A veces la vida nos juega una mala pasada y el mundo se derrumba bajos nuestros pies y cuando creemos que nada tiene solución; el destino nos sorprende y todo cambia a nuestro favor. Está es la historia de Martín, un chico que a pesar de haber sido el mejor de su clase, es expulsado del colegio y debe comenzar de cero en otra institución; A pesar de estar a prueba, logra superar todos sus temores y se enamora perdidamente de Rebeca, una joven que comparte la misma pasión que él por las motos y comparten sus mismos sueños y anhelos.
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Capítulo N°18
Al separarse por falta de aire, Martín acaricia el rostro de Rebeca, le encanta el color de sus ojos y puede ver que cada día tienen mucho más brillo que el día que la conoció. Entonces siente una gran curiosidad de conocer cada detalle de su vida, desea saber tantas cosas que sin dudar le pregunta.
⎯ Rebi, ¿y qué hay de ti?
⎯ ¿Qué quieres saber?
⎯ Todo, pero tengo una duda y es sobre tu apodo.
⎯ Ya veo.⎯ ella se levanta y camina un poco por el acantilado.⎯ ¿Quieres saber por qué no dejo que nadie me diga Rebi?
⎯ Sí, sobre todo porque hoy tu padre se sorprendió cuando le dije que te digo de esa forma.
⎯ Martín, la única persona que me decía Rebi, era mi abuela.⎯ responde melancólica.⎯ Ella desde que nací me apodo Rebi y cuando murió no soportaba escucharlo.
Luego camina hasta el árbol y se sienta nuevamente a su lado.
⎯ Entiendo y sí quieres a partir de ahora te diré de otra manera.
⎯ No es necesario, me encanta que me digas Rebi.⎯ besa su mejilla.⎯ En tus labios suena muy bonito.
⎯ Entonces, te diré así todo el tiempo.
⎯ No exageres. Jajaja.
⎯ ¿Quieres contarme sobre tu abuela?
⎯ Sí.⎯ cree que sí él habló del accidente era justo contar su historia.⎯ Ella era muy especial, siempre sabía como hacerme reír.
⎯ No tienes que hablar sino quieres.⎯ se arrepiente de insistir, al ver que su semblante se entristeció.
⎯ Quiero y lo necesito.
⎯ Bueno, te escucho.
⎯ Ella era mi confidente, siempre estábamos juntas y yo casi no salía de casa por estar con ella, era mi única amiga, pero hace casi tres años enfermó de golpe, nadie se imaginaba que en tan poco tiempo se iría para siempre y sin embargo así sucedieron las cosas.⎯ seca una lágrima traicionera.⎯ Yo la cuidaba día y noche, viví su enfermedad como propia a tal punto que me fui apagando con ella. No salía, no reía, no hacía nada, solo estudiaba y pasaba las horas en su habitación. Lo único que quería era un milagro y que ella estuviera mejor y pudiera ir de compras, al cine o cenar como hacíamos siempre; pero eso no pasó.⎯ él la abraza al ver que su cuerpo tiembla y le pone su campera.
⎯ ¿Tienes frío?
⎯ Estoy bien.
⎯ Rebi no tienes que continuar, no es necesario.
⎯ Quiero hacerlo para que entiendas porque mis padres son sobreprotectores conmigo.
⎯ De acuerdo.
⎯ Al ver que mi abuela no mejoraba y yo me consumía con ella mi padre hablo con mi tío para que la internaran en la clínica; sin embargo mi abuela no quería y él aceptó su voluntad. Ella deseaba morir en su cama y su hijo no fue capaz de contradecirla. Mi papá velaba por mí y se enojó con Carlos a tal punto que casi no se hablan.
⎯ ¿ Carlos era su doctor y no la llevo a la clínica?⎯ asiente con su cabeza.
⎯ Ellos desde hace dos años que no se hablan, desde el día que murió mi abuela y yo me aferre a su cuerpo y no lo quería dejar ir. No podía soltarla y dejar que la metieran en esa caja fría y oscura. Ella no merecía morir.
⎯ Rebi, todos vamos a morir en algún momento, es la ley de la vida.
⎯ Lo sé, pero duele, duele mucho despedirse de alguien a quien amas tanto.
⎯ Te entiendo.
Él la abraza para contener su dolor y deja que sus lágrimas sigan rodando por sus mejillas sin control.
⎯ Hay algo más y sé que no te va a gustar.
⎯ Todo de ti me gusta.
⎯ A principio de año quise componer las cosas en mi hogar, ya no quería ser el centro de atención por sufrir de depresión.⎯ él la mira asombrado, pero no dice nada.⎯ Entonces contraté a un chico para que me pase a buscar y finja ser mi novio delante de mis padres, pero era un pesado. No lo soportaba y no dejaba sus manos quietas cuando estábamos en la casa. Se tomaba su papel muy en serio.
⎯ ¿Te hizo daño?⎯ pregunta preocupado.
⎯ No, solo a mi ego, no teníamos nada en común y odiaba mi olor a abuelita.
⎯ Tú no tienes olor a abuelita. Tu aroma a fresa es delicioso.⎯ besa su cuello.⎯ Me encantas.⎯ la vuelve a besar.
⎯ Jajaja. Por eso llamaste mi atención.⎯ confiesa Rebeca mirando fijamente a la nada.⎯ No te gustaba mi yo real, sino mi aroma. Ese día estaba vestida horrible y aún así te fijaste en mí.
⎯ Desde que te vi, me gustaste.⎯ la besa muy apasionadamente sin importar que su rostro esté humedecido.⎯ Me encanta tu aroma y me encantas tú. Nunca lo dudes.
⎯ Gracias, por ser tan dulce y llegar a mi vida.
⎯ Y tenías razón, no me gusta para nada la idea de que alguien te haya tocado antes que yo.⎯ responde celoso.
⎯ Nunca me tocó de más, ni siquiera nos besábamos, sabes bien que tú fuiste mi primer beso.⎯ lo besa y se sienta en su regazo.⎯ Perdí mis ahorros en un tonto y lo peor de todo es que mi plan falló. Creía que si mis padres me veían contenta ya se olvidarían de la pelea absurda que tiene con mi tío; pero no lo soporte y lo despedí.
⎯ Esa fue una gran decisión.
⎯ Lo sé.
El celular de Rebeca comienza a sonar así que atiende. Era su madre preguntando donde estaba, sí estaba bien y cuando regresaría a casa. Rebeca le dice que todo está más que bien y que no sabe a qué hora va a volver; pero Martín decide que es mejor que vaya a descansar, así que la acompaña hasta su casa y se despiden en la entrada principal con un beso. Al otro día Martín comenzaba a trabajar a primera hora del día y no quería fallarle a Oscar.