Aurora Parisi es una joven de 20 años, recién egresada de la universidad a su corta edad, estudio negocios y administración, es dulce, amable y muy correcta, ella es hija adoptiva de los Parisi.
Perla Parisi tiene 20 años y es la hermana de Aurora, es egoísta, caprichosa, manipuladora y odia a su hermana, le ha hecho la vida imposible y le ha quitado todo lo que puede.
Aurora siempre se ha negado en trabajar en el negocio familiar, en la mafia, pues, es muy correcta, a pesar de todo adora a su hermana, pero todo cambia cuando Perla se queda con el prometido de Aurora, allí es cuando ella se olvida de sus principios y aceptara la propuesta de su abuelo entrando a un mundo oscuro donde lo conocerá a él y se dejara llevar por la pasión y lo prohibido.
Él, Massimo Caruso un Mafioso cruel, frío, despiadado, sexy y ajeno, hará que la dulce Aurora caiga en la red de lo prohibido.
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El reencuentro.
Aurora.
Entramos, el lugar es inmenso, es lujoso, el brillo manda en el lugar, todo está perfectamente decorado en colores plateados y blancos, hay una hermosa alfombra roja por dónde camina cada invitado y antes de entrar es abordado por muchos periodistas quienes los fotografían, voy del brazo de Nico, caminado regia y con la frente en alto, logro ver a mi familia quien me espera y muy cerca están los Parisi y Leonel.
Un camarero se interpone en la vista de ellos y yo, por esa razón, no me ven, pero Leonardo se me acerca y sus ojos se cristalizan, me alegra mucho verlo.
_ Hermosa eres tú ... Dime por favor que eres tú... ¿Pero como es esto posible, tú moriste?_ dice y le sonrío.
— luego te pongo al día amigo, lo que te puedo decir es que volví más fuerte que nunca.— Digo y sigo caminando con mi hermano del brazo.
Mi familia me ve y me abraza, mamá dice que estoy preciosa y papá dice que soy su joya más valiosa, mi abuelo me dice.
— tranquila hija, nadie te volverá a dañar, aquí todos nosotros te vamos a proteger, pero también soy consciente que no nos necesitas.— dice orgulloso y le sonrió, luego se da vuelta para presentarme a uno de sus socios y esto hace que los Parisi me noten y no solo ellos, Rosso, los amigos de Massimo mis amigas y él quien está más hermoso que nunca, quien se ve tan perfectamente peinado, Massimo quien ahora no me quita los ojos de encima, Sus ojos reflejan sorpresa, emoción felicidad y confusión.
La cara de las dos víboras da mucha risa, están nerviosas y no pueden creer lo que sus ojos ven, Rosso está pálido ni un papel es tan blanco, y mi antigua familia solo está en shock, veo a mis amigas y están llorando con sonrisas en sus rostros.
Mi abuelo llama la atención de todos y dice.
— Buenas noches, señoras y señores, es un honor para mí compartir con ustedes la dicha que hoy nos embarga, para nadie es un secreto de la desgracia que sufrió la familia Ivanov hace más de veinte años.— comienza mi abuelo Mikahil con su discurso.
— Hace más de veinte años mi nieta recién nacida fue robada dejándonos a todos vacíos, pero hace poco esa alegría se nos devolvió._ continúa diciendo.
_ Sí, mi nieta, la pequeña Natasha Ivanov apareció y estará al frente de todos nuestros negocios y me refiero a todos— dice y los del bajo mundo saben a qué se refiere cuando habla.
— Ven mi pequeña— dice mi abuelo y me poso a su lado, las miradas sorprendidas de todos los que me conocieron no se hacen esperar y yo solo pienso en poderlos hacer pagar hasta la última lágrima.
— Señores con ustedes, mi nieta Natasha Ivanov la joya de los Ivanov.— los aplausos se dejan escuchar y yo abrazo a mi abuelo y a papá, luego de allí más periodistas me fotografían y yo sigo sonriendo regia como siempre.
