Le entregué todo de mí... y ella me pagó de la peor manera; con la peor de las traiciones, me engañó vilmente con mi mejor amigo, los dos me lastimaron, humillaron y casi acaban con mi vida por el dolor que me causaron, y los odio, los odio con todo mi corazón.
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CAPÍTULO XX NUEVO ENFRENTAMIENTO
LAURA
Los días siguieron pasando, y yo no volví a la clínica después que él Doctocito me corriera, antes de que Matthew saliera del alta médica he ir a guardar reposo en casa. Elisa se reunía conmigo y Luiggi, para darnos razón de su hijo, y los avances que hasta la fecha iba presentando, y también aprovechar y compartir con su nieto, optó por buscarlo los domingos y llevarlo a pasear todo el día con ellos, obviamente, Matthew no tenía conocimiento de esto.
Cuando Elisa llegó con mi hijo de pasear, nos sentamos a tomar café y conversar, por ahora nuestro gran tema de interés principal, ¿cómo carrizo desenmascarar a la flamante novia de Matthew?
Junto con Luiggi, quién por obvias razones tampoco pudo volver a la clínica, nos pusimos en la tarea de recordar episodios de la noche de incidente, pero no había nada que pudiera involucrar directamente a Hannah como la responsable. Yo solo pude recordar que ella en todo momento estuvo a mi lado... si ¡A mi lado!
. - Claro Luiggi, esa noche particularmente ella no se alejó de mí, y la única bebida que recuerdo haber tomado, fue ella quién me la dio. Claro, ya después me dejó sola, recuerdo haberla buscado a mi lado para apoyarme en ella y ya no estaba. Luiggi, ella fue quien me drogó...
.- ¡Desgraciada, también fue quién nos buscó a nosotros para seguir a Matthew, y sabía exactamente dónde ir!
. - Lástima el cabezota de Matthew está como está, si no con el fulano correo del que nos habló, tal vez podríamos saber quién lo creó o la IP de ese dispositivo.
. - Ves lo que te digo Laura, esa mujer no se puede casar con Matthew - me dijo Elisa evidentemente preocupada - debemos alejarla de él cómo sea, es más me voy, capaz y ya esté metida en casa lavándole el poco cerebro que le queda a mi hijo...
. - ¡Elisa! - Le dijimos Luiggi y yo al unísono.
. - Jajajja, ¿estoy mintiendo acaso? - dice moviendo la cabeza y ya con cara de angustia - realmente está más cabezota que nunca y me preocupa mucho...
. - No te aflijas Elisa, vamos a darle tiempo, porque igual no lo podemos presionar - y pensé que definitivamente eso jugaba en contra nuestra, porque había tanto que decirle.
. - Con él así, nuevamente estamos atados de manos y seguimos siendo sus enemigos jurados.
. - Y él nuestro verdugo, Shhh, estoy tan cansada de esto... creo que ahora sí te voy a apoyar - dije mirando a Elisa - tu hijo y su cabezota van a acabar conmigo.
. - Tendremos que ir un paso adelante y no cruzarnos en su camino, pero no te preocupes Laura, yo te protegeré - le sonreí a Luiggi con sincero agradecimiento.
Elisa se despidió después de compartir un rato con su nieto, que la adora, a pesar del poco tiempo que lleva conociéndola personalmente. Gracias a Dios, no ha insistido con la aparición de su padre.
Luego de que Luiggi también se fuera, me puse a organizar un poco la casa y preparar todo para el inicio de semana, Después que terminé en la sala y cocina, me fui al cuarto de mi niño para dejarle listo su uniforme y útiles escolares, jugué un rato videojuego con él y me dispuse a salir para tomar un libro de su biblioteca.
. - A ver jovencito, ya jugaste suficiente, ahora vamos a leer un poco, luego, mientras hago la cena te bañas ¿si?
. - Mami, yo ya sé leer ¿lo sabes verdad?
. - Sí, lo sé, pero igual hay que practicar para ir mejorando y convertirte en un experto como lo eres con los vídeos juegos...
. - Jump que tramposa eres mami - ambos nos reímos, él las agarra todas - pero sí, quiero ser el mejor para que cuando mi papá venga esté orgulloso.
Al escucharlo volteé a mirarlo sorprendida y su sonrisa era de oreja, eso jamás me lo esperé, y no sabía que decirle esta vez.
. - ¿Por qué dices eso mi vida? - quería escuchar su apreciación o mejor dicho, inquietud al respecto - Sabes que papá se puede tardar un poco más ¿verdad?
. - Bueno, ya los abuelitos llegaron, no debe faltar mucho para que papá lo haga, ¿no crees mami?
. - Sí, tal vez tienes razón mi amor - ay Dios, que difícil y agotador todo esto - Debe faltar poco.
. - Seré muy feliz mami - dijo mientras aplaudía con sus manitas, que bella inocencia - y tú también, ¿verdad mamita?
. - Si mi amor, si tú eres feliz, yo soy feliz hijo - tenía un nudo, en la garganta que debía disipar, carraspee - Bueno, ¡ahora vamos a leer!
Le puse el cronómetro para que iniciara su lectura y me quedé observándolo y pensando que mi hijo aunque no había manifestado nada con respecto a su padre, lo está esperando tan ansioso cómo lo hacía yo. Qué ingenua me sentí al creer que él era indiferente a la ausencia de Matthew, y resulta, que él estaba preparándose para ser el mejor, y enorgullecer a su padre. No, Definitivamente, mi hijo me da lecciones a diario, es hasta más maduro que yo ☺️
En la mañana cuando íbamos en camino al colegio de Matti, recibí una llamada de Elisa, al ver su nombre en la pantalla me asusté mucho, supuse que algo le pudo haber pasado a Matthew y respondí casi en un susurro.
