Ambos creían haber encontrado su final feliz, pero les rompieron el corazón de la forma más cruel.
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Capítulo 19
...Helios....
—Entoces, básicamente estás diciendo que, mientras estuve fuera por unas horas, ¿Ustedes dos comenzaron a salir? ¡¿Cómo pasó eso?! Te dejé solo unas horas y ahora tienes novia. No me quejó, en absoluto, pero no pensé que fueras tan rápido.
Nathan, cómo era de esperarse, estaba muy sorprendido por mí declaración de que ahora Oriana estaba saliendo conmigo. No lo juzgo, si fuera al revés también estaría sorprendido, e incluso preocupado, porque todo pasó muy rápido. Pero quiero estar con ella, no digo que nos casaremos y seremos felices para siempre, porque sé que no tenemos la certeza de lo que ocurrirá en el futuro. Pero, al menos ahora, en el presente, la quiero a ella y sólo a ella.
—Sí, no queremos encasillar nuestra relación, pero sí, estamos saliendo –El orgullo que sentía al decir que estaba saliendo con ella era notable, me gustaba mucho Oriana, su personalidad, su apariencia, su dulzura y fortaleza, todo ella es algo digno de admirar–.
Sabía que la había pasado mal con su ex-novio, entonces, mí deber era hacer que aquella pequeña y dulce mujer, se sintiera como si fuera la única en el mundo. Tratarla como una reina. Porque eso era ella, una reina, ahora era mí reina y debía demostrárselo.
Organicé una cena especial en un restaurante cerca de la playa, sí, simplemente cerca. Eso es porque a mí reina no le gusta la playa, sí el océano, pero la arena no. Además, sabía que ella usaría sus extremadamente altos tacones, por lo que no podría caminar con ellos, entonces pensé que sería genial cenar en un lugar con vista al océano, sin tener que tocar la arena. ¿Y qué mejor lugar para cenar cerca del océano, que un yate? Así es, compré un yate sólo por ella.
Mí preciosa eligió un hermoso hermoso vestido amarillo con flores y, como esperaba, unos tacones que podrían romperle los tobillos pero, por alguna razón, ella sabía caminar muy bien con ellos.
—¿De verdad compraste un barco para nuestra cita? –Cuestionó anonadada, ciertamente fue una compra innecesaria, podía simplemente haberlo alquilado, pero no. Quería ponerlo a mí nombre, así siempre que Oriana quisiera, iríamos a navegar–.
—No es un barco, amor. Es un yate –Le expliqué, ella no pareció entender las diferencias, pero realmente no importaba. Hoy era nuestra noche especial, nuestra cita, y no íbamos a perder el tiempo en una discusión sobre yates y barcos–.
Comenzamos a navegar, aunque me hubiera gustado hacerlo yo mismo, no sabía cómo hacerlo. Así que me vi en la obligación de contratar un capitán para nuestra cita, mientras él se hacía cargo del timón, nosotros nos la pasábamos bebiendo champaña mientras observábamos el océano debajo nuestro y las estrellas encima.
—Te ves hermosa –Declaré con calma mientras la observaba observar el cielo nocturno, dejando que la luz de la luna se posara sobre su piel. Una piel que llevo noches queriendo besar, anhelando volver a recorrer, pero debo ser paciente, acordamos ir lento y eso es lo que estoy haciendo ahora–.
—Tú también te ves muy guapo, debo admitir que el blanco te queda muy bien –halagó–. Generalmente sueles usar muchos trajes pero, las chombas junto con bermudas te sientan demasiado bien, cariño.
Sonreí, sintiendo un enorme orgullo llenar mí corazón, sus palabras hacían que mí ego se hiciera cada vez más grande. Ella no sólo era preciosa, era mucho más joven que yo, muy sexy y, como si fuera poco, increíblemente dulce. Ella es mí estímulo, lo que necesito para volver a ser yo. Ella es mía.
—Ven acá, amor –tomé su cintura, sentándola en mí regazo. Había ordenado comida y postre para nuestra velada, ella no tenía hambre de nada salado, así que agarré unas frutillas cubiertas de chocolate y comencé a acercarlas a su deliciosa boca–. Abre, preciosa.
Ella obedeció, como la niña buena que es. Abrió su boca y observé con detenimiento como esos labios carnosos cubrían aquélla fresa. Miré extasiado como masticaba lentamente con los ojos cerrados, deleitándose con el sabor, para luego abrirlos y encontrarse con mí mirada; me estaba desafiando. Era una invitación silenciosa a algo más profundo e íntimo.
Y yo tenía todas las intenciones de estar profundamente dentro de ella.
Mientras hacía contacto visual conmigo, la muy descarada comenzó a pasar su lengua por mis dedos, llevando a mí dedo índice al interior de su cálida boca, comenzando a chuparlo. Un gruñido involuntario, seguido de un suspiro placentero se escapó de mí. Podía sentir como mis pantalones comenzaban a apretar, ella hacía que mí miembro quisiera explotar en cuestión de segundos.
—Estás tentando a tu suerte, bombón de licor –apreté mí agarre en sus caderas, acercándola aún más a mí–. Estoy tratando de ser un caballero, pero si actúas como una zorra, tendré que castigarte.
La temblar por mí amenaza cargada de deseo, pero no retrocedió, continuó mirándome con esos ojos de «tomame» y yo soy sólo un hombre, un hombre que nunca va a poder decirle que no a una mirada tan inocente, rogando por ser destruida, anhelando ser enviada al mismísimo infierno.
La tomé en mis brazos y la llevé a nuestro camarote, iba a hacerla mía. La haría rogar y, lo que es mejor, iba a llenarla por completo de mí.
...★★★...
...A Helios se le fue lo caballero y a Oriana lo inocente🤣🤣...
...El capitán escuchando todo:👁️👄👁️...
cómo estas
cuentame