La fiesta sigue y nos vamos al salón en dónde se llevará a cabo la reunión con las mafias camino hasta el lugar que aún está vacío y...
— Aurora...— dice Agatha la mujer que me adoptó acercándose a mí, pero un muro de personas se posa delante de mí, mis primos, Stephen, mi padre y mi hermano Nico, quien le dice que no se acerque.
— No sé atreva, señora._ dice con su mirada fría, luego voltean a mirarme para ver si no he colapsado y asiento para que se aparten, lo hacen y doy un paso al frente para hablar.
_ Buenas noches, señora Parisi— digo y esta se tapa la boca y ahoga su llanto.
— Mi niña... estás viva._ dice y su esposo se acerca a mí, pero levanto mi mano para que se detenga.
— Hija, estás viva.— dice y contesto de manera fría y altiva, casi que con las mismas palabras que me dijo él.
— No me llame así, señor Parisi, usted solo tiene una hija y yo no soy nada suyo.— digo con rabia y el baja la mirada.
— Mi regazza, mi Aurora— dice el señor Nicola el patriarca de la familia Parisi.
Inmediatamente, mi abuelo se posa a mi lado al igual que papá y mi abuelo habla.
— Creo que se confunde, ella no es Aurora, es Natasha._ dice y sus miradas luchan en una batalla.
_ El confundido es usted, ella es mi nieta Aurora Parisi y la creí muerta.— dice y esta vez mi hermano se posa a mi lado, entrelaza nuestros dedos y habla.
— Pues se equivoca, ella es Natasha Ivanov la hija perdida de Vladímir Ivanov y Milaya Volkov, y que abuelo mandaría a su nieta a pasar hambre y torturas, no sea sínico y aléjese de mi printcessa.
_ De qué hablan ellos aurora diles que eres mi nieta y yo jamás te mandé a torturar, te envié al cuartel a trabajar y tuviste un accidente.— dice Nicola Parisi y yo doy un paso al frente.
— Mucho gusto señor Parisi mi nombre es Natasha Ivanov y no soy su nieta, solo fui una recogida malagradecida y tranquilo que le pagaré cada centavo que gasto en mí, solo envíeme la cuenta y será saldada de inmediato— el odio y el resentimiento se me escuchaba en ka voz.
— Mi niña hermosa perdóname, yo sé que cometí un error, pero estaba molesto por tus actos.—comenzó a hablar.
— ¡Parisi ya basta!, yo me perdí toda la vida de mi nieta y solo con tenerla cerca estoy seguro de que jamás hizo nada malo, así que aléjate y prepárate por qué cada golpe y maltrato que mi nieta sufrió tú lo vas a pagar.— dijo firme mi abuelo y luego nos dimos la vuelta para comenzar la reunión.
Allí se habló de los próximos movimientos, embarques y de la amenaza latente la Foggia, a pesar de ser nueva esa mafia había logrado estragos en todos, al finalizar cada plan a detalle regresamos a la fiesta y me encontré con Leonel.
_ Aurora... Eres tú mi amor._ dijo y me giré para verlo.
— Soy Natasha y creo señor Leonel, que su amor es su esposa Perla Parisi.— digo y me jala hacia al jardín.
— Mi amor no sabes lo que sufrí con tu muerte, Aurora dime qué no has olvidado el sabor de mis besos.— observo y veo a perla quien nos observa con preocupación, así que me acerco a sus labios y respondo.
— No, Mi leo no los he olvidado — suspiro y beso la comisura de sus labios para luego regresar a la fiesta.
Estoy alterada, pero contenta por qué puse mi plan en marcha las dos víboras se acercan a mi y yo solo sonrío pues quieren intimidarme y ellas mismas están muertas del miedo.
— Maldita desgraciada tu moriste.— dijo Perla y me río en su cara.
— Pues te aconsejo que empieces a creer en fantasmas digo y las dejos muertas de rabia y llenas de sobra.—
Nico me saca a bailar y lo hacemos tan bien, nuestras risas y miradas cómplices muestran amor, pero somos hermanos aunque pocos lo saben.
