La Viuda Y El Mafioso

Capítulo 20

Como un suspiro así pasa la vida frente a nosotros, Ornella se había convertido en una mujer madura, empresaria y Bastian la adoraba con toda su alma.

Su hijo Louis tenía ya ocho años, era un niño prodigio y le apasionaba la ciencia. Bastian y Ornella lo apoyaban para que no desistiera de lograr lo que quería. Era tan parecido a su padre, no solo físicamente también en su personalidad.

Pero también su hija Liah cumplía catorce años, ya era toda una señorita. Ella se parecía cada vez más a su madre biológica, aunque para ella, Ornella era su única mamá y su mejor amiga.

Bastian era el hombre más afortunado del mundo, y como lo había predicho su amada esposa se había convertido en parte esencial de toda su vida, aunque aún seguía viéndose muy joven. Aunque él si había cambiado bastante, pero seguía siendo fuerte y apuesto.

Ornella estaba en casa, revisaba los contratos nuevos con los norteamericanos. Bastian quería viajar a cuba por una patente nueva, que por cierto cambiaría para siempre el tratamiento para enfermos de cancer. Sería más accesible y efectivo, pero Ornella esta vez quería viajar con él.

—Ahí estás hermosa princesa.—

—Hola querido, pensé que llegarías más tarde.—

—Hubiera querido que fueras conmigo a esa reunión tan importante.—

—Será la próxima vez, esta gripe no me da tregua.—

—Te amo, por cierto he pensado todo el día en una gran idea. Me gustaría que tuviéramos otro bebé, nuestros hijos están creciendo y pronto nos van a dejar.—

—Sería lindo tener otro bebé, sin embargo ahorita no podríamos. Vienen nuevos proyectos y yo quiero estar a tu lado para hacerlos posibles y exitosos como siempre.—

—Primero debes estar bien de salud, viajaré en unos días a cuba para negociar la patente y tú debes ayudarme aquí.—

—Pero yo quería ir contigo.—

—Sin embargo prefiero que te quedes al frente del laboratorio, recuerda que Sindel ya nos tiene la nueva vacuna.—

—Está bien vida mía, me encargaré de todo aquí.—

Ornella siempre apoyaría a su esposo, aunque no entendía porque presentía que tenía que ir con él a ese viaje, algo la inquietaba. Al día siguiente Ornella seguía convaleciente, al despertar su esposo ya no se encontraba a su lado, últimamente ella necesitaba más y más de su presencia, sobre todo de su amor. Nueve años de un bello matrimonio la hacía sentir bendecida, y después de muchos años pensó en su hermana Allegra, tal vez era momento de buscarla.

Pero Allegra también estaba tranquila y feliz al lado de sus hijas, incluso de su esposo Petrov el cual amaba con toda su alma. Él estaba apunto de cederle su lugar a Andrei como líder, quería disfrutar de sus hijas y de su bella esposa.

Andrei se mantenía ocupado con todo en la organización, en compañía de su tía Ulana. Ella era su mano derecha en todo lo que tenía que hacer dentro de la organización, Ulana se había convertido en madre de una niña a quien llamó Anna. Trataba de estar el mayor tiempo posible a su lado, aunque sus actividades no lo permitían.

—¿La extrañas?—interrumpió Andrei los pensamientos de su tía

—Si mi amor, siempre la extraño pero no puedo tenerla aquí. Aún es muy pequeña.—

—Cambiando de tema, mi padre ha decidido anticipar su retiro, quiere mudarse a Mónaco con su familia para estar con ellas todo el tiempo.—

—Tu has sido educado para quedar al frente de nuestra organización, sé que lo harás muy bien eres muy respetado e inteligente.—

—Y temido, viajaré a Italia para reunirme con Ricci tiene una propuesta que hacerme. Me gustaría que me acompañaras.—

—¿Va a ir Marco?—

—Tiene que ir, él se encarga de lo financiero. Lo juzgamos mal, hasta ahorita se ha mantenido leal y honesto.—

—Si, sería inconcebible que le robara a su propia esposa, a su hija y a su familia política.—Ulana hizo un pequeña pausa, observaba a Andrei como una madre preocupada, así que decidió intervenir.—Quiero aprovechar para decirte esto, hijo estás muy solo. Es momento de dejar todo atrás para que puedas volver a enamorarte.—

—¿De quién tía? Necesito buscar una mujer leal, generosa y no interesada. Que acepte a un mafioso y que me quiera por quien soy, y no por todo lo que poseo. No tía los hombres como yo es mejor que estén solos, así no tengo nada que perder.—Andrei se volvió un hombre apuesto, y ahora tenía una buena relación con su madrastra, además amaba a sus hermanas.

Lo que ignoraba Andrei, era que el amor volvería a su vida con mucha fuerza al igual que cuando un huracán toca la tierra, llevándolo a conocer la pasión y el amor verdadero, sobre todo la amargura generada al querer poseer lo prohibido.