El Dragón Del Príncipe PROMESA Y DESTINO

Dos semanas habían pasado desde la ceremonia de los nombres y por más que lo había intentado, Fafner aún no podía acercarse a Lugus. El dragón continuaba viviendo en el departamento del demonio, a pesar de que su hermano Ragnar le había ofrecido un apartamento en su edificio, sin embargo, Fafner se negaba a aceptarlo, ni siquiera se había molestado en dar una excusa, en realidad no existía una, el dragón sabía que Lugus no regresaría pronto, la habitación vacía se lo recordaba a cada momento, pero él no podía dejar ese lugar sin más, no otra vez. Ya se había marchado antes, y justo ahora, a pesar de lo mucho que deseaba escapar de nuevo, él ya se había decidido a no hacerlo de nuevo. Estar en ese departamento vacío le había hecho reflexionar en lo que Lugus pudo haber sentido o pensado el él, cuando descubrió que se había escapado. “¿A caso Taranis Lugus sintió el mismo frío que ahora reina en éste lugar?” Se pregunto una noche...

Vagar o mejor dicho, dar vueltas por el pequeño departamento en sus noches de insomnio, era sólo una de sus nuevas manías, al igual que repasar cada uno de sus intentos fallidos para acercarse a Lugus, quien siempre parecía estar acompañado de su sobrina Danu, algo que a su ver era incomprensible, ya que ella por ser la gemela de Libelle y además doctora, debería estar concentrada en su gemela y sus nuevos sobrinos, en especial porque recientemente había escuchado que el tiempo de su cuñada se estaba acabando, otra cosa que para él no tenía sentido, ya que se suponía que al vincularse, el tiempo de la bruja se volvía el mismo que el de su hermano, y aunque podían llegar a haber fallos, normalmente las parejas vinculadas siempre eran, de forma natural, igual de longevas. Pero Fafner tenía que admitir que había muchas cosas que desconocía, primero por estar sumergido en la bruma del veneno de Lugus y después por su decisión de irse, cortando toda comunicación, y quizás era momento de ponerse al día antes de volver a intentar llegar a Taranis.

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—Muy bien hermano. ¿Por qué la prisa para hablar?— Ragnar había recibido una llamada de Fafner, en medio de la noche, pidiéndole reunirse de inmediato y sin alertar a nadie más —Y sobre todo, ¿por qué el misterio?

—Yo...— Fafner se veía un poco descompuesto, a Ragnar le quedaba claro que a su hermano le preocupaba algo —Necesito que me ayudes...

El tono y la mirada de suplica de Fafner de inmediato encendió todas las alarmas de Ragnar —Fafner, ¿Esta todo bien? ¿Pasó algo en tu viaje?

—Todo...— Fafner tuvo que detenerse de dar una respuesta automatica, pues era evidente que no todo estaba bien y ese era, en realidad, el problema, que las cosas a su alrededor no se sentian bien, pero que él desconocía exactamente qué era lo que estaba mal —No... Yo estoy bien, pero creo que no pasa lo mismo con todo lo demás aquí.

Al escuchar las palabras de su hermano, Ragnar por fin pudo soltar el aire, que no se había dado cuenta que estaba conteniendo, ya que desde la escapada de Fafner, uno de sus principales miedos era que debido a que su hermano no había terminado su desintoxicación, las cosas hubieran empeorado sin que pudieran hacer algo para ayudarlo.

—Hermanito han pasado muchas cosas desde que te marchaste, incluso antes.

—Entiendo que me ocultaran lo que estaba pasando cuando estaba bajo el influjo del veneno de Taranis pero ahora que he regresado me doy cuenta que hay demasiadas cosas que desconozco, y yo necesito saber...

—Te escapaste— interrumpió Ragnar —Te fuiste antes de terminar el tratamiento de desintoxicación.

—Ya estoy bien— se apresuró a aclarar —No estoy enloqueciendo, ni nada parecido.

