 
                            Después de perderlo todo Isabela decide reconstruir su vida.
Entre lágrimas y aprendizajes, descubre que el destino puede sorprender con un nuevo amor y una nueva vida…
Uno capaz de sanar su corazón y enseñarle que siempre es posible volver a soñar y a vivir.
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Capitulo:03
Con un suspiro de agotamiento y cansancio observo mi nuevo departamento, no es espaciosa como la casa en dónde viví por cinco años, pero será un espacio más que suficiente.
Tomo asiento en el pequeño sofá y por más que trato de mantener mi mente positiva... Los recuerdos de lo vivido invaden mi cabeza haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas.
—No voy a llorar más.
Murmuro sintiendo como las lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas.
—No voy a llorar más...
Murmuro otra vez en un hilo de voz sin poder contener mi llanto.
Al otro extremo de la cuidad Jhon llega a su casa y sonríe al ver como su exposa se ha llevado todas sus cosas y se ha largado.
—Esto es un milagro, creí que se tomaría más tiempo.
Dice con una sonrisa en su rostro y toma su celular para marcar un número en específico.
—Amor... La casa está sola ¿Me haces compañía?
Se escucha una risa contagiosa del otro lado de la línea.
—Ahora mismo pido un taxi y voy para allá.
Dice y la linea se cierra dejando un sonrisa en el hombre que solo piensa en lo mucho que va a disfrutar de un cuerpo joven y delicioso.
...
Los días pasan lentamente y poco a poco voy adaptandome a mi nueva vida como: Vomitar desde la primera hora de la mañana, tenerle asco a ciertos olores y por lo general mucho cansancio y sueño.
—Su bebé está en perfecto estado señora Torres.
Habla el doctor moviendo un pequeño aparato en mi vientre y sonrío mirando la pantalla que la verdad solo se ven manchas raras.
—Gracias doctor.
Le sonrío limpiando mi vientre cuando él termina.
Él hombre mayor solo asiente y anota algo en un papel para luego dármelo.
—Su bebé está en perfecto estado señora Torres, pero usted ha presentado una leve anemia, estos son los medicamentos que debe tomar, trate de seguir las indicaciones correctamente y lleve una alimentación adecuada.
—De acuerdo... ¿Es peligroso que tenga anemia?
—Es normal en algunas mujeres, pero se debe tratar a tiempo y llevar una alimentación saludable para que no afecte al bebé.
—Está bien... Doctor... ¿A los cuantos meses comenzará a notarse?
El hombre me mira con una sonrisa.
—Por ahora no debe de preocuparse señora Torres, tan solo lleva seis semanas, pero muchas mujeres varían... Puede que comience a notarse desde las dieciséis a veinte semanas.
—De acuerdo, gracias doctor.
Él asiente y yo me retiro del hospital mientras observo como muchas mujeres van acompañadas de sus parejas y eso me hace sentir miserable y más solitaria que nunca.
Salgo de mis pensamientos cuándo mi celular suena y sin mirar el nombre respondo.
—¿Diga?
—¡Amiga!
Alejo el celular de mis oídos con una sonrisa.
—Creo que tienes que ser menos ruidosa... Dime Amelia ¿Cómo estás?
—Todo está excelente... Dime ¿Has conseguido trabajo?
—Aún no.
Digo mientras salgo del edificio.
—Perfecto, en la empresa dónde trabajo están buscando una trabajadora ¿Qué dices? Les he hablado de tí.
Mis ojos se iluminan y una sonrisa se forma en mis labios.
—¿De verdad? ¿En qué área?
Pregunto entusiasmada?
Se hace silencio por unos segundos y luego ella dice.
—Es en el área de limpieza... Me hubiese gustado conseguirte algo mejor, pero es la única bacante que hay.
Mis ánimos se bajan y un suspiro sale de mis labios.
—Trabajo es trabajo... Dime ¿A qué hora es la entrevista?
—Mañana a las nueve ¿Vas a venir?
—Por supuesto, necesito el trabajo.
—Genial, entonces aquí te espero, adiós.
Ella cierra la llamada y yo un poco desanimada me dirijo a comprar las recetas y a prepararme para mañana.
...
Al día siguiente veinte minutos antes estoy frente a un enorme edificio lujoso y elegante.
—Vaya, este lugar es enorme.
Murmuro entrando y miro discretamente para no parecer una tonta.
Al llegar al lugar de recepción la chica me mira con una sonrisa amable.
—¿En qué puedo ayudarla señora?
—Vengo por la entrevista de trabajo.
—De acuerdo ¿A cuál de las dos entrevistas?
Me pregunta con amabilidad y yo me sorprendo un poco.
—¿Hay dos entrevistas?
—Si, asistente personal y aseo.
Mis labios se mueven para decir aseo, pero lo pienso mejor y hago algo más arriesgado.
—Para la de asistente personal.
—Perfecto, dígame su nombre por favor.
—Isabela Torres.
—Perfecto, la entrevista será en el quinto piso, pasillo a la derecha.
—Muchas gracias.
La amable chica asiente y yo camino hacia el ascensor para seguir con la dirección.
Al llegar al lugar me arrepiento de haber dicho asistente... Observo una larga fila de chicas jóvenes y modelos que al sentir mi presencia ellas se giran y me miran de arriba abajo con risitas discretas.
Sin prestar atención me ubico en el último lugar y espero... Ya me metí en esto, si me rechazan no pasa nada, solo debo buscar otro trabajo.
A las nueve en punto comienzan a llamar a cada una por su nombre y cada chica que va a entrar parece que lo va a hacer en una pasarela... Pero ¿Quienes somos para juzgar?
Espero pacientemente unas dos horas hasta que llega mi turno.
—Isabela Torres.
La última chica que sale me mira con enojo y yo le sonrío de medio lado mientras paso por su lado.
Toco la puerta para luego entrar a una lujosa y elegante oficina.
—Toma asiento.
Escucho una grave voz y al levantar la mirada unos profundos ojos hermosos me miran fijamente.
—De acuerdo.
Murmuro en un tono bajo mientras tomo asiento.
 
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                    