Maximiliano Smith, el último soltero de los Insoportables descendientes, nos contará su historia de amor. Después de una relación fallida y una hija, encontrará a la mujer que haga latir su corazón.
Solo que ella, será un alma indomable y él deberá luchar para penetrar esa dura coraza, si quiere el premio mayor. "el corazón de su amada".
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CAPÍTULO 20
Malena, en esta oportunidad se sentó frente a la niña. Porque su abuelo la estaba ayudando a desayunar.
—Estrella, mi amor. Esta hermosa chica, se llama Malena y será tu nueva niñera. —le dijo su abuela y la pequeña levantó su mirada y le sonrió a Malena.
—Bienvenida —fue lo único que la pequeña le dijo y empleó el tono de voz más dulce que Malena había escuchado.
—Gracias Estrella. Espero que nos llevemos bien.
—Por supuesto —le dijo la pequeña y disimuladamente le guiñó un ojo a Malena.
Malena se sorprendió y comenzó a desayunar. Su postura y sus modales en la mesa eran notablemente refinados. Julieth observaba como la chica ponía en práctica todos sus conocimientos, para no desentonar con ellos.
—Malena, mi hijo salió de viaje. Regresará en dos días. Cuando regrese lo conocerás. Es importante que estés muy pendiente de mi nieta. Nosotros regresaremos a Rusia, mañana a primera hora. Te quedarás a cargo de Estrella. Aquí hay muchos empleados. Pero tú eres la principal responsable de ella. Recuerda lo que hablamos. Tienes mi número de teléfono. Cualquier cosa, por insignificante que te parezca, me llamas. Puedes consultarme lo que quieras. No te quedes callada. Si no está mi hijo, ni nadie más de la familia. Entonces eres tú, quien toma las decisiones respecto a mi nieta. ¿Entendido?
—Si, señora. Entendí cada palabra.
Malena escuchaba atentamente cada palabra. Pero estaba muy nerviosa y preocupada. Aún no sabía, ni cuidarse ella misma. ¿Cómo iba a cuidar de una pequeña? Y que para colmo, estaba en una silla de ruedas.
Ella se imagina que la niña debe recibir algunos cuidados especiales. Pero ella necesita este trabajo y está lista para aprender todo lo que necesite, para ayudar a la pequeña a recuperarse.
—Estrella —la nombró su abuela para que le prestará atención.
—Si, abue
—Debes respetar y obedecer a Malena. Ella no es como las demás niñeras. Ella es mi amiga y te cuidará muy bien. Pero debes poner de tu parte. ¿Entendido?
La pequeña levantó su mirada hacia su abuela y le sonrió
—Si abuelita hermosa.
—Bueno, ahora terminemos de desayunar. —le dijo Thiago y todas asintieron.
Después del desayuno. Julieth y Malena llevaron a la pequeña al jardín y Julieth enseñaba a Malena, como peinar a la niña y Malena trataba de aprender todo paso a paso.
Estrella se tornaba muy amable y educada en todo momento.
Pero no todos estaban contentos, con la llegada de la nueva niñera.
Desde la cocina, muchas miradas de envidia y odio se dirigían hacia la joven niñera.
—Esta mocosa idiota ¿De dónde salió? —preguntó la otra niñera.
—Ni idea, pero parece muy cercana a la señora Julieth. Así que hay que tener mucho cuidado con ella. —le respondió Nadia una de las mujeres del servicio.
Pero la cocinera, harta de sus intrigas, intervino.
—Dejen la envidia y los chismes. Dilcia usted ya renunció. Por lo tanto, no estés destilando veneno en contra de la niña Malena, que no te ha hecho nada.
—¿Renuncié? Yo le comenté a la señora Julieth, que tal vez Renunciaría, pero no es nada oficial. Además, ahora que hay nuevos beneficios para las niñeras. Creo que me voy a quedar. Ya tengo mi contrato firmado, así que ni modo. La mocosa tendrá que irse, por dónde vino.
—Dilcia, la señora Julieth, no es una mujer con la que se pueda jugar. Mejor vete tranquila. Búscate otro trabajo.
—Ya encontré otro trabajo o mejor dicho, tengo una mejor idea. ¿Qué tal, si ella cuida a la hija y yo cuido a su papacito?
—Ja, ja, ja. Ahora sí estás bien loca. El señor Maximiliano, es de gustos refinados. Jamás se involucrara, con una empleada muerta de hambre como nosotras y ahora ya vayan a trabajar. —se burló la cocinera y fue a cumplir con su trabajo.
Mientras que las otras se quedaron, confabulando en contra de Malena.
El día pasó volando y Estrella se portaba de las mil maravillas con Malena en frente de sus abuelos.
Pero Malena se estaba preparando, sentía que esto, era la calma antes de la tormenta. No solo por la pequeña, sino por las otras empleadas. Las muy idiotas, ni se imaginan, con quién se están metiendo.
Ella ha tolerado, sus estúpidos comentarios y habladurías en silencio. Porque sabe que Julieth y Thiago se irán mañana y ella no quiere perder su trabajo. Pero no tolerará ningún tipo de maltratos. Malena tiene la esperanza de poder resolver las diferencias de manera civilizada.
Pero sino, triste por ellas. Tendrán que aprender por las malas.
Dilcia se acercó muy sonriente a enseñar algunas cosas a Malena y fingía ser amable con ella, delante de Julieth y Thiago.
Pero su sonrisa se esfumó cuando Julieth se acercó a ella.
—Dilcia, acompañame al despacho. Necesito finiquitar tu situación antes de irme.
La mujer se puso pálida. En realidad Julieth era una mujer intimidante y no sabía cómo decirle que ha cambiado de opinión. Y que quiere quedarse.
Entonces solo asintió y fulminó a Malena con la mirada y la pequeña soltó la carcajada.
—¡Si! ¡Guerra de niñeras! —Gritó, levantando ambas manos y agitándolas al aire.
Malena se sorprendió y no pudo evitar contagiarse de la risa de la pequeña.
Mientras Dilcia se fue molesta, detrás de Julieth.
Julieth se había enterado de las intenciones de la niñera de retractarse de su renuncia y decidió apresurar sus planes. Lo lamentaba por Malena, pero tendrá que improvisar. Porque no tendrá quien la entrene.
De todas maneras contará con su apoyo, pero desde la distancia.
Dilcia salió furiosa del despacho, con su cheque en las manos y con una carta de recomendación. A los pocos minutos, un taxi vino por ella.
Esa noche, Julieth le recomendó a Malena irse temprano a descansar. Porque sabía que Malena. Al día siguiente, tenía su prueba de fuego. Un día sola con Estrella y para colmo sin el entrenamiento adecuado.