Del Odio Al Amor

— Buenas noches. — dijo Adrik entrando a la sala.

— Buenas noches, hijo. — respondió la mamá de Adrik levantándose para ir a abrazar a su hijo.

— Hola, Sofía!. — dijo la mujer viendo con desprecio a la joven.

Lucrecia de Ivanov nunca estuvo de acuerdo con el matrimonio de su hijo con Sofía, pues ante sus ojos la muchacha era una desvergonzada sin moral alguna.

— Buenas noches, señora. — contesto Sofía cortésmente.

La pareja caminó hasta donde se encontraban el abuelo y el papá de Adrik, estos al verlos esbozaron una amplia sonrisa.

— Sofía, hija estás hermosa. — comento el abuelo Dimitri muy contento.

— Gracias, señor Dimitri, usted también se ve muy bien. — contesto Sofía sonrojada.

— Sofía un gusto tenerte aquí!, — continuo Fedor amablemente.

La pareja se sentó uno al lado del otro, Adrik tomo con mucha delicadeza la mano de Sofía haciéndola sentir más tranquila, pues los nervios se estaban haciendo presente, ella solo había visto a la familia de Adrik un par de veces y siempre era en ocasiones fugaces, pero el día de hoy convivirá con ellos por mucho tiempo.

— Mi nieto me comentó que quieres estudias, querida. — comento Dimitri casualmente.

— Así es señor, el día de hoy ya me registre en la universidad y la próxima semana empiezo las clases. — respondió Sofía con una sonrisa.

— Entonces en que momento tendrás a mi nieto?. — pregunto Lucrecia descontenta.

— Eso no es asunto tuyo, Lucrecia mejor encárgate de tus asuntos. — intervino Fedor molesto.

— No se preocupe señor Fedor, señora no se preocupe por su nieto que pronto lo tendrá. — respondió Sofía disgustada con la actitud de su suegra.

— Sofía, comportarte!. — susurro Adrik al oído de su esposa.

— Mamá Sofía y yo apenas nos casamos, en nuestros planes no está considerado tener un hijo todavía. — respondió Adrik pacientemente.

— Eso era lo que quería oír. — dijo el abuelo sonriendo.

— De qué hablas papá? Si tu mismo pusiste la cláusula del bebé para poder heredar. — contesto Fedor.

Los ojos de Sofía se abrieron como platos, entonces esta es la razón por la cual la obligaron a casar con este hombre, ella simplemente era una incubadora para obtener más dinero, la tristeza y la decepción se vieron reflejadas en el rostro de la joven, soltó disimuladamente de su esposo.

— Eso era lo que quería escuchar, yo solo quería verte feliz al lado de una buena mujer y desde mi punto de vista Sofía es perfecta para ti, en cuanto a la herencia no te preocupes igual pensaba dividirla entre mis dos nietos.

Las palabras de Dimitri dejaron a todos sin palabras, es decir, Fedor y Lucrecia obligaron a su hijo a casarse para nada.

— Necesito ir al sanitario. — interrumpió Sofía el silencio que había quedado en la sala.

— Vamos!, te acompaño!. — aseguro Adrik.

Por su tono no había manera de que Sofía se negara a ir con él, ella sabía que él estaba molesto y que lo más seguro fuese que lo pagará con ella.

Una vez estuvieron lejos de su familia Adrik tomo a Sofía de la cintura y acercó a él.

— Te ves hermosa!, ya no aguantaba más las de ganas de esto.

Adrik beso apasionadamente a Sofía dejando a la chica sin aliento, ella estaba muy apenada de la actitud de Adrik pues estaban en casa de su familia y eso la ponía muy nerviosa.

A lo lejos Lucrecia había visto la escena y la rabia la invadió, no era posible que su hijo se estuviera enamorando de esa niña, se suponía que una vez quedará embarazada él se divorciaría de ella y le quitaría al bebé, para que entre Claudia y él lo criaran, pero resulta que ahora su suegro decidió que no es necesario un bebé y que solo quiere ver a su nieto feliz.

— Qué miras mujer?. — pregunto Fedor a su esposa.

— Nada, vamos a pedir que vayan poniendo la mesa.

Los dos fueron a la cocina para dar instrucciones, mientras que Sofía y Adrik estaban hablando del futuro.

— Ahora que no es necesario que sea tu incubadora imagino que pedirás el divorcio. — dijo Sofía sin expresión.

— Yo no me quiero divorciar, quiero apoyarte en tu carrera y que seas una gran profesional. — respondió Adrik.

Sofía se quedó sin palabras, cuales eran las nuevas intenciones de este hombre?. — pensó Sofía.

— Ve al baño, aquí te espero. — dijo Adrik a su esposa.

Ella entró al baño y al verse en el espejo vio su cara sonrojada, no era posible que siempre se pusiera así, realmente parecía una niña, estuvo unos minutos en el baño y luego de ajustar su maquillaje ella salió del baño y tal y como lo había dicho Adrik la estaba esperando.

Los dos se dirigieron al comedor donde la familia los estaba esperando, una vez ellos se sentaron, Dimitri dio la orden de que sirvieran la cena.

Al ver los platos que habían preparado Sofía nombró cada uno en ruso dejando al abuelo Dimitri emocionado.

Entre el abuelo y Sofía se empezó a desarrollar una conversación en ruso, el papá y la mamá de Adrik estaban sorprendidos con la habilidad que tenían la muchacha al manejar el idioma.

— Muy bien Sofía!, donde aprendiste a hablar tan perfectamente el idioma?. — pregunto el abuelo entusiasmado.

— En la escuela, a decir verdad siempre me han gustado los idiomas y cuando tengo tiempo libre los estudio. — respondió la joven con humildad.

— Viste Adrik, te dije que Sofía era la mejor elección para ser tu esposa.

Lucrecia estaba molesta porque ella pensó que el día de hoy toda la familia se daría cuenta de que la muchacha era una desvergonzada y que al fin pondrían fin al matrimonio entre esa mujer y su hijo, pero todo resultó muy diferente, ya que la joven logró congraciarse con el patriarca de la familia y eso la dejaba en una posición muy alta y ahora contaría con la protección de Dimitri Ivanov.

La cena terminó sin mayores inconvenientes, la pareja se despidió de la familia Ivanov y volvieron a casa, apenas llegaron Adrik tomo a Sofía entre sus brazos y la llevo a la habitación.