"En el silencio de una boda forzada, un corazón late con miedo y desesperanza. La novia, con un vestido blanco que contrasta con su alma oscura, se siente atrapada en una vida que no eligió. Su mirada seria esconde un secreto, un dolor que la consume por dentro. ¿Podrá encontrar la fuerza para liberarse de las cadenas que la atan, o permanecerá atrapada para siempre en este matrimonio sin amor?"
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capitulo 19 LA BODA POR FIN LLEGO
La iglesia estaba llena de invitados, todos vestidos con sus mejores galas. El sol brillaba a través de las ventanas de vitrales, iluminando el altar donde Sofía y Leonardo se encontrarían pronto.
Sofía, vestida con un hermoso vestido de novia blanco, caminaba por el pasillo central, acompañada por su padre. Su velo cubría su rostro, pero no podía ocultar la tristeza en sus ojos.
Leonardo, vestido con un traje negro impecable, la esperaba en el altar, sonriendo confiado. Su nana, la señora Jenkins, se sentaba en la primera fila, sonriendo orgullosa, ya que ella fue con crío cuando pequeño y aún lo sigue haciendo.
El sacerdote comenzó la ceremonia, y llegó el momento de los votos matrimoniales.
Sacerdote:"Sofía, ¿quieres tomar a Leonardo como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?", preguntó
Sofía dudó por un momento, pero luego respondió: "Sí, quiero".
Luego, el sacerdote se volvió hacia Leonardo.
Sacerdote: "Leonardo, ¿quieres tomar a Sofía como tu legítima esposa, para amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?", preguntó.
Leonardo sonrió y respondió: "Sí, quiero. Sofía, desde el momento en que te conocí, supe que eras la mujer de mi vida. Prometo amarte y cuidarte siempre, y hacer que seas feliz".
Sofía miró hacia la puerta de la iglesia y vio a Alejandro de pie en la entrada, mirándola con una mirada de desesperación. Pero se recuperó rápidamente y se volvió hacia Leonardo.
"Leonardo, también te prometo amarte y respetarte siempre", dijo.
Pero se detuvo, sin terminar su frase. El sacerdote la miró sorprendido, pero luego continuó con la ceremonia.
"Entonces, por el poder que me ha sido otorgado, los declaro marido y mujer", dijo. "Pueden besarse".
Sofía y Leonardo se besaron, y los invitados aplaudieron. Pero Sofía no podía sacudirse la sensación de que algo estaba mal. Sabía que Alejandro había estado en la iglesia, y se preguntaba qué había querido decir con su presencia, si hace poco le había dicho que se alejara de ella y que respetará sus decisiones.
Al salir de la iglesia todos los invitados aplaudieron, Leonardo le dijo a Sofía que estaba feliz pues por fin se había cumplido su sueño el que ella sea su mujer y dueña de su corazón a lo que Sofía solo respondió con una sonrisa.
La recepción de la boda estaba en pleno apogeo, con música, comida y bebida en abundancia. Leonardo tomó a Sofía de la mano y la llevó al centro de la sala, hicieron su primer baile de casados y después de eso llevo a Sofía de la mano donde estaban reunidos todos sus socios y amigos.
"Quiero presentarles a mi hermosa esposa, Sofía", dijo Leonardo, sonriendo orgulloso. "La mujer que ha cambiado mi vida para siempre".
Los invitados aplaudieron y vitorearon, y Sofía sonrió y saludó con la mano. Pero no podía evitar sentirse incómoda, sabiendo que Alejandro estaba en algún lugar de la fiesta, mirándola.
Leonardo continuó hablando, presentando a Sofía a todos sus socios y amigos. Sofía sonreía y saludaba, pero no podía evitar sentirse como una mercancía que se estaba exhibiendo.
De repente, vio a Alejandro en la entrada de la sala, mirándola con una mirada de desesperación. Sofía se sintió un escalofrío recorrer su espalda, y se volvió hacia Leonardo.
Sofía :"Leonardo, necesito un momento", le dijo. "Por favor, discúlpame".
Leonardo la miró sorprendido, pero luego asintió y la dejó ir. Sofía se dirigió hacia Alejandro, que la esperaba en la entrada de la sala.
Sofía : "¿Qué estás haciendo aquí?", le preguntó, tratando de mantener la calma.
Alejandro : "Tenía que verte", respondió. "Tenía que saber que estás bien".
Sofía suspiró y miró hacia la sala, donde Leonardo la estaba buscando.
Sofía : "No puedo hablar contigo ahora", le dijo. "Estoy casada, Alejandro. Tengo que seguir adelante con mi vida".
Alejandro la miró con tristeza, y luego se dio la vuelta y se fue. Sofía sintió un vacío en el pecho, y volvió hacia la sala, donde Leonardo la estaba esperando.
Justo cuando Alejandro se dio la vuelta para irse, Gabriel apareció de la nada y lo agarró del brazo.
Gabriel : "Creo que ya es hora de que te vayas", le dijo Gabriel, con una mirada firme.
Alejandro se resistió, pero Gabriel lo sacó de la sala de fiesta.
Gabriel: "Deja a Sofía en paz", le dijo,
una vez que estuvieron fuera. "Ella ya ha tomado su decisión y ha elegido a Leonardo. Tienes que respetar eso y seguir adelante con tu vida".
Alejandro sintió un golpe en el estómago, pero sabía que Gabriel tenía razón. No podía seguir persiguiendo a Sofía, esperando que cambiara de opinión.
Alejandro :"Lo sé", dijo finalmente. "Tienes razón. Me voy".
Gabriel asintió y lo soltó.
"Buena suerte", le dijo. "Y recuerda, Sofía ya ha hecho su elección. Deja que sea feliz".
Alejandro asintió y se alejó, desapareciendo en la noche. Gabriel volvió a la fiesta, donde Sofía y Leonardo estaban bailando, rodeados de sus amigos y familiares.
Gabriel los miró con una sonrisa, sabiendo que Sofía había tomado la decisión correcta. Y ahora, Alejandro debía hacer lo mismo.