En un mundo de lujos y secretos, Jehan y Mia se encuentran en un torbellino de venganza y pasión. Después de que Jehan mata al padre de Mia, creyendo que era el responsable de la muerte de su propio padre, decide buscar a Mia para vengarse. Sin embargo, al conocerla, se enamora de ella y cambia sus planes.
Mia, ignorante de la verdad sobre la muerte de su padre, se siente atraída por Jehan, pero pronto descubre su terrible secreto. A medida que su relación se profundiza, deben enfrentar los fantasmas del pasado y la venganza que los rodea. Rubí, la media hermana de Mia, busca sabotear su relación, mientras Jehan lucha con su conciencia y el deseo que siente por Mia.
"Esclavos del deseo" es una novela de romance y suspenso que te sumergirá en un mundo de pasión, venganza y secretos. Sigue a Jehan y Mia en su viaje desde el odio al amor, mientras enfrentan los fantasmas del pasado y la venganza que los rodea. Descubre cómo el destino puede cambiar el curso de sus vidas .
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Capítulo 23
Mía.
—Es un ogro, sin duda — digo cuando veo que Jehan se ha levantado y se va.
— No le prestes atención ahora. Cuéntame. ¿cómo estás? ¿cómo te sientes? y sobre todo, ¿que paso con Mario? Sé que mi hermano te trajo para que te hagas pasar por su novia — dice Sofía, y recuerdo que no le dije nada a Mario, no me despedí de él ni tampoco de Marisol.
— Sofía, no me despedi de Mario. Se me olvidó. No sé qué pasó. Tu hermano me distrajo hablando del trato y se me olvidó por completo — le digo a Sofía, y ella se pone a reír a carcajadas.
— Mía, tranquila. Ya tendrás tiempo. Eres la novia de mi hermano, más no te tendrá como una Rapunzel encerada. Podemos ir a ver a tu tía cuando quieras y también a Mario — dice, y me tranquilizó.
Pasamos toda la tarde hablando de cosas triviales, hasta que a las cuatro de la tarde se despide y dice que tiene cosas que hacer y que luego vendrá a verme. Yo solo asiento, ya que también quiero ir a hablar con Jehan.
Sofía se despide y se va. También se despide de su hermano. Yo me quedo unos minutos más en el jardin, y después camino a la mansión, donde encuentro a Alan esperando por mí.
— El señor la está esperando en el despacho — me dice Alan apenas atravieso el umbral de la entrada.
Yo asiento y le doy las gracias. Cuando Jehan se fue, Alan se encargó de darme un recorrido por toda la mansión. Así que sé dónde queda el despachó. Tomo camino hacia él y, cuando estoy en la puerta, él sale.
— Pensé que nunca vendrías — increpa molesto.
— Estaba con tu hermana. Apenas se fue — le digo con el mismo tono de voz que el.
— Hace más de 5 minutos que se fue. Te recuerdo que se vino a despedir de mí. Le pedí a Alan que te lo dijera, que necesito verte. Necesitamos hablar — me dice molesto y se vuelve a entrar al despacho. El cual me hace entrar junto con él y me hace seña de que me siente.
— No te pongas como un ogro. Solo habla y listo. No andes con reclamos que no aportan nada— le digo, no sé porque me molestó que se fuera y me dejara sola. Sé que se fue a ver a Rubí porque él mismo lo dijo.
— Te recuerdo que eres mi novia — dice, con una sonrisa que pocas veces se le ve.
— Falsa. Te lo recuerdo. Tú me dijiste que era tu novia falsa. Tu supuesta novia que solo se hará pasar por tu novia públicamente. Dentro de estas paredes no hay nadie más que nosotros dos. Así que no tengo que actuar como tal — le digo molesta.
— No estoy para reclamos. Así que iré al grano — dice molesta también — En una semana comienzas con tu año de especialización. Espero que des lo mejor de ti y que no haya reclamos. Quiero las mejores notas. También te informo que el viernes por la noche cenaremos con mi madre y Sofía. Te quiere conocer. Aceptó que te quedaras y fingiera ser mi novia. Por lo tanto, delante de ella no tienes que fingir, ya que ya lo sabe — me dice.
— Muy bien, no tengo problema. También quería saber qué ¿harás para ayudarme con los bienes de mi familia? — le pregunto.
