Atrapando Un Alpha

CHARLIE Y JADE

Ya habían transcurrido una semana desde que volvieron a su vida cotidiana, finalizando su contrato con un simple “hasta luego”, aunque no se volvieron a contactar, solo quedaba en su garganta el trago amargo de tener que aceptar dejarla ir, sin siquiera decir las palabras que había entre el corazón y la mente. Pero hacerlo solo sería una molestia para ella, un peso que no quería acarrearle, menos cuando también está pasando por el dolor de su amor no correspondido, sería algo injusto, cuando desde el principio las reglas de ese juego fueron claras, y él no debió confundir el hecho de que solo era una farsa. Charlie caminaba hacia su departamento, envuelto en sus pensamientos y en un sentimiento irracional que lo estaba consumiendo, odiándose a sí mismo por meterse en esa guerra que claramente nunca podría ganar, acrecentando un amor no correspondido que no podía ser detenido, cada día hundiéndose más en ese océano.

-          ¡Hola! – lo saluda Jade, parada frente a su puerta, sonriendo.

-          Hola – no quería verla, no cuando estaba en el peor animo que podría tener.

-          Vine a darte esto – le entrega un documento

-          ¿Qué es? – lo toma y lo comienza a leer.

-          Es la totalidad de la deuda – le dice mientras los observa revisar los documentos.

-          ¿Por qué tú lo tenías? – lee la última página – ¿mi deuda fue pagada? – dijo sorprendido

-          Si- dice alegre – ya no tienes por qué preocuparte más por eso.

-          Pero, ¿Cómo?, ¿Quién lo hizo? – había olvidado la deuda, sumido en su dolor, perdió noción de algo tan importante.

-          Tenía algunos ahorros – dice Jade de forma despreocupada.

-          ¿Fuiste tú? – estaba confundido, ¿Por qué gastar tanto dinero solo para ayudarlo? - ¿Por qué?

-          Es fácil – se acerca y acaricia su mejilla, justo donde había sido golpeado – no quiero ver que te golpee de nuevo.

-          Yo, no – estaba perplejo mirándola, absorto por lo que había hecho y embriagado por esos ojos llenos de luz y brillo, esa mirada que podía volverlo loco, ¿Cómo superarla?, parecía ser algo totalmente imposible ahora – Te pagare hasta el último centavo – le dice, mientras se rendía ante aquella pequeña mujer que podía derrumbar su mundo y reconstruirlo a su antojo.

-          También hay algo mas – busca en su bolso – toma, comienzas a partir de mañana – le entrega una tarjeta de identificación empresarial

-           ¿Qué es esto? – le dice confundido.

-          Prometí conseguirte un empleo – le dice – trabajaras en industrias Hillcen, el empleo es todo tuyo, solo debes llevar el papeleo para formalizar – no podía conseguirle algún puesto en la empresa de su padre, temía que descubriera la farsa de su relación, así que mejor le pidió a su tío un último favor.

-          Ustedes los ricos, actúan sin preguntar – dice y la mira – Gracias, por la ayuda – sonríe – pero, ya no más favores, o me sentiré como un aprovechado.

-          Lo prometo – ríe – Creo, que ya debería irme – dice al notar como el hombre la miraba, había algo, que la ponía nerviosa.

-          Te acompaño hasta tu auto – le dice dando la vuelta

-          ¡No! – lo toma del brazo para detenerlo – yo, no quiero molestar, además no está muy lejos – sonríe de forma nerviosa – mejor ve a preparar tu ropa para mañana y descansa.

-          Si tu insistes – tal vez ya sabía lo que sentía y era una molestia.

-          Oh, casi lo olvido – dice sacando su teléfono – esta es la dirección, te la enviare junto con los documentos que debes llevar, para que la tengas – le envía un mensaje con la dirección – bueno, ahora si me voy – sonríe – descansa

-          Descansa – le dice, luego la vio marcharse.

Sin poder conciliar el sueño, paso toda la noche dando vueltas en la cama pensando en lo idiota que fue, quizás hubiera podido darle otra respuesta, ella se había tomado la molestia de ir hasta allí y ahora la deuda paso a sus manos, su cabeza estallaría de tanto pensar y recordar, hasta que sonó la alarma. Se levantó y se arregló para salir, no se preocupó siquiera en desayunar, sentía que vomitaría si llegaba a probar bocado.

Llegar al sitio fue sencillo siguiendo la dirección que Jade le había enviado, llevaba en sus manos toda la documentación que necesitaba, respiro profundo y entro en el edificio, camino hacia la recepcionista y se presentó, la mujer tomo la bocina del teléfono, realizo una llamada y luego le indico hacia donde debía dirigirse, subió por el ascensor y llego a recursos humanos.

-          Necesito que llene y firme este formulario – le dice la mujer entregándole unos papeles – me entrega los documentos solicitados y aquí está su contrato.

-          Gracias – le dice tomándolos

-          Y también debe llenar esta planilla, aquí debe especificar su género verse – lo mira – son por cuestiones legales – sonríe – cuando termine, me avisa para llevarlo con su supervisor.

-          Muy bien – de inmediato te puso a leer y rellenar todos los documentos, brindando toda su información, algo que solo le tomo unos minutos – ya terminé – le dice a la mujer, mientras le entrega los papeles.

-          Vaya, que rápido – le sonríe – pensé que tardaría más – comienza a leer la información, luego sonríe – sabía que era Alpha – lo mira – sígame por aquí – comienza a guiarlo a través de los pasillos, pasando por las oficinas – Este será su departamento y él es su supervisor – un hombre de mediana edad que se encontraba sentado, se levanta para saludarlo.

-          Soy Anthony – dice el hombre extendiéndole la mano – espero que podamos llevarnos bien –  Charlie le estrecha la mano

-          Espero poder cumplir con sus expectativas – dice

Charlie paso el resto del día aprendiendo las funciones que llevaría a cabo y todo lo relacionado con el departamento de Marketing en el cual estaba asignado, al igual que era presentado a su equipo de trabajo.

-          Propongo que hagamos una fiesta para celebrar a nuestro nuevo miembro – dice un compañero de trabajo.

-          Es una excelente idea – dice su supervisor – pero por favor sean moderados, recuerden que mañana hay trabajo.

-          No quisiera causarles esa molestia – dice Charlie, en realidad no estaba de ánimos para eso.

-          Tranquilo, solo están buscando una excusa para irse de fiesta – dice una de las compañeras a su lado – solo sígueles la corriente – le susurra, su aroma era dulce

-          Bien, si ustedes quieren hacerlo – dice resignado -  no arruinare sus planes – terminaron de trabajar y todos se arreglaron para salir a la celebración