Un loco y apasionado romances entre una profesora de idiomas s y un joven de su clase, dará una fogosa y emocionan relación. El problema está en la sociedad. ¿Es posible una relación entre una mujer mayor y un chico joven?.
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No es suficiente.
Benedict.
- Deben leerse esta novela ~dice dejando un libro sobre cada puesto~ Al final del mes, todos deberán traer un ensayo sobre este. Creo que no hace falta decir que debe ser completamente en italiano.
Ella literalmente nos está llenando de trabajo...
- Presentación y debate en alemán para dentro de ocho días, y ahora leer una novela completa ~susurra una compañera a mi lado~
- ¿Te molesta? ~retrocede y se para justo frente a ella~ Sí quieres no lo hagas, igual yo no soy la que está tomando la carrera. Ese es tu problema.
Todos nos quedamos en silencio. Hoy vino con ganas de callarnos la boca a todos. No puedo evitar soltar una pequeña risa que rápidamente disimulo con una tos cuando ella me mira.
- ¿Qué es lo gracioso? ~me pregunta con seriedad y yo me pongo más blanco de lo que soy~
- Nada ~niego y alzo las manos en señal de rendición~
Al final de la clase no se quedó en su escritorio como acostumbra, salió de inmediato. ¿Estará enojada?.
Está vez no fui al depa, me dirijo directamente al depa de Morgan. Su madre estuvo en el hospital y por eso se ha ausentado en la universidad, pero creo que ha mejorado un poco así que en este momento sé que ya está de regreso.
Mi asombro es bastante cuando estoy a punto de tocar la puerta y esta se abre dejando salir nada más y nada menos que a ¡Charlotte!. ¿Qué hace ella aquí?.
Me mira de pies a cabeza con mala cara y pasa de mí. Yo aún no salgo de mí asombro, por lo que mi amigo tira de mi brazo y me adentran al depa.
- ¿Qué hace la hermana de tu profesora aquí? ~lo miro atentamente mientras va a la cocina~
- Eso no importa ~se ve frustrado~
- ¿Estás bien?, ¿qué tal tu madre? ~pregunto sentándome en el sillón, dejando mi maletín a un lado~
- Sí, todo está bien, de hecho, llegué hace una hora. Mamá se está recuperando, francamente, solo volví porque ella me lo pidió ~suspira y se sienta a mi lado extendiéndome una cerveza~
- ¿Y el mal nacido de Aarón?
- Dijo que tenía que hacer algo importante, pero que te llamaría ~él asiente~
- Harry también llamo. Ustedes parecen mis novias con tanto atención y preocupación ~ambos reímos~
- Hermano... Tú y ella... ¿Están saliendo? ~pregunto con cautela~ Creí que seguías viendo a la chica del café.
- No digas eso ~frunce el entrecejo~ Después de esa cena, la he enviado a toda costa, incluso dejé de ir al café. Respecto a lo otro... No es nada ~parece desanimado~
- ¿Qué hacía aquí entonces? ~mi amigo se ríe y me mira~
- Cálmate, no seas tan tóxica, Cloé ~dice y ambos reímos~
- Si Harry te escucha...
No insistí más porque evidentemente, no quiero hablar de ello, se ve incómodo.
***
Acabo de salir de la ducha y le he quedado con la toalla envuelta al rededor de mi cintura. Me siento en el borde la cama con la novela que Abernathy nos ha dado, al abrirlo me topo con una nota.
La tomo y dejando la novela a un lado, descubrir que es una dirección y una hora, no dice más nada. Me quedo pensando unos segundos y como he hecho estos últimos días, decido arriesgarme.
Me pongo algo casual y salgo directo al auto. Son las 1:05, voy una hora retrasado a la hora indicada, pero tengo la esperanza de encontrarla ahí.
Llego a un hotel, no es el mismo de la primera vez, pero si igual de lujoso. Me quedo parado en el lobby mirando a todos lados, saco mi celular y la llamo.
- Hola ~la saludo~
- ¿Qué pasa? ~frunzo los labios~
- Bueno yo... Estoy... ~me muerdo la punta del pulgar~
- Estás muy guapo ~dice y yo me giro~
Está solo a dos pasos de mí con su celular en su oreja, que linda se ve cuando sonríe. Río levemente y cuelgo.
- Te vez preciosa ~le digo cuando me acerco a ella~
- Pensé que no vendrías ~ladea la cabeza con ternura~
- Perdón por la demora ~digo nervioso~
- No te preocupes ~me toma de la mano~ Vamos.
Creí que me llevaría al elevador para ir directamente a la habitación, pero no, ahora estamos en el bar del hotel.
- ¿Tomamos algo o tienes mucho afán? ~imagino que mi cara demuestra mi confusión, que vergüenza~
- Debes pensar que sigo siendo un adolescente hormonal ~me tapo el rostro con las manos y la oigo reír~
- ¿Qué tomas? ~el barman se acerca a nosotros~
- Un shot doble ~le digo y este asiente~
Me los tomo como agua y ella me mira con una sonrisa burlona, y me encanta, me fascina cuando me mira y sonríe de esa forma altanera de cierta forma.
- ¿Estás tratando de agarrar valor? ~me mira a los ojos~
- Estoy tratando de calmar mi ansiedad ~ella frunce levantarme el ceño~
- ¿Ansiedad?.
- La ansiedad que tengo por contener las ganas de besarla. No quiero ser impulsivo y que eso la meta en problemas ~nos quedamos en silencio sin dejar de vernos~
Lentamente se acerca a mí y posando su delicada mano en mi nuca, tomo mis labios con una dulzura indestructible.
- ¿Calmado? ~no, eso solo me alboroto más~
- Sí ~sonrío y ella también~
Nos quedamos hablando un rato más en le bar, cabe destacar que toda la conversación de centro en mí y mi familia, pude notar su mutismo a la hora de hablar sobre ella.
De hecho, ella dijo directamente: "no hablaremos sobre mí" y ni siquiera dejo que preguntará por qué, solo continuamos hablando de mí. No me incomodó, pero parece que ella y su vida jamás será un tema de conversación.
Al final no aguantó más y nos llevó a la habitación, no sé si fue por lo que bebimos, pero me siento una bestia, la deseo tanto que en cuanto le quite el vestido le arranque la tanga.
Sus besos me calienta y siento que sus caricias queman mi piel, sus gemidos chocan contra mis labios y mis jadeos no se hacen esperar. Acelero cada vez más mis embestidas y ella entierra sus uñas en mi espalda asiendo que un gemido ronco choque contra la piel de su cuello.
Ambos alcanzamos nuestro clímax y me quedo sobre su cuerpo grabando su olor y escuchando los latidos de su corazón.
- Creí que estabas enojada ~digo aún sin separar de ella con la respiración agotada~
- ¿Por qué? ~enreda sus dedos en mis cabellos~
- Pues...
- No lo estoy, pero no actúes como un novio posesivo... Eso si me molestará ~asiento en silencio~
Mi celular en la mesita de noche suena y me estiro un poco para tomar, es Ava. Rápidamente apago el celular y lo vuelvo a dejar dónde estaba.
Aún sobre ella, noto que me mira fijamente, pero no dice nada; ni una pregunta, ni una duda, ni un reclamo, hasta parece que no le importa.
Tira de mi cuello y me besa a la par que mueve sus caderas con sugerencia. ¡Por favor!, que no tiene que pedírmelo, estoy dispuesto a hacerla mía en lo que queda de la noche. No ha sido suficiente para mí, y sé que para ella tampoco.