la vida de julliette

Juliette Bernard DuPont es una niña feliz, amada y adorada por sus padres Julianna DuPont y Bruno Bernard.

La pareja se ama con el alma y pasó por mucho para estar juntos, pero lograron superar cada obstáculo hasta casarse y tener a su pequeña luz, Juliette es el mundo de esta pareja.

Julianna y Bruno se la pasan viajando, ya que son dueños de incontables empresas, Bruno es el heredero de una gran fortuna al ser hijo único, el otro familiar que le queda es su tío Gerald Bernard, aunque no son para nada cercanos y esto se debe a que su abuelo decidió heredarlo a él y no a su tío.

Julianna es una famosa diseñadora de joyas y es dueña de un banco entre otras empresas que posee, la joven también es heredera de todo, ya que su hermana y padres murieron en un accidente de avión, su única familia viva es Adriana, una prima paterna que en su momento le hizo la vida imposible.

El amor de Julianna y Bruno ha superado todo lo malo y ahora viven su final feliz.

La pequeña Juliette es una excelente niña, tiene las mejores notas y como no si está siendo preparada para tomar el control de todo a los 21 años de edad.

La niña Juliette es una niña muy inteligente y aplicada, es magnífica con los números, siempre ve a sus padres haciendo negocios y sacó el talento natural de su madre para diseñar.

Juliette es tan dulce y amable como su mamá, a pesar de ser quien es, tiene una gran humildad y es muy amorosa.

Para la pequeña no hay nada que sus padres no le den y esto no le ha cambiado el carácter cuando sus padres no está come en la cocina rodeada de los empleados y ella los trata por igual, la niña tiene muy buenos modales, pero para no incomodar a nadie come sin tanto protocolo no hay quien la mire y no se cautive con su belleza y dulzura.

Durante años la niña, que ya no lo es tanto, se ha dedicado a la esgrima, la equitación, a tocar el piano, el violín, es una bailarina muy buena, entre otras actividades.

La jovencita sabe que debe estudiar carreras que la ayuden a sacar adelante las empresas de sus padres, aunque siempre los tendrá a ellos para ayudarla o eso piensa la chica.

Los padres de la nena se la llevan a sus viajes cuando ella no tiene clases es por eso que ella decidió estudiar y practicar cuánta cosa haya para no aburrirse, sin embargo, no hay día que no la llamen o en vacaciones la llevan a lugares hermosos donde no hay un teléfono cerca que los pueda distraer.

—Mami mira, me gané este trofeo, fui la mejor de mi grupo, bailé el lago de los cisnes, gracias por ayudarme a practicar. —Dice emocionada la niña hablando con su madre por videollamada.

—No sabes lo orgullosa que estoy de ti mi niña, lamento no haber estado, pero vi tu presentación en vivo. —Le dice su madre.

—No te preocupes, mamá, pronto vendrán y podremos ir a pasear los tres juntos. —La joven era muy comprensiva y jamás se sintió desplazada.

—Mi pequeña soy el padre más afortunado por tenerte a ti como hija, te amo, felicidades siempre creí en ti. —Ese fue su padre orgulloso de su nena.

—Ahora me voy a las clases de fisioterapia, papá, sabes Miguel, está mejor gracias a mí… —Dice emocionada.

—Me alegra mucho saberlo hija, me encanta que siempre busques hacer algo, pero no te pases bebé. —Lo haré bonito, me voy los amo.

La joven se va a su curso y es que le encanta ayudar, ella sacó el corazón de su madre y la capacidad de su padre.

El tiempo ha seguido pasando y pronto los padres de la joven tendrán que regresar, ellos ansían volver con su no tan bebé, ya la joven tiene diecisiete años y está estudiando en la universidad, sus notas son excelentes y sus padres siguen felices de la señorita que han criado.

—Niña Juliette en dónde está ya todo está listo para la bienvenida de tus padres. —Anuncia la nana Aurora.

—Nanita, no me digas niña Juliette, solo tu Julie, yo soy una persona normal y tú eres familia nana hermosa. —Habla la joven y abraza a su Nana.

—Mmm, esto está divino, ves que si era necesario aprender cocina, ahora soy toda un chef. —Se ríe la joven.

—Me tienes a mí, no necesitas cocinar, otras niñas están en el centro comercial. —Dice su nana.

—Gastando el dinero y sin oficio, no, Nana debo saber hacer de todo, aunque siempre los tendré a ustedes, nunca se sabe—Ella la vuelve a abrazar.

—Mi niña… Ya llegamos. —Dicen los padres de Juliette al entrar y ella grita.

—Sorpresa… Papitos llegaron que alegría. —Besos y abrazos no se hacen esperar.

—Mira, te trajimos regalos… —Dice su madre mostrando muchas bolsas y una maleta también llena de más regalos.

—Mami sabes que no es necesario, pero gracias los amo. —Dice y caminan hacia el comedor donde los espera la comida.

—Pero qué hermoso te quedó todo… Me gusta esta decoración. —Dice su padre.

—Todo para mis padres hermosos.

—Mañana saldremos de paseo, pero antes debemos ir a resolver algo, que te parece si nos acompañas y al terminar seguimos. —Plantea su madre.

—Mejor ustedes van y al terminar me recogen y así voy a mi clase de fisioterapia que les parece —Hace Un puchero.

—Quién le dice que no a esa trampa que pones con tus labios —Habla su padre.

—No sé qué haría sin ustedes los amo en serio.

Esa tarde la pasaron cocinando postres, también nadaron en la piscina y pintaron un mural blanco que tenía Juliette dónde plasmaba alegrías y tristezas, aunque eran más los sentimientos alegres que los tristes.

Todos se vistieron de blanco y se llenaron de pintura para plasmar la silueta en la pared, quedó hermoso, en uno de los lados había un retrato de los tres pintados por Juliette, sus padres no podían estar más orgulloso.

El día fue único hasta que oscureció y tocaba dormir.

toc, toc. Toca la puerta la joven, su padre se levanta y le abre, ella pone carita de cachorro y le dice.

—Puedo dormir hoy con ustedes, los extrañé mucho. —Ellos dicen que si y ella se mete a la cama con ellos.

—Un momento déjame grabar esto. —Dice julianna buscando su cámara.

—Hola a todos, estamos aquí en nuestra habitación con una polizonte… —Bromea su padre.

—Papá, tú me dejaste, ahora te aguantas. —Dice Juliette y le da con una almohada, pero su padre se arrodilla en la cama y le da también y así comienzan una guerra de almohadazos.

—Parecen niños… ¿Qué? Por ¿qué me ven así? No, no a mí, no —Se ríe la madre de Juliette y deja la cámara grabando para unirse a la pelea hasta que el sueño los vence y se duermen abrazados.

—Los amo papitos no me dejen jamás.

—Te amamos pequeña luz, no sigas creciendo. —Se ríen

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