Alina se encuentra en una situación desesperada.
No solo perdió a su esposo debido a algún malentendido que incluso si ella lo quiere aclarar solo lo oscurece más, sino que sus amigos y madre le dan la espalda.
Con un niño en brazos y otro en el vientre, Alina debe enfrentar un sinnúmero de situaciones que harán su vida difícil.
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Ya ves, todo estará bien
Suspiré mientras miraba el intercambio entre Aegean y su hermana Scarlett.
Ella se había mostrado sorprendida cuando me vio en su casa. Aegean se había acercado a ella y habían empezado a murmurar en voz baja.
Por lo que no pude evitar sentirme avergonzada.
Realmente no sabía qué estaba haciendo aquí ni la razón por la que había confiado tan ciegamente en él. Quizás se debía a que necesitaba a alguien en mi vida para no sentirme tan sola.
Y ellos parecían ser esas personas.
Después de todo, luego de que me dieran de alta, aquel joven de ojos mieles se había mostrado tan amable y me había traído hasta la casa de su hermana.
Aegean había hablado maravillas de Scarlett, las cosas que ella había hecho y como había inspirado a otras mujeres, eran algo de admirar.
Él me había contado que Scarlett tenía un taller de costura en dónde sus principales ayudantes eran madres solteras que habían pasado por una situación similar a la de ella.
Y que la ropa que no se vendía, ella la donaba a fundaciones que apoyan a las madres solteras y niños desamparados.
Él me contó que su hermana empezó desde abajo, que todo lo que tenía ahora no lo tuvo desde el principio. Scarlett había tenido que sacrificar muchas cosas para poder llegar hasta donde estaba.
Yo esperaba ser una mínima parte como ella. Al menos tener un poco de su perseverancia y persistencia para salir adelante y no rendirme.
— Ya ves, te dije que todo estará bien, con la ayuda de las personas correctas podrás salir adelante tú y tus bebés.
Aegean dijo con una sonrisa haciendo que saliera de mis pensamientos.
Parecía que la conversación entre su hermana y él había terminado.
— Ahora me voy, espero volver a verte pronto — añadió mientras se acercaba a mi lado.
Sonreí en agradecimiento ante sus palabras. Esta vez, era una sonrisa sincera que había nacido de lo profundo de mi alma.
Fue la primera vez que sonreía de manera sincera luego de que pasara todo este enredo.
Aegean realmente había aparecido como un ángel en mi vida.
Por lo que me era imposible no sentirme agradecida.
— Gracias — dije — Gracias por ofrecerme tu apoyo aun cuando recién nos conocemos.
Aegean torció los labios para luego asentir hacia su hermana.
— Nos vemos, ogra — se despidió haciendo que tratara de contener mi sonrisa ante el mote que le dijo a su hermana.
Mientras veía la retirada de Aegean fijé mis ojos en la mujer regia de ojos color miel, treinta o cuarentañera que se encontraba enfrente de mí.
Scarlett sonrió mientras se acercaba a mi lado.
— Vamos bonita, ¿quieres té o un jugo? Tú y yo vamos a tener una larga charla.
Me mordí el labio tratando de contener las lágrimas, la forma en la que ella me miraba y en la que habló fue tan maternal que hizo que mi corazón se sintiera confuso.
— Té — contesté con la nariz constreñida — Yo siento aparecer en tu casa de la nada. Ni siquiera nos conocemos, pero Aegean me trajo y yo, no sé que hacer, mi vida parece un jodido chiste. Yo…
Scarlett se sentó a mi lado mientras tomaba mi mano.
— Tranquila, no te pongas nerviosa. Respira, pequeña, respira.
Seguí su consejo e inhale y exhale durante algún tiempo.
Cuando sentí que mis emociones estaban algo controladas, decidí sacar todo aquello que tenía encerrado dentro.
Realmente parecía que necesitaba desahogar mis penas con alguien que realmente me escuche y me entienda.
— Mi esposo se divorció de mí debido a que cree que mi hijo no es su hijo después de haber hecho algunas pruebas de ADN. Yo realmente no sé por qué arrojaron tal resultado cuando él es el único hombre con el que he estado… no lo entiendo. Y ahora estoy embarazada de nuevo y no sé que hacer. Me acaban de correr de mi trabajo, no tengo demasiado dinero para sobrevivir y ahora con la llegada de este bebé no sé qué debo hacer. Mi madre me odia, no tengo amigos…
Me mordí el labio para parar mi perorata.
Scarlett suspiró mientras me miraba.
— ¿No hay alguna manera de que arregles las cosas con tu exesposo? — cuestionó.
— No, él no cree en mí e incluso se fue del país — respondí — Él me abandonó, sé que tengo algo de culpa de su decisión, me gustaba salir a fiestas y ser amable con mis compañeros, quizás eso le hizo pensar que yo lo engañé, pero me duele que para él fuera tan fácil dejarme, como si el amor que me juraba fuera tan superficial.
— No sigas llorando, no estás sola, ahora me tienes a mí y Aegean. Mientras estés dispuesta vas a salir adelante, cariño. Debes ser fuerte por tus niños. Entonces supongo que no le vas a decir a tu exesposo sobre este bebé.
Torcí los labios con algo de burla.
— Desactivó todas sus redes sociales. Ni siquiera su correo electrónico existe. Incluso si quisiera decirle de la existencia de este bebé, no puedo hacerlo. Además, solo estaría pidiendo que mis hijos sean despreciados y humillados por su familia. Quizás hasta pongan en duda la paternidad de este bebé. Él no va a creer en mí, tal vez crea que es otro de mis planes para atraparlo.
— Eso es tan triste, Alina. Pero, no debes sentirte culpable por su decisión de dejarte. No tienes la culpa de nada, pequeña. Si él no quiso creer en ti, es su pérdida. Vales mucho para andar mendigando amor y humillándote por un hombre que no te ha dado el respeto que mereces ni tu lugar.
Bajé la mirada mientras trataba de contener mis lágrimas.
— Cariño, en este mundo siempre las mujeres somos juzgadas, ya sea porque utilizamos ropa corta, porque sonreímos demasiado o solo porque somos bonitas. Si algo sucede, tú vas a ser la culpable. Que si un tipo te acosó sexualmente, siempre va a salir un inadaptado a decir que fue porque tú lo pediste o porque usas ropa corta. Si sonríes demasiado con los hombres, alguien va a decir que eres coqueta, si eres muy seria alguien va a decir que te haces la mojigata. Si hay hombres que te persiguen para ganarse tu corazón, dándote regalos, alguien va a decir que eres una mujerzuela.
— Es un infierno — dije mientras secaba mis lágrimas.
— Sí, eso es cierto. Sin embargo, debemos aprender a convivir con eso, a ser juzgadas. Pero eso no significa que debemos estar de acuerdo y aceptar todo de buena gana. Lo que debemos hacer es demostrarle de lo que estamos hechas, de lo fuerte y valientes que somos. Así como yo salí adelante, tu también lo harás y vas a callar la boca de todas esas personas que te humillaron, vas a resurgir como un fénix.
Hola, pequeña reina, gracias por leer, no te olvides de dejar un like o comentario, con amor, Erica.
2do. le va a ayudar a Scarlet en su negocio