Las almas que se encuentran, se reconocen y nunca se sueltan, ni con la distancia, el silencio y con las vueltas que de la vida misma.
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Ha iniciado.
Tabita.
— buenos días— levante mi vista al escuchar un pequeño golpe en el escritorio frente a mi— me presento, mi nombre es Magnus Landvik, seré su profesor de historia antigua.
Me quede sorprendida o mejor dicho en shock, su mirada iba dirigida a cada alumno presente en el aula hasta que volteo y al verme me mostró una pequeña sonrisa provocando qué me sonrojara al instante.
Comencé a jugar con el bolígrafo que estaba entre mis dedos, pero por el excesivo movimiento este mismo salió volando cayendo cerca de sus zapatos muy bien lustrados.
Volvió a sonreír al verme, trague saliva y gire a ver a mi amiga, que casi babeaba por el profesor Magnus, en eso Alex tomo mi hombro moviéndome.
— mira, mira— hablo en susurro, pero al decirme no quise voltear, no quería hacerlo.
Hasta que un carraspeo se escucho frente a nosotros y al girar mi cabeza de inmediato mis ojos fueron guiados por el fino camino de esos botones azules que decoraban ese saco ajustado, ese cuello bien cuidado, esos labios, esos ojos, Dios que estoy pensando.
Al darme cuenta de que él seguía viéndome mientras que yo por un instante divagaba en mi mente por mis pensamientos no tan santos, intente pasar saliva, pero esta se atoró provocando que tosiera sin control.
Y sentí su mano en mi espalda haciendo el momento, extraño e incómodo por la sensación de sentir su tacto en mi.
— ¿se encuentra mejor señorita Becker?— asentí, mis labios los sentía tan secos al tenerlo tan cerca de mi, que podía ver mi reflejo en sus ojos azules — esto es suyo— su voz tan vibrante y en la peculiar manera en que lo dijo provocó que toda mi piel se erizara al instante — tenga más cuidado con su bolígrafo.
Me lo entrego y solo asentí mientras que mis mejillas se volvían a sonrojar — gracias profesor.
Y por primera vez en toda la clase mis nervios me impidieron concentrarme, era una situación que por más que intente controlarme nunca lo logre, ya que él solamente me veía sin importarle qué los demás se fijarán.
Cuando termino la clase respire aliviada solo por dos segundos, ya que una Alexia muy animada me dijo que él daría la última asignatura.
Todo esto me estresaba porque cuando mis oídos se dignaban a escuchar todo lo que salía de su boca era tan interesante siendo de los temas que sin duda me fascinarían, pero para mi desgracia no podía, y, ¿por qué?, la verdad no sé.
Al terminar la clase, mi amiga se despidió sin decirme a donde iba o mínimo que me esperara para salir juntas de esta aula, pero no, solo se fue dejándome aún con todas mis cosas regadas en la mesa.
Respire profundo y seguí guardando mis cosas en la mochila sin siquiera levantar la vista, pensando que quizás ya se había ido, pero estaba tan equivocada.
Y me di cuenta que algo corpilento impedía el paso de la luz hacia mi — ¿necesitas ayuda Tabita?— abrí mis ojos al escucharlo llamarme.
— no, no, ya casi acabo— curvo sus comisuras, poso sus dos manos sobre la mesa y se acercó a mi tanto que podía sentir su respiración.
— Jeg fant deg min kjærlighet.
[te encontré mi amor].
Levante mi ceja al escucharlo hablarme en otro idioma, volvió a sonreír, se incorporó, ajusto su corbata y salió del aula, dejándome tan confundida como a la par que mi respiración era demasiado lenta.
Colgué mi mochila sobre mi hombro y salí del aula, camine con mi vista baja sin ver nada a mi alrededor, llegué a casa y solo me encerré en mi habitación pasando las horas hasta que me quede dormida...
...... ......... ..........