— Solo llevas unas horas aquí Así que tienes que esperar que me organice y pueda buscar a Lucía. Por lo que sé, ella se quedó con todo. Entonces, tenemos que esperar que ella aparezca por estos lados, ya que no está en el país. Hablaré con mis abogados. Trataré de hacer lo mejor que pueda para que recuperes tus bienes, pero se tardara. Ya que Lucía hizo que tu padre firmara para que, cuando él muriera, los bienes quedaran a su nombre — me dice serio.
— Está bien, no pasa nada. Solo estaba preguntando— le digo seria — Me puedo retirar. Tengo hambre. Voy a la cocina a prepararme algo de comer. ¿Quieres que te traiga algo?.
— No hace falta que prepares nada. Alan hará todo junto con el chef — me dice y yo asiento.
— me iré a la habitación entonces — le digo levantándome.
—Te llamaré cuando esté la cena lista. Descansa — me dice y salgo del despacho. Ese hombre me pone los pelos de punta. No sé por qué. Hace un rato estaba molesto y ahora esta tranquilo.
Cuando se fue, me molesté tanto. Solo de pensar que se iba con Rubí de nuevo me enfureció. Cuando estaba organizando mis cosas, recordé que se había ido con ella, que el había dicho que iba a donde ella estaba.
Me voy a la habitación, me recuesto y solo siento que me quedo dormida. Me levanto cuando escucho la regadera del baño.
— Pero ¿qué carajo? — digo cuando escucho la regadera. No puede ser él. No lo creo.
Tomo el celular y miro la hora. Son las 8 de la noche. ¿He dormido tanto? Me pregunto. Me levanto camino al umbral de la puerta del baño y, lo veo a él, de espalda desnudo y, no me lo creo, creo que es un sueño, me pellizco y no, no lo es, él está ahí, desnudo y, no respeta que esta es mi habitación.
Me devuelvo a la cama y solo me siento a pensar. Se ha vuelto loco. ¿Cómo puede bañarse en mi habitación y sin ningún tipo de pena ni remordimiento? Pero ya verá.
Escucho unos pasos y el agua deja de caer. Ya saldrá del baño.
— Bella durmiente, te has despertado — dice con ironía y volteo a verlo. Lleva una toalla envuelta en la cintura y deja ver su abdomen, sus pectorales, su pecho. Este hombre fue hecho por el mismo Dios me digo.
No puedo formular palabra. Solo me quedo observado a este hombre.
— Te regalo una foto — qué dice sacándome de mi trance.
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás en mi habitación así y te estás bañando en mi baño? — le digo molesta.
— Tu habitación... querrás decir mi habitación — me dice, acercándose.
— Era tú habitación. Tiempo pasado. Le dijiste a Alan que me trajera a esta habitación. Por lo tanto, ahora me pertenece. No tienes por qué bañarte aquí. Saca tu ropa y tu culo a otra habitación — le digo y me levanto de la cama a encararlo.
— Te recuerdo que eres mi novia — me dice.
— Tu novia falsa. Te recuerdo. — le digo molesta.
— Todos saben que eres mi pareja. Así que dormiremos en la misma habitación, en la misma cama y compartiremos el baño el armario y todo — me dice, acercándose más.
— ¿O te da miedo reina? — añade tomándome por la cintura. No me lo creo. Me toma por la cintura. Está en toalla y me ha dicho “reina”. Este hombre me volverá loca. En vez de quitarme un problema de encima, me he echado otro al hombro.
— Te comió la lengua el ratón — me dice soltándome. — ¿O es que te has quedado a mirar al Adonis que tienes enfrente? — me dice y me molesto.
— Te crees mucho y no lo eres. Solo estaba maquinando lo que has dicho. ¿Cómo que compartiremos la habitación, el baño y todo?— le digo molesta, no compartiré habitación con el, me puedo derretir si paso mucho tiempo con el.
— Cambiate, ponte cómoda, deja de pelear te pondrás vieja, y dile a Alan que nos suba la cena — dice, me entrega un radio por el cual le tengo que comunicar a Alan y este se sorprende y me pregunta si estoy segura.
No puedo creer que sea como en las novelas y libros, que el protagonista nunca coma en la habitación y, me está pasando por lo que veo este hombre no cena en la habitación.
