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Después De Todo, El Papel Es Frágil.

Después De Todo, El Papel Es Frágil.

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Época / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Triángulo amoroso / Divorcio
Popularitas:1.3M
Nilai: 4.8
nombre de autor: AMZ

En el antiguo jardín de la mansión, la mesa de té estaba meticulosamente dispuesta para dos, mientras el sol de la tarde bañaba el escenario con suavidad. El hombre, impecable en su apariencia pero distante en su mirada, apenas prestaba atención a la dama frente a él. Sus cabellos rubios danzaban con la brisa, pero su expresión reflejaba tristeza y resignación. Con voz serena pero cargada de pesar, ella deslizó un documento sobre la mesa, diciendo: "Espero que encuentre a alguien que lo ame en la medida en que usted no lo considere una molestia."

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Capitulo 6

Tras alejarse del príncipe Erick, Lucian se vio rodeado de nobles que buscaban tener una conversación con él, dejando sola a Edith en medio del salón. Acostumbrada a esta situación, Edith se dirigió a una esquina y buscó un trago sin alcohol para beber. Siendo la futura Duquesa, se esperaría que las demás señoritas se acercaran a ella, pero paradójicamente, esto mismo las alejaba. El lugar que ocupaba Edith era codiciado por muchas otras mujeres, y el resentimiento por no ser ellas quienes ocuparan ese puesto las llevaba a ignorarla.

Hubo un tiempo en el que Edith se esforzó por cambiar esa dinámica, pero llegó un punto en el que se cansó de intentarlo. Simplemente, ellas no querían ser sus amigas.

Desde su rincón, Edith observaba el panorama en el salón y, una vez más, se encontró contemplando a Cedric Blackwood. Sin saberlo, su nombre surgía en una conversación entre el príncipe Erick y el hombre de profundos ojos azules.

- Erick: No entiendo cómo pudieron emparejar a una dama tan amable con alguien tan brusco...

Hubo un momento de silencio antes de que Cedric respondiera.

- Cedric: No entiendo, Majestad.

- Erick: Oh, lo siento, estaba pensando en voz alta. Me refiero a la dama que acabamos de ver, Edith Everglen.

Otro breve silencio llenó el espacio antes de que Erick continuara.

- Erick: Aunque tiene sentido pensando en que es la segunda hija de un marqués importante... No casaría a su hija con cualquiera, sumado a los intereses que con ellos vienen.

Edith, ajena a esta conversación, continuaba observando a Cedric con curiosidad. No podía evitar sentirse intrigada por el hombre de porte imponente que había llamado la atención del príncipe.

En medio del bullicio del salón, un acto inesperado captó la atención de todos. El príncipe Erick, con voz firme y autoritaria, hizo un llamado de atención que silenció a la multitud. Todos los ojos se volvieron hacia él mientras anunciaba solemnemente:

- Erick: En reconocimiento a sus notables aportes en la conquista y expansión de nuestras tierras, he decidido otorgar el título de Conde a Cedric Blackwood.

El murmullo que siguió fue ensordecedor, los nobles se miraban entre sí con asombro y desconcierto. Erick continuó su anuncio, detallando las tierras y la gran recompensa monetaria que acompañarían al título. La sorpresa y la incredulidad se reflejaban en los rostros de los presentes, pero el príncipe parecía disfrutar del torcimiento en las expresiones de los aristócratas ante el ascenso de un plebeyo.

Sin embargo, para Edith, la noticia fue recibida con agrado y admiración sincera.

 - Edith: [Es bueno que reconozcan cuando alguien se esfuerza tanto]

Pensó mientras observaba la ceremonia donde el príncipe otorgaba las insignias de nobleza a Cedric. Para ella, era un merecido reconocimiento a los méritos y sacrificios del hombre que había despertado su curiosidad desde el momento en que lo vio.

Después de la ceremonia, la velada continuó entre conversaciones animadas y susurros de sorpresa. Edith buscó con la mirada a su familia en el bullicio del salón, pero no logró encontrarlos. Era evidente que no habían asistido, y pensó que su presencia no cambiaría mucho las cosas, ya que no es que tuviera la mejor relación familiar.

Decidiendo que necesitaba un momento de tranquilidad, Edith se retiró del salón. El fresco aire de la noche la recibió al salir, ofreciéndole un respiro bienvenido después de la agitación de la fiesta. Aunque sola, encontró consuelo en la calma de la noche y en la certeza de que, a pesar de todo, había presenciado un momento de justicia y reconocimiento para alguien que lo merecía.

Edith se recostó en el barandal del balcón, sumida en sus pensamientos mientras observaba la noche estrellada. La brisa suave jugaba con mechones sueltos de su cabello, y su vestido de gala se mecía ligeramente con el viento. A pesar de la celebración en el interior, este rincón tranquilo le proporcionaba un escape temporal de las formalidades y expectativas de la nobleza.