— Me permite esta pieza señorita Ivanov— el cuerpo me tiembla y la respiración se me agita, esa voz me estremece el cuerpo, es él, es Massimo.
Nicolay me mira y asiento, el toma mi cintura y ese solo roce hace que mi cuerpo empiece a sentir corrientes exquisitas que me ponen a mil.
— Estás hermosa esta noche.— dice con su voz ronca y varonil y corro el riesgo de ser débil, pensé que al verlo no sentiría tanto su presencia, pero me equivoqué, lo amo más que antes.
— Gracias, usted también lo está.— digo tratando de sonar fría, pero mi cuerpo es un soplón de lo peor.
— Tienes alguna idea de lo que he sentido desde que te creí muerta, ¿qué ocurrió? Merezco una explicación.— dice mirando mis labios.
— ¿Mereces una qué?… estás acaso pidiendo la explicación que te quise dar y te reusaste a escuchar.— digo tratando de no llorar
— No me negué, cuando la iba a escuchar, se desmayó...— dice y termino la frase por el.
— Tu esposa lo sé, por cierto deberías ir con ella que te está asesinando con los ojos.— digo y trato de retirarme, pero me sujeta fuerte y seguimos bailando con la mirada de todos encima, esa víbora esta que se muere al ver a Massimo en mis brazos.
— Quiero esa explicación la necesito, quiero saber por qué si dijiste que si te escaparías conmigo hiciste lo que hiciste con esos hombres a la hora que se supone te escaparías conmigo.— Preguntó con rabia.
— Ya no quiero darte ninguna explicación, no me importa, piensa lo que quieras de mí, que soy la peor de todas, me da igual.— dije mientras sonreía para evitar sospechas.
— Es mejor así por qué verás a una persona completamente diferente a la que conociste, Massimo ya no siento nada por ti.— mentí vilmente y me alejé de allí, pero fui interceptada por mis dos amigas.
— Bonita estás viva, dime qué no estamos soñando y que estás aquí— dice Alanna y me abraza con su rostro bañado en lágrimas.
— Estoy aquí chicas, perdón por no buscarlas, pero me ha pasado de todo.— dije y Gia negó.
— No importa preciosa, lo importante es que estás viva.— dijo Gia y me saco de la fiesta.
— Qué sucede— les pregunto.
—Sucede que nos vamos ahora de aquí, di que si por favor — dijeron y me subí a su coche y fuimos al departamento de Gia llame a Nico y le avisé, estaba como loco pero acepto.
Una vez en el departamento nos abrazamos y lloramos mientras le contaba cada detalle ocurrido a las chicas y ellas lloraban conmigo y así pasamos un buen rato.
— y ustedes siguen de novias de los chicos— pregunto.
— No...— dice Gia.
— Que sucedió que les hicieron._ volví a preguntar.
— Se casaron con nosotras — dice Alanna y la abrazo feliz, las tres llorábamos a moco suelto cuando...
¡Toc, toc! La puerta sonó y Gia se levantó.
— Amor que haces aquí por qué no me avisaste— dice su esposo y luego entró el de Alanna.
— Nos quedaremos hoy con Aurora, necesitamos esto.— dice y me mira
_ Por qué lloras mi hermosa.— le pregunta su esposo a Gia y ella lo abraza.
Entonces entra él, Massimo y Alanna lo empuja.
— Aléjate de mi amiga, bastardo, tú eres el culpable de todo si no te hubieses acercado a ella, no hubiese sufrido...— dice y grito.
— ¡Alanna! Basta, no es su culpa.— digo y me abraza, luego de eso se van a la cocina y me voy a la habitación con Massimo.
— Que haces aquí — le pregunto sintiendo esas horribles ganas de besarlo, este me responde.
— Vine por respuestas, ¿por qué lo hiciste?, ¿por qué no te fuiste conmigo?, ¿por qué apareces hasta ahora?._ pregunta y digo.
— ¿Qué importa ya ah?... Ve con tu esposa, ve con tu hijo, déjame en paz, y me doy la vuelta.