La historia de Alexandra Maxwell, es un testimonio de valentía, resiliencia y solidaridad. Cuando fue víctima de violencia de género, se sintió tan pérdida que se aisló emocionalmente, y gracias a un ángel terrenal que luego se ascendió al cielo, encontró refugio en una fundación que le abrió las puertas permitiéndole tener la oportunidad de enfrentar sus demonios y comenzar a reconstruir su vida.
En la fundación Esperanza, que fue su salvavidas, ella encontró su propósito, y decidió dedicar parte de su tiempo y energía a ayudar a otras mujeres que están pasando por situaciones similares, brindándoles apoyo emocional y legal, asesoramiento y orientación, haciéndolas visibles contando sus historias y mostrándole que es posible salir adelante y construir una vida libre de violencia.
LOS/ AS INVITO A LEER ESTA HISTORIA QUE CUANTA LA REALIDAD DE MUCHAS MUJERES QUE SON VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO. ESPERO LA DISFRUTEN. GRENM@
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CAPÍTULO X MIEDO
ALEXA
El daño que se ocasiona sobre quien es violentado de la forma que sea, no solo afecta la integridad física, sino que ese daño trasciende más allá, afectando también la parte psíquico-emocional, sexual, social, e incluso la económica, y todo esto en gran magnitud, es causado por el miedo. Y, el miedo es una de las formas emocionales de respuesta contra aquellos que se empeñan en dominar, someter y contralar mediante el uso de la violencia.
Yo lo sentí, fui presa de esa incontrolable emoción por dos largos años que me parecieron eternos, desde el primer momento que recibí el primer golpe de Jack, y peor aún después que me violó tan salvajemente, porque ya sabía de todo lo que él era capaz de hacerme, y eso realmente me paralizó completamente…
Esa primera vez, luego de que el actuara tan violentamente contra mí, cada vez que lo veía o escuchaba su voz, mi reacción siempre era de absoluto terror, le temía tanto a su presencia, a su mal trato, a su intimidación, que terminé convirtiéndome en parte pasiva sumisa, dándole a él sin quererlo, la figura de parte activa abusiva. Nunca pude ser rival para él, solo hice un intento de escape, y con ello me gané, maltratos más bruscos, encierro y aislamiento total.
Por eso entiendo claramente a Sandra cuando dice que todo lo que aguantó fue por miedo, que jamás pudo responder de otro modo para evitar la escalada de violencia que manifestaba su pareja, porque solo bastaba un solo grito de él para neutralizarla…
. – Vivía agitada, abrumada por la anticipación de su presencia, intentaba por todos los medios no darle motivos para que me agrediera, y muchas veces rogaba porque no volviera a casa…
En la medida que ella daba su testimonio, yo me tensaba, era como un reflejo de mi historia, estaba inquieta, porque recuerdo las veces que desee que Jack tuviera un accidente al salir o regresar a casa, sí, hoy me apena decirlo, pero en esos momentos de mi vida, fervientemente, lo juro, le deseaba la muerte, y cuando escuchaba la puerta de la casa abrirse, y aceptaba que mi petición no era escuchada, me desesperaba cada vez y comenzaba a desear morirme yo…
. – Dos veces intenté acabar con mi vida para ponerle fin a esa violencia física que vivía cada día, porque por sí o por no, siempre había desde gritos hasta maltratos, día a día…
Cierro los ojos porque en efecto estos son eventos vivenciados que nunca esperaste de la persona que supuestamente debía amarte y protegerte, no provocar esa sensación de amenaza a tu integridad, y de traición a la relación…
. – Nunca lo provoqué, ni le di motivos para actuar de ese modo contra mí, no llegué a entender su proceder…
Tampoco yo, y es que generalmente, la mayoría de las veces, quien es agredido ni siguiera lo ha provocado, y en su comportamiento no ha habido la menor intención de afectar o dañar al otro… Jack nunca tuvo un verdadero motivo para hacerme lo que me hizo, más que sus absurdos celos machistas, y creer que por el hecho de ser su esposa, yo era su propiedad… ¡Tampoco es que si lo tuviera eso le daba derecho a actuar con violencia, ni a él ni a nadie!
