Amor Entre Enemigos

Eriks Ivanova

No se por que me entró curiosidad por saber quien es y saber si todavía esta enamorada.

¿Todavía estás enamorada? — le preguntó.

¿Por qué le preguntó? como si me importara.

No se, — dice — estuve enamorada de él desde los 8 años él era nuevo aquí sus padre trabajan para Franco, Jack mi mejor amigo me lo presento desde ese día los tres fuimos inseparables, bueno yo avece estaba ausente por los entrenamientos, pero el tiempo que tenía para compartirlo con él los disfrutaba al máximo.

Creo que era muy obvio que me gustaba — continua — el único que no se daba cuenta era él o tal vez si lo noto y se hizo el de la vista gorda, él pensaba que mi cariño hacia él era solo por que éramos amigos, en fin él se fue cuando yo tenía dieciséis años y él tenía dieciocho se fue a estudiar en el extranjero perdimos contacto aún no sé nada de él así que puedo decir que no estoy segura si todavía siento algo por el.

Termina y no se por que me siento enojado, me levanto quedando enfrente de ella la levanto de la silla sentandola encima del escritorio agarrándola por su nuca besándola con tanto desespero, tengo rabia y no se por que.

La pelirroja me lleva la corriente, devolviéndome el beso con la misma intensidad ya no es un beso tierno como antes, y eso me gusta.

Reparto besos húmedos por su cuello hasta que llego a la parte de sus pechos prendiéndome de ellos el vestido le queda enrollado en la cintura dejando ver sus fabulosas piernas, vuelvo a besarle los labios mientra ella me quita la camisa puedo ver que tiene las misma ganas que yo.

Quita mi camisa y empieza a repartir besos por mi cuello hasta mi clavícula volviendo a subir a mis labios, me desago de mi pantalón ubicando mi miembro en su entrada, separo un poco sus piernas y ella rodea mi cintura con ellas, está tan mojada haciendo más fácil la entrada, entro de una sola estocada haciendo que suelte un gemido fuerte.

Entro y salgo una y otra vez con fuerza y desesperación mientra ella me recibe gustosa la tomo de la cintura bajándola y poniéndola de espaldas, ella se acomoda abriéndose de piernas poniendo su pecho encima del escritorio, me da una fabulosa vista de su trasero haciendo que le de una nalgada que la hace jadear vuelvo a entroducirme en ella haciendo que se mueva un poco incómoda.

Podrías esperar a que me acostumbre a esto — dice un poco agitada — lo siento más grande en esta pose que en la otra.

Y lo sentirás más grande con las demás poses — le digo.

Hago movimientos suaves hasta que logra acostumbrarse, ellas es tan apretada que me hace soltar gruñidos cada que entro en ella, se mueve abriéndose un poco más pegando más su trasero a mi pelvis y eso para mí es una señal de que le de como gusta, y es cuando empieza con las arremetidas entrando en ella una y otras vez, tomo su cabello alzándola un poco acercándome a sus labios mientras sigo con las estocadas reparto besos por su espalda que tiene una que otras pecas, vuelvo mi atención a sus nalgas nalgueándolas una y otra vez.

Ella suelta el orgasmo y yo me vacío dentro de ella, normalmente me protejo cuando estoy con alguien pero con ella no quise hacerlo, quería que fuese piel con piel.

Me separo de ella mientras logra sostenerse de sus piernas sus bragas están el suelo y la recojo guardándola en mi bolsillo mientras ella me mira arreglándose el vestido.

Se puede saber por qué siempre te quiere quedar con mis bragas — dice

Comencé a coleccionarlas — respondo

Así que tomarás las bragas de todas las mujeres que follen contigo — dice

No, solo las tuyas — digo plantándole un beso

Sonríe devolviéndome el beso.

Bien, creo que me iré — dice — no le dije a mi hermano donde estaría, y seguro se preocupara al saber que salí sin guardaespaldas.

Esta bien — digo

Me besa y sale del despacho quería disfrutarla pero tengo cosas que dejar lista antes de irme.