Angie Beltran es una hermosa y tierna muchacha que conoce a Pablo Aragón en un accidente , dónde el amor entre ellos surge al instante , haciendo la promesa que después de terminar cada uno su carrera se casarían y formarían una familia , Pero la obsesión de una mujer por Pablo los separa dos años , ella sin saber porque no llego el día de si boda y el pensando en ella cada dia . ¿qué pasará cuando se vuelvan a ver?¿ella lo escuchará?.
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CAPITULO 19
Estamos bajando del avión. Costó mucho tomar la decisión, pero al final decidimos seguir en las sombras y hacernos cargo de nuestra empresa. También me llena de mucha ilusión volver a ver a Angie, abrazarla y decirle cuánto la amo.
Después de haber estado lejos por tanto tiempo, siento que finalmente estoy volviendo a casa. Angie ha sido mi compañera fiel durante todos estos años, esperándome pacientemente mientras yo desempeñaba mi papel en la clandestinidad.
Pero ahora, es hora de dejar atrás esa vida de secretos y tomar las riendas de nuestro destino. No podemos seguir escondidos para siempre, es momento de salir a la luz y enfrentar lo que sea que venga, Pero con calma.
Al salir del avión, siento un nudo en la garganta y un cosquilleo en el estómago. No sé qué nos espera al llegar a casa, pero lo único que importa en este momento es ver a Angie, abrazarla y recordarle lo mucho que la amo.
Estoy listo para enfrentar lo que sea necesario, siempre y cuando estemos los dos. Juntos podemos superar cualquier obstáculo y construir el futuro que tanto hemos anhelado. Es hora de dejar el pasado atrás y mirar hacia adelante, juntos, como la familia que somos.
"¿En qué piensas, Pablo?" me habla Samuel bajando del avión detrás de mí. "¿En qué voy a hacer el héroe de mi hermosa despistada?", le contesté con una sonrisa, "—lo seremos, amigo. Yo también seré el héroe de mi bonita esposa." "¡Hogar dulce hogar!", grita Cobra desde atrás, sacándonos de nuestra conversación, "No es nuestro hogar, es Colombia —Bogotá. Nuestro hogar es en España, mi querido amigo rudo."
"Son unos llorones los dos", digo, "Hogar porque los conozco muy bien, sé que en cualquier momento se montarán en las motos e irán a buscar a sus esposas. Solo recuerden que deben estar bajo la oscuridad, no a la luz."
"Subamos al auto, muchachos", nos dice Cobra con su mirada de asesino en serie. "Ya deja de mirarnos así, ya no te tenemos miedo, tonto", le miro y le saco la lengua, "Grosero", me dice cerrando la puerta del auto.
Nos dirigimos hacia la ciudad con la emoción de reunirnos algún día con nuestras esposas después de tanto tiempo separados. Mientras tanto, Samuel y yo planeamos cómo sorprenderlas y hacerlas sentir especiales.
Al llegar a la casa donde vamos a vivir nos separamos, cada uno en su moto, para dirigirnos a la casa de Angie y Melissa. La adrenalina se apoderaba de nosotros mientras pasamos el tráfico y nos acercábamos a nuestro destino.
Finalmente, llegamos a la casa donde ellas viven, estacionamos las motos y nos quedamos mirando en medio de la oscuridad de la noche. A lo lejos vemos una camioneta azul acercarse, así que encendemos las motos y arrancamos pasando por el lado de ella. Veo a Angie conduciendo, nuestras miradas se conectan y quisiera bajarme, pero no es el momento de hacerlo, así que sigo derecho. Samuel pasa por el otro lado del auto, sé que vio a Melissa, igual que yo a mi hermosa despistada.
De repente, la camioneta se detiene y Angie baja rápidamente, sorprendida y emocionada. Melissa hace lo mismo y corre detrás de la moto. Nosotros aceleramos y seguimos derecho, mirando por los espejos que las dos se quedaron paradas en medio de la calle.