Todos sabemos la gran cantidad de hombres, que de esta manera enfrentan las discusiones o diferencias, y peor aún si se sienten ofendidos, abandonados o rechazados, eso para ellos predispone el estallido de la violencia, allí se excusan…
. – Un día fuimos a el bautizo de su sobrino, la celebración se alargó hasta tarde, y ya medio ebrio me exigió bailar y como no quise se molestó, discutimos, me amenazó como siempre, y yo ya fastidiada de siempre aparentar que todo era perfecto, hice lo mismo, lo amenacé con decirle a la familia lo patán que él era – La observo negar como aceptando cuanto se equivocó antes - Entonces aún más molesto de lo que estaba antes, me pidió irnos, y sabiendo yo lo que eso significaba, le pedí que bailáramos, pero no hubo manera de convencerlo, y ya se pueden imaginar el desenlace de ese hecho, todo ese episodio reforzó aún más su agresión…
Yo continuando en la temática de comparar su alocución con la mía, allí sentada, hacía una retrospectiva. Y sé lo que hizo… detuvo sus esfuerzos por defenderse, para así sobrevivir a otro ataque y no provocar más violencia, lo que por supuesto le dio más poder a su agresor…
. – Pero el muy cretino era muy inteligente, pocas veces me tocó el rostro – Fruncí el ceño, porque ahí su historia difería por mucho de la mía – Por lo general me daba correazos en partes de mi cuerpo que nadie podía ver, y cuando me golpeaba en el rostro y se daba cuenta de lo que hacía se mostraba desconcertado y arrepentido, yo ya no le creía, pero antes ya había cometido el error de disculparlo una y otra vez, creyendo que era sincero, entonces con el tiempo todo volvía a comenzar…
No, yo tuve miedo, sí, mucho miedo, pero desde el primer golpe y abuso, no lo acepté, todo lo que el obtuvo de mi después de eso, fue forzado, quizás por eso llevé tanto…
. – Hasta que me cansé y comencé a revelarme, aún con miedo, por supuesto, todo se volvió peor, el ciclo de violencia se hizo mayor y constante, hasta que pude escapar…
. - ¿Cómo lo lograste? – Preguntó una de las mujeres que atenta igual que yo, la escuchábamos…
. – En una de esas oportunidades en que luego de maltratarme, se hacía el arrepentido, lo convencí de salir, hacía mucho no salíamos, así que en su complacencia, me llevó al centro comercial, allí hice hasta lo imposible por sacarlo de sus cabales, cosa que no era nada difícil por el bendito genio que se gastaba. La cuestión es que logré en sus incontrolables reacciones, me golpeó, muchos me defendieron y se fueron contra él reteniéndolo hasta que llegó la policía y se lo llevó…
. – Quiero suponer que aún está preso… – Participó Scarlet y yo quise suponer lo mismo, sin embargo me quedé expectante de su respuesta…
. – No – Confesó afligida y la mayoría suspiró decepcionada - Por eso estoy aquí… a pesar de que puse la denuncia, lo soltaron con una orden de restricción que no cumple, por eso la agente Ross me trajo para resguardarme aquí mientras ella soluciona…
Yo resoplé, aunque trate de que no se notara, ese gesto no pasó desapercibido para Scarlet, que me miró y presionó mi mano, asentí, la verdad no me siento bien, por eso me retiré antes de que la reunión terminara…
En mi oficina, tratando de calmar la intranquilidad que me produjo esta sesión hoy, me preguntaba, ¿Por qué estoy tan incómoda? No podía apartar las imágenes de Jack lastimando sin piedad mi cuerpo, literalmente marcándolo, recalcándome siempre que solo él lo tendría y aceptaría… ¡Tarde entendí que por eso me torturaba tanto!
. – ¿Alexa? – Voltee al escuchar mi nombre para encontrarme con Scarlet… - ¿Estas bien?
. – Sí, si lo estoy… - Traté de sonreír, más ella solo frunció el ceño, mirándome con suspicacia, ella es psicólogo, no la puedo engañar – No lo sé…
Es verdad, no entiendo por qué me está afectando esto después de tanto tiempo, se supone que ya lo superé…
. – Pude notar por tu lenguaje corporal y la mirada perdida en los recuerdos, que toda la intervención de Sandra te estaba afectando…
. - ¿Por qué? – Le pregunto – Ha pasado mucho tiempo, y se supone que ya lo superé…
. – Realmente no… - La miro yo ahora con incertidumbre, me aterra retroceder, sé muy bien que eso ocurre – Has aceptado lo que te pasó, perdonaste en su lecho de muerte a tu agresor, pero él dejó en tu cuerpo y en tu mente el sello de su violencia – Llevo mi mano a un costado de mi pecho, donde es fácil conseguir uno de esos sellos que ella menciona - Alexandra, aunque le diste un nuevo giro a tu vida, transformaste todo eso en voluntad para seguir, y ahora amas cada una de tus cicatrices, lo que viviste como algo que no es normal, eso habitualmente volverá a tu mente, mucho más cuando a diario tratas con ello…
. – Pero tengo doce años haciendo esto ¿Por qué ahora?
. – Aunque discrepaba en algunos aspectos, te ha afectado la similitud con tu caso, te viste en lugar de ella y a él como tu ex… ¡Te viste en su lugar!
Asentí porque en efecto así fue, por eso me perturbé tanto, pero sigue sin gustar que me pase…
. – Pero no te sientas mal, ni te reproches, recordar episodios traumáticos después de tanto tiempo, significa que tu mente y tu cuerpo están experimentando efectos negativos de ese evento pasado, y eso es parte de la superación del proceso. Esto es un trauma Alexa, y sabes lo que significa, lo importante es cuidar la salud mental y emocional… - Suspiro – Condenarte es retroceder, y eso sí debería preocuparte, así que seguimos avanzando amiga, porque guerrera, ellas allá afuera te necesitan, tu eres su bastón y motivación, si tu pudiste seguir adelante, ellas también lo harán…
Si, lo entiendo, yo pude seguir adelante, pero obviamente, cada caso de estas mujeres, que continuaré viendo aquí inevitablemente me afectará, más yo soy apoyo para cada una de ellas, así como ellas lo son para mí, así que nos continuaremos superando juntas, y si tropezamos nos volveremos a levantar…