El Amor Es...

Mi determinación no se había desvanecido, a pesar de los obstáculos y del peligro que implicaba ir en contra de mi familia. Había decidido luchar por Lorena y Dylan, por mi verdadera familia, y no descansaría hasta encontrarlos y estar a su lado. Sabía que sería un camino difícil y complicado, pero estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío con tal de proteger a los que amaba.

Así que me preparé para emprender la difícil tarea de buscar a Lorena y a mi hijo, sin importar los riesgos que eso implicara. Estaba dispuesto a enfrentar a mi padre y a todos los que se interpusieran en mi camino, con tal de recuperar a mi familia y construir un nuevo futuro juntos.

Nada me detendría en mi misión de encontrar a Lorena y a Dylan, y sabía que con determinación y valentía, lo lograría. Mi corazón estaba lleno de amor y esperanza, y estaba listo para enfrentar cualquier desafío en mi búsqueda de la verdadera felicidad.

Hacienda Mendiola.

— Dime qué tienes noticias de esa mujer, dime qué la encontraste.

— Lo siento señor Mendiola, pero ella no aparece en ninguna de las cárceles, tampoco hay registro de ella en ninguna parte, dadas las circunstancias, deberíamos preguntar directamente al mayor, para que diga que fue lo que hizo con ella.

— Yo mismo lo llamaré y pediré una reunión, es muy extraño que ella no aparezca.

La Fortaleza

Alejandro Montalver.

— Porqué tan pensativo? Qué te traes?

— Acompáñame mañana a un viaje.

— ¿A dónde iremos?

— En el camino te cuento.

Había estado pensando mucho en todo lo referente a Lorena y el niño, pues había cosas que no me quedaban muy claras. Y tenía que saberlo todo. Así que decidí que iría al alto de la campiña y averiguaría sobre Lorena, al final, ese era el pueblo donde ella había nacido y criado, allí estaban sus papás y podría conocer de cerca algo de su vida.

Muy temprano en la mañana nos dirigimos allí, y como turistas anduvimos supuestamente buscando alguna quinta, pero no había nada disponible, solo lotes para construir, así que mire algunos y me quedé al final con un buen predio para construir allí una quinta.

— Me dijeron que usted es quien más conoce la zona, así que me lo recomendaron muy bien.

— ¿De verdad? Me sorprende, ya que casi no le caigo bien a nadie.

— ¿Por qué dice eso?

Hablaba con el padre de Lorena, e intentaba sacarle alguna cosa.

— No sé si le dijeron, pero suelo ser un hombre muy estricto, y gracias a eso, me he ganado el odio de algunas personas poderosas.

— ¿Poderosas como quien?

— Como los Mendiola, esa gente me odia, a mí y a mi familia.

— Puedo preguntar por qué.

— Bueno, es un tema familiar y un poco delicado. Prefiero no hablar de eso.

— Señor Márquez, le aseguro que cualquier cosa que usted me cuente, quedará en completa confidencialidad. La verdad es que los Mendiola y yo hemos tenido diferencias desde hace mucho, yo sé de lo crueles y ruines que pueden llegar a ser. Y si usted ha tenido diferencias con ellos, significa que en algún momento buscarán destruirlo, y le sería bueno tener a alguien como yo que pueda respaldarlo.

El hombre me miró extrañado, así que no podía seguir disimulando, tenía que hablarle abiertamente.

— ¿Y quién es usted? Para ser enemigo de los Mendiola, debe ser alguien con igual poder que ellos.

— No, no tengo igual poder que ellos, soy mucho más poderoso, así que puede estar tranquilo.

— Solo he escuchado de alguien que es más poderoso que los Mendiola y todos los hacendados juntos, y es Alejandro Montalver.

— Yo soy Alejandro Montalver.

El hambre abrió tanto los ojos, que parecía que se le saldrían de las cuencas. De inmediato tomo esa actitud que tanto detesto, así que tuve que hacer que se calmara, me interesaba la historia.

— Bueno, no sé porqué le interesa tanto la historia de mi familia con los Mendiola, pero déjeme decirle que es algo que no me enorgullece, todo lo contrario, es muy vergonzoso para mí.

— No importa como sea, quiero escucharla.

— Se trata de mi hija menor, ella cometió el grave error de fijarse en Felipe Mendiola, y ese desgraciado se aprovechó de mi pobre niña.

— ¿Se aprovechó cómo?

— La enredó, y luego la embarazó.

Escuché eso y casi me ahogo con el agua que bebía en ese momento. No podía creer que lo que acababa de escuchar.

— ¿Dice que, Felipe Mendiola embarazó a su hija?

— Si, el mismo lo reconoció y decidió hacerse cargo, pero los señores Mendiola se opusieron al principio, ellos querían que eso no se supiera, así que sugirieron el aborto, aunque mi hijo estaba de acuerdo, mi esposa y yo nos opusimos rotundamente. Así que propusieron que mi hija se quedará aquí y ellos solo darían el gasto de lo del bebé, pero mi hijo se negó a aceptar eso, y todo termino en un gran problema, que al final termino con ellos llevándose a mi hija y no dejándonos saber de ella ni de nuestro nieto.

