Rayo El Ceo Que Impacto En Mi Vida

–“Rayo, dímelo de una vez"

¿Qué es lo qué te hicimos? Porque yo no tengo ni idea de lo que estoy pagando.

–“Nicole basta” Thiago, le dio una advertencia, pero ella siguió insistiendo.

–¡Ya dime que es, de lo contrario no estaré tranquila!

Lo próximo que ella sintió, fue la mano de Thiago sujetándole fuertemente el brazo.

–¡Escúchame bien! Si te digo que te calles, "te callas"

–"Rayo me lastimas, suelta mi mano"

Ella trató de aflojar su agarre y como no lo logró, le mordió la mano para que él la soltara.

–"Muérete" -Le gritó Nicole, antes de bajarse en medio embotellamiento.

Esta vez, Thiago no corrió tras ella. Sabía que de nuevo ha perdió el control, realmente odia a Williams, y recordar que fue por su culpa que murió David, lo enfurece.

–“¿Acaso está mujer es pariente de los perros? solo sabe morder” -Se dijo mientras se miraba la mano, Nicole puso fuerza en la mordida, por lo que sentía dolor en la zona.

–¿Nicole qué me sucede contigo? ¿Por qué Diablos el sentimiento de culpa no me deja?

¡Así no es cómo se debe ser!

–Se supone que te haría sufrir, te humillaría hasta que me suplicaras clemencia, pero ¿qué es este sentimiento? ¿por qué sentí rabia cuándo vi que pablo te besaba.

Sin darse cuenta, Thiago llegó al edificio de los Beach y frente a su oficina se encontró con Rose.

–¿Por qué no fuiste tras Pablo cuando te lo dije?

–¡El ascensor estaba ocupado y cuándo bajé ya los había perdido de vista. ¿Sucedió algo?

–“Ya olvídalo” –¡Necesito que me consigas una pomada para la infección!

¡“Una fiera me mordió!" también necesito un antídoto para evitar rabia!

–“Déjame ver” Rose se preocupó por Thiago, pero al ver la herida, entrecerró los ojos con sospecha.–¡Hermano eso no parece la mordedura de un animal!

¿Fue Nicole, quien te mordió?

Thiago ¿Qué le hiciste? ¡Debió ser tu culpa! ¡Y si es así, quédate con tu dolor, no pienso conseguirte nada!

En el hospital.

Nicole llegó apresurada, Camila la había llamado diciendo que su padre tuvo un accidente de tránsito.

–Camila ¿Cómo está mi padre? Preguntó Nicole con el corazón agitado.

–¡Si quieres ve a verlo, acaban de permitir las visitas! Camila se mostró despreocupada, por el accidente de Williams, lo que pase con su esposo no le preocupa en lo absoluto.

De inmediato, Nicole entró a la habitación en donde se encontraba su padre, y descubrió que él tenía una pierna con vendaje y en el cuerpo pequeñas laceraciones.

–¿Williams, cómo estás? Ella no se atrevió a llamarlo padre.

Él es su único pariente, dado que su madre los abandonó cuando ella tenía tres años, su padre la crío solo, hasta hace tres años que Williams, se volvió a enamorar y decidió casarse nuevamente.

Su amor por Camila lo segó, él hace todo lo que Camila le diga, fue ella quien lo hizo negociar a Nicole por dinero.

–¡Hija! Me alegro verte. Contestó Williams, al ver a Nicole preocupada por él, y se sintió un poco mejor, desde que negocio a su hija por dinero la conciencia no lo ha dejado tranquilo. Él espera que algún día su hija lo llegue a perdonar.

–¡Solamente fueron fracturas en la pierna, pronto mejoraré!

–¿No te sucedió algo más? preguntó Nicole de inmediato.

–¡No, el doctor dijo…! –¿Hija por qué te vas?

En ese momento, Nicole se levantó y agarró su bolso lista para salir.

–¡Solamente quería asegurarme que estuvieras bien! –¡Cuídate mucho!

Luego de eso, nicole abandono el hospital, ella todavía no se siente preparada para perdonar a su padre, y talvez nunca lo esté.

Mientras camina, las lágrimas recorren sus mejillas, la nostalgia nuevamente logró invadir su corazón.

–¡Antes era su princesa, él daba todo por mí! Ahora ya no lo tengo, ni siquiera tengo a nadie. –¡Soy una tonta, aquí estoy llorando y esperando ser consolada por alguien!

Cada palabra la dijo cómo si alguien la escuchara y de pronto sintió que alguien abrazaba por la espalda.

–¿Rayo? Nicole sintió tanta calidez en el abrazo, que se volteó y lloró como una niña en el pecho de Thiago.

Él solamente, se quedó ahí escuchando su llanto, pero

parecía que era su corazón y no sus oídos que la escuchaba.

El tiempo pasó y Thiago sintió como ella se fue tranquilizando y con sus dedos le limpiaba las lágrimas que aún permanecen humedeciendo sus mejillas.

–¿Ya te sientes mejor?

“Si gracias, por prestarme tu hombro para llorar” discúlpame por mojar tu camisa. La joven se disculpó y lo hizo con sutileza.

Por su parte, Thiago la miraba con ternura y de pronto le preguntó. Nicole ¿Qué quieres hacer?

–¡Quiero volver! ¡Rose dijo que hoy comenzaría a trabajar y salí con tanta prisa, que no le avise nada, además, tomé su auto sin su consentimiento! ¡Ella de seguro se enojará conmigo!

Thiago miró su reloj y refutó. ¡Ya casi son las dos de la tarde! ¡Está no es hora para que te presentes en tu primer día de trabajo!

¡Tu jefe es demasiado quisquilloso, se podría enojar si llegas a esta hora!

Esas palabras inmovilizaron a Nicole. –¿Mi jefe no será Rose?

–¡No... tu jefe soy yo! -Esta vez Thiago fue gentil con la chica

–¡No lo sabía, lo siento mucho!

Esa tarde Thiago, parece estar tranquilo y apacible, por alguna razón había cambiado su actitud.

–¡Ya le devolví el auto a Rose!

¡Yo pienso que no tienes planes, así que te escuchó! –¿Qué quieres hacer ahora?

–inesperadamente el estómago de la joven rugió.

–¡Tengo hambre! No pude desayunar bien esta mañana, Rose tenía prisa por llegar rápido al edificio.

Tras escucharla, Thiago le preguntó. –¿Te gustan los mariscos? ¡Cerca del mar hay un restaurante en donde tienen los mejores mariscos de toda la costa!

–¡Eso suena bien! De inmediato Thiago le entrego las llaves del auto y añadió. –¿quieres manejar?

Nicole se quedó asombrada, y preguntó a la ligera. –¿Voy a manejar esta nave?

–¿Sabes de auto? Aunque Thiago le preguntó esto, ya sabía que Nicole tenía pasión por los autos, lo descubrió cuando revisó las redes sociales de su esposa.

“Sí, y los Lamborghini son mis favoritos”

–¡Escucha nadie a tocado a mi bebé! ¡Así es que ocurra rayarlo!

–¡Entonces maneja tú, yo no tengo dinero para pagar un auto como este! Tan pronto como Nicole, le devolvió las llaves, el joven le respondió.

–¡Vamos entra rápido, disfruta del paseo! Después de haber llovido toda la noche, la tarde soleada se prestaba para salir a dar un paseo.

¿Solo estabas jugando conmigo? "realmente no pretendías que yo lo manejará"

–¡Algún día te dejaré manejarlo, pero hoy no!