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Lazos De Poder

Lazos De Poder

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Posesivo / Mafia / Omegaverse / ABO / Dominación
Popularitas:18.8k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Zaurus3

Arata, un omega italiano, es el hijo menor de uno de los mafiosos más poderosos de Italia. Su familia lo ha protegido toda su vida, manteniéndolo al margen de los peligros del mundo criminal, pero cuando su padre cae en desgracia y su imperio se tambalea, Arata es utilizado como moneda de cambio en una negociación desesperada. Es vendido al mafioso ruso más temido, un alfa dominante, conocido por su crueldad, inteligencia implacable y dominio absoluto sobre su territorio.

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Capítulo 23: Burla

Arata había ganado la primera ronda, o al menos así lo sentía. Mikhail era un hueso duro de roer, pero al menos Alexander regresaría. Lo cual, por más que quisiera negarlo, era un alivio. No podía imaginar otra semana completa en esa mansión tan descomunal sin nadie más que el alfa que, aunque lo conocía bien, seguía desconcertándolo a cada paso.

A la mañana siguiente, Arata despertó con la tenue luz del sol colándose por las cortinas. Se estiró en la cama, sintiendo cómo su cuerpo aún protestaba, aunque al menos podía moverse sin que cada músculo gritara de dolor. Cuando bajó al comedor para desayunar, se encontró con una escena que lo hizo detenerse en seco.

Allí estaba Alexander, sentado tranquilamente a la mesa con una taza de café, hojeando el periódico como si no hubiera desaparecido por días. Al notar la presencia de Arata, levantó la vista y le dedicó una sonrisa despreocupada.

—Buenos días, dormilón. —dijo Alexander con tono burlón—. Mikhail me dijo que necesitabas algo de compañía para no volverte loco.

Arata entrecerró los ojos, caminando hacia la mesa mientras se dejaba caer en la silla frente a él.

—No me lo recuerdes —murmuró, sirviéndose un poco de café—. Honestamente, pensaba que no ibas a volver nunca más.

Alexander alzó una ceja, claramente confundido.

—¿Qué quieres decir? Estaba ocupado con un asunto del clan, pero pensé que solo me había ido un par de días.

Arata casi dejó caer su taza de café. ¿Así que Mikhail no le había dicho nada sobre lo que realmente había pasado? El alfa había actuado tan naturalmente la noche anterior que a Arata le había parecido que todos estaban al tanto de la locura que se había desatado. Pero claro, Mikhail era experto en mantener las apariencias cuando quería.

—Oh, nada, solo… cosas raras que han pasado por aquí. —dijo Arata, intentando restarle importancia, pero sin poder evitar una sonrisa irónica—. Te contaré luego.

Alexander frunció el ceño, pero decidió no insistir, sabiendo que Arata siempre tenía un toque de sarcasmo en sus comentarios. Sin embargo, lo que sí le llamó la atención fue el silencio abrumador en la mansión.

—Por cierto, está demasiado tranquilo por aquí, ¿no? No he visto a Sergei ni a Dmitri desde que llegué.

Arata dejó caer su cuchara dentro de la taza de café y se apoyó hacia atrás en la silla, mirando al techo como si estuviera pidiendo paciencia a los cielos.

—Ah, ellos… bueno, eso es culpa de Mikhail.

—¿Culpa de Mikhail? —preguntó Alexander, ahora claramente intrigado.

—Sí, los echó. Bueno, no "echar" literalmente, pero les prohibió la entrada a la mansión. Dice que no quiere que nadie me vea, o más bien, que nadie vea su marca en mí. —Arata rodó los ojos al decir esto, el tono de su voz lleno de frustración y burla.

Alexander soltó una risa incrédula, sacudiendo la cabeza.

—¿En serio? No sé si estar impresionado o preocupado por él.

Arata suspiró, llevando una mano a su frente como si aquello fuera la cosa más ridícula del mundo, lo cual, desde su perspectiva, lo era.

—Ambas cosas, probablemente. Y créeme, lo mejor de todo es que piensa que está en lo correcto.

Alexander apoyó el codo sobre la mesa y descansó su mentón en la mano, observando a Arata con una sonrisa divertida.

—Sabes, siempre pensé que tenías una vida complicada, pero esto supera cualquier cosa que pudiera haber imaginado.

