el día en que sería feliz me encuentro con la sorpresa de que el hombre que sería mi esposo me traiciona con mi mejor amiga.desde ese momento mi mundo se nublo y decidí ser la viuda de blanco
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capitulo 16
Capítulo 16: El Regreso al Burdel
Elena seguía solo llorando, sumida en su propio dolor y tristeza. Pero Marco no se quedó para consolarla. En lugar de eso, se vistió y volvió a salir de su casa, dejando a Elena sola con sus lágrimas.
Se dirigió al único lugar en que podía estar tranquilo, libre de llanto y emociones tontas de su mujer. Volvió al burdel donde trabajaba Clara.
Al llegar al burdel, Marco se sintió aliviado de haber escapado de la escena que había dejado en su casa. Se sintió libre de nuevo, libre de las responsabilidades y las emociones que venían con ser un esposo.
Clara lo recibió con una sonrisa y lo abrazó cálidamente. "¿Qué pasa, amor?", preguntó, notando la tensión en su cuerpo.
Marco se encogió de hombros y se sentó en el sofá, aceptando el trago que Clara le ofreció. "Nada", dijo, bebiendo el trago de un golpe. "Solo necesito un lugar donde estar tranquilo por un rato".
Clara asintió y se sentó a su lado, acariciando su cabello. "Estás en un lugar seguro", dijo. "Puedes estar tranquilo aquí".
Mientras tanto, Bella estaba en su apartamento, terminando de asearse después de un largo día de trabajo. Se había cambiado a un pijama de dormir cómodo y se había sentado en el sofá para relajarse un rato.
Pero justo cuando se estaba empezando a sentir cómoda, escuchó que llamaban a su puerta. Se levantó del sofá y se dirigió hacia la puerta, pensando que podría ser algún vecino o algún repartidor.
Pero cuando abrió la puerta, se encontró con una sorpresa que la dejó atónita. Allí, frente a ella, estaba Donatello, con un ramo de flores en la mano y una sonrisa en el rostro.
Bella se quedó con la boca abierta, sin saber qué decir. Se sintió como si hubiera sido golpeada por un rayo, tan sorprendida estaba.
Donatello se rió y se acercó a ella, ofreciéndole las flores. "Buenas noches, Bella", dijo, su voz baja y suave. "Espero que no te importe que haya venido a visitarte tan tarde".
Bella se recuperó un poco de la sorpresa y se rio, sintiéndose un poco tonta. "No, no me importa", dijo, aceptando las flores. "Pero ¿qué haces aquí? ¿Qué pasa?"
Donatello le explicó a Bella que tenía muchas ganas de verla, que sentía que su corazón y cerebro tenían la misma intención: verla a ella. Le contó que después del incidente con Marco, no pudo estar tranquilo, que su mente no paraba de pensar en ella y en lo que había pasado.
"Me sentí muy mal después de lo que pasó", le dijo Donatello. "Me sentí como si hubiera fallado en protegerte. Pero también me di cuenta de que no puedo dejar de pensar en ti. Me di cuenta de que te he estado buscando sin saberlo, y que ahora que te he encontrado, no quiero dejar de estar cerca de ti".
Bella se sintió conmovida por las palabras de Donatello. Se sintió como si él hubiera leído su mente, como si supiera exactamente lo que ella estaba sintiendo. Se sintió atraída por su sinceridad y su vulnerabilidad.
"Me alegra que hayas venido", le dijo Bella, sonriendo. "Me alegra que hayas querido pasar tiempo conmigo".
Donatello sonrió también, y se acercó a Bella. "Me alegra haber venido", dijo. "Me alegra estar aquí contigo". Y con eso, se inclinó y la besó suavemente en la mejilla.
Parecían un par de adolescentes, se miraban con amor y se besaban suavemente. La tensión y la ansiedad que habían acumulado en las últimas semanas parecían haber desaparecido, y solo quedaba la pura emoción del momento.
Bella se sintió como si estuviera flotando en el aire, como si su corazón estuviera volando. Donatello la miraba con ojos brillantes y llenos de amor, y ella se sintió como si estuviera viendo su alma.
Se besaron de nuevo, y esta vez fue un beso más profundo y más apasionado. Bella se sintió como si estuviera siendo consumida por el fuego de la pasión, y Donatello se sintió como si estuviera encontrando su hogar en los brazos de ella.
El tiempo pareció detenerse mientras se besaban, y el mundo exterior pareció desvanecerse. Solo quedaban ellos dos, perdidos en el momento, perdidos en la pasión y en el amor.
Y en ese momento, Bella supo que había encontrado a su alma gemela, a su verdadero amor. Y Donatello supo que había encontrado a la mujer que haría que su corazón latiera de nuevo.