— ¿Entonces el hijo de su hija, en realidad es el hijo de Felipe Mendiola? —pregunté, tratando de asimilar la información.

El hombre asintió, con tristeza en sus ojos.

— Sí, el mismo lo reconoció, dijo que quería hacerse cargo y que quería a mi hija, pero sus papás... Los Mendiola se llevaron a mi hija de aqui y no hemos vuelto a saber de ellos desde entonces.

Me quedé en silencio, tratando de procesar toda la información. Si el hijo de Lorena, era realmente el hijo de Felipe Mendiola, ¿Porqué los habían tratado así? ¿Porqué Gastón Mendiola se había encargado de hundirla con la policía? ¿Por qué no se preocuparon por el niño en absoluto? Esto significaba que el niño tenía una conexión directa con ellos. Pero al mismo tiempo, dejaba una incertidumbre tan grande, que solo Lorena podría aclarar.

Continúe la conversación tratando de parecer curioso.

— ¿Sabe dónde la llevaron? ¿Hay algún lugar donde puedan estar?

El hombre suspiró, visiblemente afectado por el recuerdo de su hija.

— No lo sé. Los Mendiola son muy poderosos y tienen muchos contactos. Es posible que ellos estén en cualquier lugar, pero no tengo idea de cuál.

— ¿Y su hijo?

— A él no le importa nada que tenga que ver con su hermana, siendo honesto señor Montalver, no sé que fue lo mejor para mi hija, si haberse ido de aquí o haberse quedado, estoy seguro de que si se queda aquí, su hermano la hubiera matado a golpes, mi hijo tiene problemas de ira y no se puede controlar cunado le dan esos ataques.

Escuché eso y tuve una impresión.

— ¿Significa que su hijo golpeaba a su hermana?

El hombre bajo el rostro y lo supe, los maltratos que sufrió Lorena no fueron por su padre, fueron por el hermano, a quien ahora yo quería conocer. Sin embargo, si esos maltratos fueron antes de tener a Dylan, significaba que después de nacer Dylan a ella la siguieron maltratando, y esos venían de parte de los Mendiola. Estaba seguro de eso.

— ¿Podría conocer a su hijo antes de regresarme? Tengo curiosidad sobre su carácter.

— Será mejor que no, no quisiera que mi hijo fuera grosero con usted señor Montalver, así que mejor no.

— Será bajo mi responsabilidad, no se preocupe, solo quiero saber por mi mismo, que tipo de persona es.

Y como si el destino se confabulara conmigo, de repente apareció.

— Papá, ¿Qué haces aquí perdiendo el tiempo? Los Rodríguez llegaron desde hace rato y nadie los ha ido a recibir, ¿quién es este tipo y que es lo que quiere?

— Omar por dios, deja de ser tan descortés, este es el señor...

— No importa quién soy, lo que importa es que este es tu papá y tú no puedes hablarle en ese tono ni de esa manera ¿Qué no sabes lo que es el respeto?

— ¿Y tú quien eres imbécil para decirme lo que tengo que hacer? Estás haciendo que mi papá pierda el tiempo, así que será que te vayas si no quieres que te saque a patadas.

El estúpido ese de verdad que era violento, pero alguien tenía que enseñarle a respetar.

— Omar por favor, ya voy con los Rodríguez, ven conmigo que el señor ya se va.

— No, el de aquí no se va a si como así, nadie viene a mi casa a meterse en mi vida, le voy a enseñar a no meterse donde no lo han llamado.

El idiota estaba pensando golpearme, quería ver eso.

— Por dios Omar cálmate. — El señor Márquez intento detenerlo, pero elaldito empujó a su padre, haciendo que cayera de manera terrible. Entonces mi ira no se hizo esperar, y es que al ver esa escena de ese animal maltratando a su propio padre, me hizo pensar en lo que le hacía a Lorena, según Aurelio, ella tenía cicatrices desde su niñez, lo que significaba que ese engendro la lastimó desde siempre. No supe en qué momento, pero lo agarré y le metí un gancho, estaba tan ofendido que deseaba quebrarle el cuello.

Sebastián apareció de pronto, pues se escuchó el ruido que causamos con la discusión y la caída del señor, así que preocupado se acercó, encontrándose con tal situación.

— Alejandro ¿Qué pasa?

— Llama a Gonzalo, dile que quiero que arresten a esta basura.

Sebastián pareció entender de inmediato y llamo a quien Gonzalo había enviado con nosotros allí.

— ¿Qué sucede aquí? — Pregunto el teniente llegando a la escena.

— Quiero que arresten a este hombre, acaba de agredir a su padre en mi presencia y también lo acusó de maltrato doméstico contra su hermana por años en el pasado.

El teniente se ocupó de él y dijo que iba a investigar los hechos, pero que mientras lo detenía por agresión. El señor Márquez me suplicaba de que no le hiciera eso a su hijo, y la verdad es que me indigne.

— Señor Márquez, usted permitió que el animal de su hijo maltratara por años a su hija, si así reacciona con usted y con alguien que no conoce, no me quiero imaginar lo que hacía con esa pobre chica. No sé usted, pero no voy a permitir que se salga con la suya, ¿Qué no se da cuenta que pudo matarlo?

Avergonzado bajo la cabeza y no me dijo nada más.