Arata dejó escapar una pequeña risa.

—Créeme, si me lo hubieras dicho hace una semana, no te habría creído.

La conversación se desvió a otros temas mientras ambos desayunaban, disfrutando de la extraña pero reconfortante sensación de normalidad. Sin embargo, esa normalidad no duró mucho, porque tan pronto como terminó el desayuno y Alexander estaba a punto de levantarse, la puerta principal de la mansión se abrió de golpe, y Mikhail apareció en la entrada, mirando directamente a Arata con una expresión inescrutable.

—Necesito hablar contigo. Ahora. —dijo Mikhail, sin prestar mucha atención a Alexander, quien levantó las cejas en señal de sorpresa ante la abrupta entrada.

Arata se cruzó de brazos, frunciendo el ceño.

—¿Qué pasa ahora? —preguntó, no muy dispuesto a lidiar con más de las maniobras territoriales de Mikhail.

—Es sobre Sergei y Dmitri. —respondió Mikhail, caminando hacia él con pasos decididos—. Están molestos por haber sido apartados del servicio y quieren una explicación. Me están pidiendo que los reincorpore.

Arata levantó las manos en un gesto que claramente indicaba que aquello no era su problema.

—Pues dales una buena razón. No fue mi decisión que los echaras, así que no me mires a mí.

Mikhail se detuvo frente a él, mirándolo directamente a los ojos.

—Estoy dispuesto a reincorporarlos, pero solo si tú aceptas. No quiero que se acerquen a ti sin tu consentimiento.

Alexander soltó una risa ahogada al escuchar la frase, y Arata tuvo que morderse el labio para no estallar él mismo en carcajadas. La situación era tan surrealista que casi parecía sacada de una comedia.

—¿Mi… consentimiento? —repitió Arata, incrédulo—. Mikhail, no soy una princesa en una torre. No tienes que protegerme de ellos.

Mikhail se mantuvo firme, sin cambiar su expresión.

—Solo quiero asegurarme de que estés cómodo.

Arata respiró hondo, masajeándose las sienes mientras trataba de mantener la calma. Antes que llegara habían hombres entrenado y la casa estaba llena ¿qué le sucede?

—Está bien, está bien —dijo finalmente, rindiéndose—. Reincorpóralos. Solo… por favor, no hagas más escándalo por esto.

Mikhail asintió, como si esa pequeña victoria le satisficiera por completo. Y antes de irse, se inclinó ligeramente hacia Arata, su tono cambiando a uno más bajo, casi íntimo.

—Por cierto, más tarde tenemos que hablar sobre esa "negociación". —dijo con una sonrisa astuta, antes de darse la vuelta y salir de la habitación.

Arata lo vio marcharse, sacudiendo la cabeza y volviéndose hacia Alexander, quien lo miraba con una expresión que mezclaba diversión y asombro.

—Bueno… tu vida acaba de ponerse mucho más interesante.

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nanao
Excelente
nanao
Muy malo
Dexian
Excelente
kemberling García
Normal
kemberling García
Muy malo
Yolanda estella Ochoa
Bueno
Carmen García
bueno
Izy Maldonado
buen comienzo 👍
Lilly
pensé que Mikhail con él tiempo se abriría a Araya, pero sigue en lo mismo🫠 no hay ningún avance en su relación.
Lilly
Se nota jaja
Lilly
Está muy buena💯
Maria Consuelo Rodriguez Berriz
Tu Novela me gusta es diferente y tiene buena Narrativa y sería, los personajes son bastante serios.
Ana Chaves
Excelente
Maru19 Sevilla
Está un poco disparatada la historia primero no quería que lo vieran y después lo manda a luchar ?
Maru19 Sevilla
Se repitió el capítulo
Maru19 Sevilla
Si, claro!! Más capitulos por favor
Maru19 Sevilla
Bueno
Maru19 Sevilla
Debe ponerse a entrenar en manejo de armas, como atender a pacientes con heridas por lo que haga falta y defensa personal, digo así sería más útil
Eider
Me gusta como redactas el libro y superó mis expectativas al leerlo
Anapau
piensa q es muy pero muy linda ,es mi favorita la recomiendo 100000000000÷♡♡💖💖lo amor
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