Intente darle una bofetada, pero esta fue detenida por su mano, mientras que con la misma comenzaba a ejercer fuerza en mis muñecas — ¿¡dónde está!?— grite con desesperación, él giró su vista hacia mí y de inmediato se levantó dándome una muy fuerte bofetada mientras seguía sosteniéndome — solo quiero tenerlo conmigo.
— eso nunca pasará, tú solo eres un recipiente, pero tu jamás criarás a mis hijos, ¿entiendes?— al escucharlo decirme que no lo volvería a ver, sentí que mi corazón se partió en mil pedazos y solo me deje caer al suelo.
— ¡por favor!— le implore al borde del llanto y con mi voz temblorosa y solo sentí otra bofetada en mi mejilla.
Me tomó de la barbilla ejerciendo presión con sus dedos y me hizo verlo a los ojos— Athena, ¿entendiste?— suspiré sin contestarle y él solo hacía cada vez más presión en mi barbilla— ¿¡entendiste!?.
Nuevamente suspiré en medio de sollozos hasta que solo asentí sintiendo mi corazón comprimirse, me soltó, sonrió y se fue dejándome en el suelo junto a mi dolor por no poder ver más a mi hijo, me quedé inmóvil por mucho tiempo, perdida en mis pensamientos, cuando me iba a levantar una mano esperaba por mí, entrelace mi mano y me ayudo a levantarme.
Al sentir su toque, volví a sentir mi piel erizarse, al verlo sabía que era el caballero de reluciente armadura…
........ ..... ......... .........
La alarma sonó y al levantarme mi corazón se sentía contraído, toque mis mejillas y había rastro de lágrimas sobre ellas.
No entendía que me estaba pasando, esos sueños extraños que los sentía tan vivos y tan míos que en verdad parece una locura completa.
Camine al baño y al verme al espejo recordé una fragmento del sueño, pero, ¿quién era ese que en mi sueño me hizo erizar mi piel?.
Disipe mis pensamientos y me di una ducha muy larga olvidándome de la hora por completo, al salir me cambie, pero ya era tarde y solo me senté a la orilla de la cama.
Comencé a peinar mi cabello y al recordar sin sentir mis lágrimas salían, no me explicaba qué sucedía, esto daba indicio de una conexión a algo o simplemente necesitaría ayuda para encontrar alguna explicación viable.
Suspiré mientras veía hacia la ventana cuando un ligero toque se escucho en mi puerta — princesa, ¿puedo pasar?.
— mamá sabes que no es necesario tocar, tu puedes entrar sin pedir permiso— cuando abrió la puerta su sonrisa iluminaba cada rincón de mi habitación.
Golpe mi costado de la cama y ella sentó, me abrazo tan fuerte y cálido que sin explicación solo comencé a llorar sin razón.
— tranquila mi amor— escondí mi rostro entre su cuello, mi llanto disminuyó a solo sollozos— ¿quieres hablar al respecto?.
Al separarme de ella solo asentí— ¿recuerdas cuando te conté del sueño extraño? — sonrió confirmándome que si — madre aún sigo teniendo esos raros sueños, pero ahora los siento tan reales.
Suspire tan profundo que mis pulmones se comprimieron tanto que dolían, mi madre solo me observaba, se levantó y me vio mientras sonreía— Tabita, ha iniciado, el destino está escrito.
Mi entrecejo se contrajo ante las palabras de mi madre — ¿a qué te refieres mamá?.
Se acercó a mi, acarició mi mejilla limpiando las escasas lágrimas hasta dejar un beso en mi frente— no pienses tanto sobre lo que sucede, no te estreses y solo relájate, el tiempo junto al destino pondrá todo en orden y por fin entenderás todo, te amo mi princesa y descansa que yo ya me encargue de tu ausencia este día.
Me sorprendí por todo las palabras de mi madre, pero al final solo asentí, ella salió y me quedé en cama por horas aún dándole vuelta a todo, intentando encontrar una respuesta.
Pero después de tanto decidí tomar las últimas palabras que me dijo mi madre, no me estresaré y solo me relajaré y que el destino me muestre lo que tiene para mi.