Ella necesita un esposo para poder obtener la herencia que le dejó su abuelo, a él le quieren imponer un matrimonio. Un momento de confusión los hará conocerse y él aprovechará esa oportunidad para escapar del matrimonio que no desea, sin saber que gracias a ella también obtendrá la libertad que tanto ansiaba.
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Encuentros inesperados
La mañana comenzó tranquila y llena de ternura en la casa de Annia y Kyle. Se despertaron juntos, disfrutando de los primeros rayos de sol que se filtraban por las ventanas. Después de una noche llena de pasión y cercanía, ambos se sentían más conectados que nunca.
Kyle fue el primero en levantarse. Se estiró y le dio un suave beso en la frente a Annia, luego salió de la cama y se dirigió a la puerta para salir.
-¿Te vas? - preguntó Annia algo consternada, pues pensaba que luego de lo que había pasado entre ellos él permanecería en la misma habitación que ella.
Él se dio vuelta acercándose a la cama.
-¿Tienes ropa de hombre en tu armario? - le preguntó, ella hizo un gesto de negación- en ese caso, debo ir a mi habitación a ducharme y poneme ropa para salir- agrego, Annia sonrió internamente por su respuesta. Luego de eso, Kyle le dejó un beso en la frente y salió.
Ambos se ducharon y se vistieron, cada uno inmerso en sus pensamientos sobre lo que les esperaba ese día. Annia eligió un vestido elegante pero profesional, de color verde esmeralda, que resaltaba sus ojos. Kyle, por su parte, optó por unos jeans de color negro, una camisa azul, zapatos y un suéter, ya que en la oficina James le tenía preparado un traje para que se cambiara.
Se encontraron en la cocina, donde Annia había preparado un desayuno sencillo pero delicioso: tostadas, frutas frescas y café.
-Esto luce maravilloso -dijo Kyle, tomando asiento.
-Quería agradecerte por la noche tan especial de ayer- respondió Annia, sirviéndose una taza de café.
-¿Te refieres a la cena? - preguntó él con un tono de picardía en su voz.
-Si, eso... Por la cena- respondió ella agachando la mirada avergonzada al recordar todo lo que había pasado entre ellos la noche anterior. Kyle sonrió de lado, satisfecho de la reacción de la muchacha.
Desayunaron en silencio, disfrutando de la compañía mutua y de la tranquilidad de la mañana. Cuando terminaron, se dirigieron juntos hacia la puerta.
-Me pasaré por la casa de Cloe antes de ir a mi nuevo empleo- dijo Annia, ajustándose la chaqueta.
-Perfecto. James pasará a recogerme en un rato- respondió Kyle, mirando su reloj.
Se despidieron con un suave beso en los labios, y Kyle la sostuvo por un momento más por la cintura, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo.
-Buena suerte en tu primer día, Annia. Vas a hacerlo genial- le dijo Kyle, con una sonrisa alentadora.
-Gracias, Kyle. Te veo luego- respondió Annia, devolviéndole la sonrisa.
Horas más tarde, Annia llegó a la puerta de la empresa de publicidad, sintiéndose satisfecha y bastante nerviosa. Respiró hondo para calmar los nervios y se animó a sí misma.
- Puedes hacerlo, Annia. Es solo el primer día, todo va a salir perfecto- se dijo en voz baja antes de entrar.
Al entrar, se presentó con la recepcionista, la misma mujer amable que la había llamado por teléfono para informarle sobre su contratación.
-Hola, soy Annia Black- se presentó - Me llamaron por el puesto de diseñador, dijeron que me presentara hoy - dijo, con una sonrisa nerviosa.
-Bienvenida, Annia. Tu oficina está en el tercer piso, al final del pasillo a la derecha. La señora Rivera pasara por allí cerca del mediodía- respondió la recepcionista, indicándole el camino.
Annia agradeció y se dirigió al ascensor. Subió hasta el tercer piso, sintiendo cómo sus nervios aumentaban con cada paso que daba.
-¿Era la puerta de la derecha o la izquierda?- se preguntó cuando estuvo en el final del pasillo, y se dio cuenta de que había olvidado ese detalle gracias al nerviosismo que sentía .
