys Marquez
uuhhhmmm....🤔🤔 pero no me gusta la actitud de Ana demasiado yo puedo yo hago a veces hay que dejarce ayudar para eso es la pareja y el compañerismo los dos cometieron errores
Mary Ney
Es una realidad de una enfermedad muy bien narrada
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