. - Elisa... - comencé respiraciones profundas y lentas para calmar mi asustado corazón.
. - Hola Laura, tranquila, Matthew está bien - me dijo al captar mi agonía - es Solo que la víbora lo convenció por fin de irse de casa.
Sentí una punzada de rabia en contra de Matthew y su terquedad, sé que está convaleciente, pero eso no le impide escuchar a sus padres y las recomendaciones médicas. Siempre tan terco y soberbio. Pero bueno, cada quién elige su destino.
. - Qué puedo decirte Elisa, ya no podemos hacer nada... - le dije con frustración.
. - Solo nos queda que le niegues el divorcio Laura - dijo casi en un sollozo.
. - Tranquila, haré lo que pueda Elisa - la calmo - Por ahora no creo que me vaya a buscar.
. - Debes ser firme, no te dejes amedrentar, él no atentaría físicamente contra ti, ni nadie.
. - Ummh, tal vez contra otro no, pero contra mí puedo esperar cualquier cosa, o ¿Acaso olvidaste cómo me trato en la Clínica?
. - Pues sí, pero Laura tú debes ser más firme y no demostrarle miedo, debes ponerlo en su lugar.
. - Está bien Elisa, estaremos en contacto, voy a dejar a Matthew en la escuela.
. - Okey nena, cuídate.
Colgué la llamada y volteé a mirar a mi hijo...
. - Llegamos mi amor, un nuevo día para aprender muchas cosas... ¿Estás preparado?
. - ¡Yupi, si mami, amo aprender!
. - ¡Muy bien, esa es la actitud!
Me bajé y ayudé a mi hijo a salir, tomé su manita y me acerqué a la puerta de su colegio para entregárselo a su profesora.
. — Chão amor mio, nos vemos más tarde si? Te amo mi vida.
. - ¡Chao mami, te amo mucho con mi vida y grande!
. - Gracias mi vida, yo igual - lo besé y lo despedí con la mano mientras la profesora se lo llevaba.
Emprendí mi camino a mi lugar de trabajo. Al llegar estacioné y cuando me bajé me encontré Cara a cara con Matthew, Dios mío, la impresión casi me mata. Traté de mantener la calma y evitar que su transformada cara me asustara más de lo que estoy.
. - ¿Dónde estabas? - me tomó del brazo y me retuvo contra el auto - tengo más de media hora esperándote.
. - ¿Para qué lo harías? - miré su mano en mi brazo - ¡por favor suéltame!
. - Cómo qué no tendría por qué? - presionó más fuerte su agarre - ¡Tú y yo tenemos algo que resolver!
. - Estamos en plena calle - le dije en voz baja, varios de mis compañeros van llegando e inevitablemente estamos a su paso y no pierden oportunidad de mirarnos - Por favor, hablemos en otro momento.
. - ¿Qué, temes qué tu amante te vea? - mi brazo ya no aguantaba más su agarre y trate de quitarle la mano - Eso nunca te importó ¿por qué ahora si?
. - Matthew di lo que tengas que decir y márchate - su mandíbula se contrajo y me apretó más fuerte el brazo haciendo que un gemido escapara de mis labios
. - ¿Cómo me llamaste? - estaba fúrico, sus ojos echaban chispas.
. - Dije Matthew ¿es ese tu nombre no?
. - ¿Cómo te atreves a pronunciar mi nombre con tu sucia boca? - todo eso lo dijo con la mandíbula apretada, estaba conteniendo la rabia.
. - ¡Ay por Dios! Ya basta de esa ridiculez, tú...
. - ¿Ridiculez? ¡Maldita seas! Ese es tu maldito problema, todo lo ves cómo si nada te importara, usas a la gente, te burlas, la humillas y desprestigias y ¿eso es una ridiculez? ¡Eres una maldita mujer frívola y sin sentimientos! No sabes...
. - Sí, Sí, sí ya me sé ese estúpido discurso Matthew, soy todo eso que tú dices, muy bien, si ya termines me retiro y no te atrevas a seguirme - intenté soltarme de su agarre y él me halo con mayor fuerza, pegándome con violencia del auto.
. - ¡Maldita, tú a mí no me dices que hacer y menos me dejas con la palabra en la boca!
. - ¿Tú a mí si? - sacudo la cabeza incrédula de este hombre que ahora se cree un macho alfa - ¿qué derecho te crees qué tienes para maltratarme y gritarme cada vez que se te cruzan los cables? - miré su semblante, se estaba poniendo pálido - escucha Matthew, lo mejor es que pidas un taxi y te vayas a tu casa... no te ves bien.
. - No digas mi nombre - dijo en voz baja, para no gritar, realmente estaba mal - me duele la cabeza.
. - Okey señor Miller, suéltame el brazo y te acompaño a tomar un taxi ¿si? - Él me suelta y yo sonrío. No me preocupaba porque sabía que eran episodios normales de su condición y cómo no se cuida, sino que anda con ganas de joderme la vida.
. - ¿Tú sabes qué yo te odio verdad? - ya estaba divagando.
. - Sí, lo tengo claro. Ahora Cállate y descansa esa cabezota que tienes.
Él levantó la cara hacía mi pero no tenía ni fuerzas para pelear, así se duro sería el dolor que tenía. No sé la dirección de la víbora, por eso, lo envié directo con su madre.