Angie y Melissa estaban observando las motos sin quitarles la mirada. Parecían sorprendidas y asombradas. "Eran ellos", dijo Angie con lágrimas en sus ojos. "No lo sé", contestó Melissa, limpiándose una lágrima que había rodado por su mejilla.
—¿Mami, pasa algo? —preguntó Samuel bajando del auto.
—No, mi cielo.
—Mami, ¡qué moto tan bonita! —habló Paola desde el auto. "Cuando sea grande, yo quiero una así", dijo con una pequeña sonrisa.
—Mami, mira, ¡hay unos perritos ahí! —grita Paola emocionada. Yo miro a Melissa con una cara de terror. "Voy por el Angie", me susurra Melissa.
Ellos van a dormir ahí, mañana vamos a llevarlos al veterinario.
—¡Hasta mañana, perritos! —dice Samuel acariciando a los perros. La misma acción la hace, mi pequeña Paola.
Los perritos parecen contentos y nos miran con caras juguetonas. Nos despedimos de ellos con cariño y subimos para acostar a los niños en sus camas. Melissa lleva a Samuel en brazos y yo a Paola.
—Mami, gracias por dejar que se queden los perritos. Te prometo cuidarlos y protegerlos, por el dedito mamita —es una promesa, mi pequeña traviesa.
Paola me sonríe con esos ojos grandes y llenos de inocencia, y le doy un beso en la frente.
—Eres una niña maravillosa, mi amor. Sé que los cuidarás y los querrás mucho. Vamos a dormir, que mañana será un día especial.
Los niños se acomodan en sus camas, abrazando sus peluches y con una sonrisa en el rostro. Apago la luz y cierro la puerta tras de mí. Escucho los ladridos de los perritos, y sé que están felices de tener una familia que los quiere y los cuida.
Me siento afortunada de tener a mi familia, a mis niños y a estos adorables perritos que han llegado a alegrar nuestras vidas. Cierro los ojos y siento cómo el cansancio del día se apodera de mí. Mañana será un nuevo día lleno de aventuras y alegrías, y estoy lista para disfrutarlo junto a los que más quiero.
Pero no dejo de pensar en esas dos motos, sentí en mi corazón que era Pablo y tengo la esperanza de que esté vivo y pueda volver junto a nosotras, lo mismo Samuel volverá a estar con Melissa. Pensando en él, me voy quedando dormida.
A lo lejos, escucho el suave ronquido de Paola y sé que está profundamente dormida a mi lado . Susurro un "te amo" antes de dejarme llevar por el dulce sueño. En mis sueños, veo a Pablo y Samuel, juntos y felices, riendo y compartiendo momentos inolvidables con nosotras . Sé que todo estará bien, que el amor siempre encuentra su camino.
Me despierto con el canto de los pájaros al amanecer. Abro los ojos y siento una paz interior que me reconforta. Me levanto y voy a despertar a Paola .
Me dirijo a la cocina y veo a los perritos jugando y correteando por el patio. Les doy de comer y les acaricio la cabeza, sintiendo una conexión especial con ellos. Son parte de nuestra familia ahora, y los quiero con todo mi corazón.
Mientras preparo el desayuno, pienso en lo afortunada que soy de tener a mis seres queridos cerca, de poder disfrutar de cada momento junto a ellos. La vida, con todos sus altibajos, es maravillosa cuando se tiene amor y compañía.
Sonrío mientras observo a Paola, Samuel y Melissa desayunando juntos y riendo. Sé que juntos podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente, porque el amor que nos une es más fuerte que cualquier obstáculo. Solo espero y anhelo tener a Pablo de nuevo a mi lado.
Y así, con el corazón lleno de gratitud y alegría, me dispongo a disfrutar de otro día junto a mi familia, sabiendo que juntos somos invencibles...
Continuara...