Finalmente, se encogió de hombros, tomó aire, tocó la puerta que estaba a la izquierda varias veces y, al no recibir respuesta, decidió entrar.
Lo que vio dentro la dejó helada. Frente a ella, estaba Marcos, y sobre su regazo, con los brazos colgando de su cuello, estaba Elena. Ambos se quedaron tan sorprendidos como ella al verla.
-¿Annia? - indagó Marcos, con los ojos muy abiertos.
Elena se levantó rápidamente, aún más sorprendida.
- ¡ ¡Tú!!¿Estás viva?- preguntó, con incredulidad, contemplando la imagen de su prima frente a ella.
Annia, recomponiéndose de la sorpresa inicial, respondió con sarcasmo.
-Sí, estoy viva. Siento decepcionarles, pero su plan de sacarme del camino ha fallado- dijo, cruzándose de brazos y mirándolos con determinación.
Marcos y Elena se miraron, tratando de procesar lo que acababan de escuchar.
-¡ No es posible! ¡Te vimos morir! - exclamó su prima.
- Si. Y si se hubieran quedado un poco más de tiempo me hubieran visto revivir- replicó con sorna la muchacha- Así que olvídense de la herencia de mi abuelo.
-¡Pero...! - balbuceo Elena.
-¡Eso no importa! - intervino Marcos- Estás muerta, hay un certificado que lo prueba, y los muertos no pueden cobrar herencias.
- Mmm... yo no estaría tan seguro de eso- replicó Annia y obtuvo de los dos frente a ella la misma mueca de incomprensión- Si fuera como dices, ¿coml es posible que me haya casado? - agregó y continuó- Y por si les interesa saber, Elena, no obtendrás la herencia de mi abuelo porque yo ya me he casado- añadió Annia, disfrutando de la expresión de asombro en sus rostros.
-¿Te has casado?- repitió Marcos, incrédulo.
-Sí, me he casado. Así que todo su esfuerzo fue en vano- respondió Annia, con firmeza.
Elena, furiosa, dio un paso adelante.
-¡Esto no ha terminado, Annia!- amenazó, con los ojos llenos de rabia.
Annia la miró sin pestañear.
-Hagan lo que hagan, no podrán cambiar lo que ya está hecho. Yo tengo el control ahora- les dijo, con un tono de voz que no admitía réplica.
Marcos se levantó lentamente de su asiento, acercándose a Annia de manera muy peligrosa.
-Si piensas que esto se va a quedar así, estás muy equivocada - le dijo, con voz amenazante.
Annia lo miró fijamente, sin mostrar miedo.
-No me asustas, Marcos. Estoy lista para enfrentar lo que venga. Y les advierto que no me subestimen- respondió, con seguridad.
Elena y Marcos intercambiaron una mirada llena de furia y frustración, sabiendo que habían perdido la ventaja.
-Nos veremos pronto, Annia. Esto no ha terminado- dijo Marcos, dando un paso atrás.
-Cuando quieran. Estaré esperando- respondió Annia, antes de girarse y salir de la oficina, cerrando la puerta tras de sí.
Al salir de la oficina, Annia respiró hondo, tratando de calmar su corazón acelerado. Sabía que enfrentarse a Marcos y Elena no sería fácil, pero estaba decidida a no dejarse intimidar.
Mientras caminaba hacia la oficina que si era la suya, sus pensamientos se centraron en Kyle. Sabía que podía contar con él, y esa certeza le daba fuerzas para enfrentar cualquier desafío.
Entró en su nueva oficina, dispuesta a empezar su primer día de trabajo con determinación y confianza. Sabía que había mucho en juego, pero estaba lista para luchar por lo que era suyo.
Annia se sentó en su escritorio, organizando sus cosas y preparándose mentalmente para el día que tenía por delante. Mientras lo hacía, no podía evitar sonreír al recordar la noche anterior con Kyle. Sabía que, con él a su lado, podía enfrentar cualquier cosa que el destino le pusiera en su camino.