 El ver como alguien era reconocido por sus esfuerzos, despertó en ella deseos guardados en su interior. Había deseado, al menos una vez, que Lucian reconociera todo lo que ella hacía por él, que notara sus esfuerzos y le dedicara unas palabras de agradecimiento. Solo con ese gesto, sería feliz.

Sin embargo, rápidamente sacudió la cabeza, desechando esos pensamientos como inútiles. Era demasiado tarde para esperar algo así de Lucian. Aunque ocurriera, ya no cambiaría nada.

Fue entonces cuando alguien más entró al balcón. Edith giró la cabeza y sus ojos se abrieron de sorpresa al encontrarse con Cedric Blackwood. Una sensación fugaz de nerviosismo se apoderó de ella cuando sus miradas se encontraron, y sus pupilas temblaron ligeramente bajo la intensidad de su mirada.

Cuando se dio cuenta de su reacción, parpadeó un par de veces, recuperando su compostura, Cedric rompió el silencio primero, disculpándose por la intrusión.

- Cedric: Lo siento, no sabía que estaba ocupado.

Edith recuperó la compostura rápidamente y respondió solemnemente.

- Edith: Está bien, no me molesta compartir el espacio si así también usted lo desea.

Él asintió con un gesto de agradecimiento y se acercó al borde del balcón, apoyándose en el barandal mientras contemplaba el jardín nocturno.

Edith lo observó de reojo, capturando cada detalle de su apariencia. Vestido con un traje militar oscuro que le sentaba impecablemente, Cedric destacaba por encima de la mayoría. Era alto, incluso más que Lucian, y su físico prominente transmitía una presencia dominante. Su nariz perfilada, su barbilla marcada y sus ojos afilados complementaban perfectamente su aura poderosa.

Edith pensó que con su apariencia y sus recientes logros estaría rodeado de Señoritas y nobles que quisieran hablar con el, pero aparentemente no fue así.

Edith reflexionó sobre la paradoja de la nobleza en Avalonia. A pesar de los logros recientes de Cedric y su imponente presencia, la etiqueta de plebeyo parecía ser lo único que los demás podían ver. Era una muestra más del clasismo arraigado en la sociedad noble, una realidad que Edith había aprendido a reconocer y cuestionar a lo largo de los años.

Edith, sintiendo el peso del silencio, decidió romperlo con una conversación ligera, intentando aliviar la tensión en el aire.

- Edith: La fiesta está animada, ¿no es de su agrado, Conde?

Cedric, ligeramente sorprendido por el uso de su título nobiliario por parte de Edith, se estremeció levemente antes de responder con calma:

- Cedric: No me gustan los lugares ruidosos.

La respuesta corta de Cedric dejó un vacío incómodo en la conversación. Edith, buscando encontrar algún punto en común, continuó con un tono un poco melancólico:

- Edith: Lo siento.

Cedric se desconcertó por sus palabras y la miró con curiosidad.

- Cedric: ¿Disculpe?

Edith desvió la mirada hacia el vacío mientras continuaba.

- Edith: Es por... Lucian. No, quiero decir, le pido disculpas por la actitud grosera de mi prometido, el Duque Lucian Beaumont.

Un silencio tenso llenó el ambiente mientras Cedric procesaba las palabras de Edith.

- Cedric: No es su deber disculparse por acciones de otros.

Antes de que la conversación pudiera continuar, la puerta del balcón se abrió bruscamente, revelando a Lucian con un aspecto poco convencional. Sus ojos se posaron en Edith y Cedric con una mezcla de sorpresa y desaprobación.

1
M Jesus Álvarez
Excelente
Paola Vanessa Davila Salinas
Gracias autora por esta historia, bien relatada. Me gustó.
Qué pasó con el Duque? Eso ya no lo dices en la historia, me gustaría saber🤔
Jan Delacruz
está frase me encantó❤️
Dina Parra
Excelente
Gaby C
jajajaja
María sarmiento
hermosa historia
Yania Cortina
Excelente
Gaby C
olvidar a alguien que amas no es fácil. pero estoy esperando cómo se desarrolla. me gusta.
Vito C
Excelente historia 👏👏👏
Shandira perez
Malo
Belen Berriel
Excelente
Camila Gonzalez
muy bueno
me encanto al principio mucha descripción y alargue para describir las situaciones per después exelente
Betty Blanco
cuál es el secreto
Anonymous
Gracias escritora pero hasta aquí llegó me cance leer un personaje principal ( Edith ) tan inútil y dependiente que aguanta de todo por inútil cansa
Ana Parra: lo peor es que no es inútil, pues dice que trabajo en la oficina y ordenó el desastre que ahi había...solo es estúpidamente estúpida y dejada
total 1 replies
Betty Blanco
Excelente
Sam bourgeois
me encantó autora
Michel Andrea
hermoso trabajo 🎉🎉🥰
K_R.💜
🤩 me encanta, amo, amo, amo
Tina Ixchiel Puthod
no pudiste hacerla entrenar,tener magia!!!!falta q la viole y todos yupppierer
K_R.💜
touché
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