—Sí bueno— Ragnar tomó aire para calmarse, sabía que su hermano tenía razón, sin embargo haberse separado de él de esa forma, aunque ya tuviera a su pareja, no había sido fácil —Por un momento me preocupó que algo te sucediera lejos de nosotros... de mí.

—Disculpame, no fue mi intención preocuparlos, yo sólo...— no supo qué más decir, que se sentía tan cercano al demonio por el que casi se muere que se asustó, no podía ni decírselo a si mismo, mucho menos podía admitirlo, por lo que en realidad no tenía una verdadera excusa.

—Con migo no te disculpes— al final, no creía necesitar de ninguna disculpa, sin embargo, Ragnar no sentía ser el único que se había preocupado —Hazlo con nuestros hermanos, con papá y sobre todo con el Señor Lugus, que se esforzó mucho para que estuvieras bien, y tú simplemente escapaste sin terminar la desintoxicación.

—Yo... Eso deseo hacer, pero no me han dejado acercarme— admitió con una voz cansada —Al principio quise pensar que los estaba malinterpretando, pero no he podido...

—¡Así que tú tampoco tienes permitido verlo!— se admiró Ragnar, para despues decir más para si mismo —Supongo que las cosas son más serias de lo que pensaba...

—¿A qué te refieres?— de inmediato Fafner se alertó, recordando una extraña sensación de pena y miedo que ha veces había logrado percibir en el ambiente desde que había regresado —¿Qué esta pasando? Y no me mientas, que he notado que todo mundo actúa extraño.

—Esto comenzó desde antes que te fueras— suspiró Ragnar algo resignado —No conozco todos los detalles, los Lanira son muy celosos de sus secretos...

—¿A caso tu esposa no confía en ti?

—Sí, y supongo que si le pregunto ella me explicaría todo a detalle, y yo también confío en ella. y creo que si fuera algo que en verdad nos afecta o en lo que puedo ayudarla, ella me lo diría, pero todo es tan triste que entiendo que no desee hablar de ello— la respuesta de Ragnar alerto aún más a Fafner.

—Por favor, explícame, necesito saber— rogó con la voz un poco quebrada.

—La cuñada Libelle tiene una enfermedad muy grave— en ese momento recordó a Ejder llamándolo desesperado par decirle que la mujer que amaba estaba muriendo, para pedirle un consejo, ya que estaba aterrado de lo que podría pasar y lo mucho que podría doler —Desde hace mucho tiempo que ya la habían desahuciado, y antes que me digas que con el vinculo eso se soluciona— se apresuró a aclarar —No es una enfermedad humana, es una maldición de familia, que dañó gravemente su cuerpo, su vinculo, a pesar de ser de lo más fuerte que cualquiera haya visto antes, sólo detuvo el deterioro, pero el daño que ella ya tiene es su cuerpo es imposible de reparar...

—Ejder... ¿Él lo sabe? ¿Cómo es que..?— Fafner no sólo se sentía confundido, sino como un pésimo hermano, al no darse cuenta de la situación tan difícil por la que Ejder estaba pasando.

—Nuestro hermano la ama— aclaró, esperando que eso explicara mejor las cosas —Ella no deseaba que él lo supiera, pero su familia le contó a él para que pudiera tomar una decisión— admiraba la valentía de esa familia, el como enfrentaban una realidad tan desgarradora con una sonrisa, llenos de esperanza, y sobre todo el hecho de que a pesar de todo le dieran la oportunidad a Ejder de elegir lo que él deseaba hacer —Nuestro hermano la ama— volvió a repetir, porque era la única forma de entender por todo lo que Ejder estaba pasando y tendría que pasar —Y a pesar de lo mucho que le duele, a pesar del miedo que lo corroe, ha actuado como si no estuviera pasando nada, como si no estuviera a punto de perder a su pareja, todo para que ella sea feliz... pero como comprenderás, nuestro hermano no es el único que esta sufriendo con esto...

—Lugus... él...