La Segunda Vida de Rebeca

Mientras el camarero traía el vino elegido por Mauricio, un Chianti clásico, con cuerpo y aromático, Rebeca todavía estaba deslumbrada con el lugar. Ella observaba el reflejo de las luces en el cristal de las copas, el suave aroma de las flores alrededor, y se preguntaba cómo la vida podría haber cambiado tanto de un momento a otro.

El camarero sirve el vino y se retira.

Mauricio:_ Por los nuevos comienzos y las buenas sorpresas.

Rebeca:_Por los nuevos comienzos.

Los dos brindan.

Rebeca:_¿Puedo hacerte una pregunta?

Mauricio:_Todas las que quieras.

Rebeca:_Sé que es viudo, pero...

Mauricio:_¿Quieres saber si he traído a otras mujeres aquí?

Rebeca:_Yo no...

Mauricio:_Está bien, eres la primera, la verdad, y desde que Ava se fue no he tenido muchas citas, conocí a algunas chicas aquí y allá, nada sustancial, ¿sabes? Siempre llevé una vida discreta, ¿sabes?, nunca me gustaron las grandes fiestas, aparecer en revistas, esas cosas, siempre me gustó llevar una vida tranquila con mi familia.

Rebeca:_¿Y no tuvieron hijos?

Mauricio:_Ella no quería, Ava era pianista y siempre dijo que no tenía paciencia para lidiar con niños, así que respeté su deseo.

Rebeca:_¿Pero y tú?

Mauricio:_Me encantan los niños, pero sinceramente nunca pensé en ser padre, mas si algún día sucediera, me pondría muy feliz.

¿Y tú?

Rebeca:_Tengo la misma opinión que tú, pero no sé si podría cuidar de un niño, ¿quién sabe, verdad?

Mauricio:_Cuéntame más sobre ti.

Rebeca pensando...

¡No me quita los ojos de encima y qué sonrisa, Dios mío!

Rebeca:_Ah, no hay mucho que decir, mis padres y mi hermano murieron, me quedé viviendo con mi madrastra y su hijo. Y más recientemente los eché a los dos y ahora vivimos Giovanni, mi mejor amigo, y yo.

Le cuento toda la historia. Él me mira sorprendido.

Rebeca:_Debes estar pensando que estoy loca, ¿verdad?

Mauricio:_¿Por creer que tuviste una nueva oportunidad? Claro que no. Sea un sueño o no, realmente estás teniendo una nueva oportunidad y tienes que aprovecharla y vivir de la mejor manera posible. Leonardo es un idiota, yo nunca cambiaría a una mujer como tú por ninguna otra.

Mi corazón se acelera y le sonrío con timidez, no estaba acostumbrada a tantos elogios. Claro que a mis 26 años ya había salido con chicos, tuve algunos novios, incluso con Leonardo en mi cabeza me relacioné con pocos hombres, pero nunca con alguien como Mauricio. Él era diferente, me sentía tranquila con él, me hacía sentir viva y deseada, algo que hacía mucho tiempo que no sentía.

Rebeca:_Gracias.

La cena continuó con más conversaciones ligeras, Mauricio la hacía reír, ella contaba pequeñas historias de su infancia con Lorenzo, y él hablaba sobre sus viajes y el lado bueno de Italia. Él le contó sobre su vida con su exesposa y el dolor de perderla.

Mauricio:_Entonces fue así, ella murió porque contrajo una bacteria en una cirugía, quería ponerse silicona, yo estaba en contra, pero ella insistió y fue. Peleamos mucho por eso, pero ella siempre conseguía lo que quería de mí. Ella fue, y fue allí mismo donde contrajo la infección.

Rebeca:_Debió haber sido triste para ti.

Mauricio:_Sí, lo fue, pero tengo que seguir viviendo.