Tras años lejos de casa, Camila regresa solo para descubrir que su hermana gemela ha muerto en circunstancias misteriosas.
Sus padres, desesperados por no perder el dinero de la poderosa familia Montenegro, le suplican que ocupe el lugar de su hermana y se case con su prometido.
Camila acepta para descubrir que fue lo que le ocurrió a su hermana… sin imaginar que habrá una cláusula extra. Sebastián Montenegro, el hombre con quien debe casarse, es tan frío como enigmático.
Pronto, los secretos de las familias y las mentiras que rodean la supuesta muerte de su gemela la arrastrarán a un juego peligroso donde fingir podría costarle el corazón… o la vida.
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Guerra declarada.
Salgo de la habitación con las manos temblando por el odio que siento.
Las palabras del diario me dejaron helada.
En la sala están mis padres, mi madre no deja de llorar con las manos en el rostro y mi padre está en silencio a su lado, viendo la puerta principal como si alguien fuera a entrar y entonces tocan la puerta.
Mi padre se levanta y entonces entra un señor de muy avanzads edad apoyandose con un bastón.
—Amigo.
Se saludan con mi padre y después se hace a un lado para que entre.
Mi madre se limpia las lágrimas y el señor que acaba de entrar solo me ve.
—¿No saludas a tu futuro abuelo?
Me dice y se que Carina era muy amigable, mi padre me ve con miedo y mi mamá solo observa.
Me acerco a el y lo saludo dejando sorprendidos a mis padres.
—buenas noches.
Le digo ya que el tiempo ya pasó y me doy cuenta que afuera todo está oscuro.
—Supe que no fuiste a medirte el vestido, tu suegra y cuñada te esperaron en ese lugar donde van las novias.
Dice y mi padre solo sonríe nervioso, mientras mi madre está sería.
—Me sentí mal.
—Por un momento creí que te había pasado algo, ayer te vi demasiado animada como para que hoy no asistieras.
—Mi futura suegra y cuñada pueden elegir el vestido y que me lo hagan llegar si tanto les urge.
Le digo sería y mi padre me mira molesto, mi madre solo niega y el señor que tengo frente a mi se carcajea.
—Drastico cambio de color de cabello.
Me dice ya que mi hermana tenía el cabello rubio y yo me lo pinte en color negro.
—Me retiró, mañana te esperan no faltes.
Me dice dándose la vuelta.
—Sal, hay que hablar.
le dice a mi padre y salen juntos, la puerta se cierra y escucho la voz de mi madre.
—Nunca serás ella.
Me dice y lo que acabo de leer en su diario me hace enfrentar a mi madre, camino hacia ella molesta.
—Jamas seré Carina y eso ténganlo presente, ya que si acabo de aceptar esto es por qué lo haré como a mí me plazca si les gusta si no suerte con encontrar a alguien parecida a nosotras, me imagino que hubieran querido tener trillizas y así hacer negocios con las tres.
Le grito y la cachetada que me suelta me hace sujetarme la mejilla.
—Nunca serás como ella, nunca.
Me grita y solo le sonrió.
—Eso tenlo seguro tu y mi padre. Así que no hagan planes con nada por qué no seguiré ningún plan que tengan trazado.
—Se darán cuenta que no eres mi ella.
—Por el bien de todos más vale que no.
—Son tan distintas, que fue eso de que tú suegra elija el vestido y lo mandé, eres una grosera, eso es lo que eres no se que hicimos mal con tu padre para que seas así de mal agradecida.
—Cada vez que te preguntés eso madre, recuerda a Carina, dónde está gracias a ustedes.
Ella se tapa la boca llorando por lo que acabo de decirle.
Me encamino a las escaleras y la puerta vuelve a abrirse.
— Si fingiras ser tu hermana lo mejor es que empieces a actuar como ella lo haría, lo de hace ratos estuvo muy mal y no se puede volver a repetir.
Me dice mi padre molesto y los dejo ahí.
Me siento en la cama y cierro los ojos, de mi lado tengo el diario que me ayudara a identificar a todos los integrantes de esa familia.
Esa familia se arrepentira de haberse metido con Carina, es cierto que no podemos obligar a alguien a tenernos afecto pero no cuesta nada ser amable. Pero no esa familia se encargo de que Carina supiera que no era bienvenida.
Maltratos tras maltratos, y Carina soportando todo por el amor que sentía hacia su supuesto prometido.
Sebastián Montenegro, quien innumerables veces la desprecio.
El diario es interminable y avanzo hasta que el sueño me vence pero antes guardo el diario en el mismo lugar, nadie sabe de su existencia y es mejor que siga así.
A la mañana siguiente me despierto con el corazón doliendome, soñé con Carina.
Me baño y en mi maleta busco un vestido negro, me pinto y cuando salgo mis padres me esperan abajo arreglados ya.
—Cambiate con esa ropa no saldrás.
Me dice mi madre molesta.
—Tu hermana nunca usaría un color así de ropa y antes pasaremos al salón de belleza para que te despinten ese color horrible.
—Este color es por luto hacia mi hermana y sobre el color de mi cabello se quedará así.
Le digo y molesta sale, mi padre se acerca a mi y lo veo a los ojos.
—Trata de no pelear con ella.
—Se me olvidaba que por eso me enviaron lejos, según las palabras de mi madre era una mala influencia para mí hermana.
—Solo lo dijo en un arranque de coraje.
—Entonces siempre tiene arranques.
Mi padre suspira cuando me adelantó ya que nunca había podido conmigo.
Subimos al carro que nos lleva a una boutique de vestidos de novias.
Mi madre baja entrando y se saluda con una señora que está sentada con una copa de vino en la mano .
Mi padre me hablá:
—Ire a la empresa del abuelo Montenegro, paso por ustedes en un par de horas.
Me dice y suspiro acercandome a la boutique donde la señora con la copa me ve sorprendida.
—Hija, ¿que te ocurrió? Déjame decirte que Sebastián odia el color negro.
Me dice viéndome de pies a cabeza.
—Entonces debo de usar mas seguido ropa así.
Le digo y mi madre aprieta mi brazo disimuladamente.
Veo acercarse a una joven más o menos de mi edad, es la hermana de Sebastián.
Ella sonríe cuando me ve.
—Por que ese color tan feo.
Dice cuando se acerca y se que se está burlando por el color pero lo que no sabe es que yo no soy Carina y yo no me quedaré callada.
— Creo que no te has visto, pero puedes verte en ese espejo.
Le digo señalando un espejo ya que la ropa que trae por muy de moda que sea simplemente lo está usando solo por usar, no a todas les queda.
La cara de ella y de su madre es algo que me gusta ver ya que desde ahorita les estoy demostrando que no me pienso dejar, con esto estoy declarandoles la guerra sobre todo a esa chiquilla quien me ve con odio pero no más del que yo siento por ella.
Gracias 🌹!
Yo crei que era la cuñada pero ahora dudo porque ella tenía ese trastorno.
.....mas...mas