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EL DESTINO ES LA MUERTE.

EL DESTINO ES LA MUERTE.

Status: Terminada
Genre:Completas / Escena del crimen / Leyenda sangrienta / Casos sin resolver
Popularitas:2.7k
Nilai: 5
nombre de autor: José Luis González Ochoa

Monserrat Hernández es una respetada abogada defensora⚖️. Una tarde como cualquiera otra recibe una carta amenazante📃, las palabras la aterraron; opción 1: observar como muere las personas a su alrededor☠️, opción 2: suicidate.☠️

¿Que tipo de persona quiere dañar a Monserrat con esta clara amenaza mortal?✉️.

Descubre el misterio en este emocionante thriller de suspense😨😈

NovelToon tiene autorización de José Luis González Ochoa para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

(CAPITULO 8) UN TESTAMENTO INFERNAL

El amanecer llegó lentamente, como si la oscuridad se resistiera a dejar paso a la luz. A las 6:30 de la mañana, el cielo aún estaba oscuro, con solo un destello de gris en el horizonte. La luna seguía visible, una media luna que parecía una sonrisa irónica en el cielo.

Monserrat se despertó con un sobresalto, su corazón aún latiendo con fuerza después de la pesadilla que había tenido. En su sueño, había visto a Ryan Alessandro muerto en el suelo, su sangre derramándose por todas partes. Y luego, había visto a Lilith, sonriendo y diciendo "eres la siguiente".

Monserrat se sentó en la cama, intentando sacudir la sensación de miedo y ansiedad que le quedaba de la pesadilla. Miró el reloj y vio que eran las 6:30. Tenía que levantarse y seguir adelante. No tenía tiempo para dormir más.

Se levantó de la cama y se dirigió a la cocina para preparar un café. Mientras esperaba que el café estuviera listo, sacó la carpeta de sus sospechosos y comenzó a revisarla. Tenía que encontrar al asesino antes de que él la matara.

Monserrat se sentó en la mesa de la cocina y comenzó a estudiar la carpeta. El segundo nombre en la lista era el de Ethan Walker, acusado de secuestro pero absuelto debido a la falta de pruebas. Monserrat recordó los detalles del caso y se preguntó si realmente era inocente.

Miró su reloj por segunda vez en ese día y vio que ya eran las 7 de la mañana. Tenía que salir lo más pronto posible para dirigirse a la cafetería "The Coffee Bean & Tea Leaf" en la calle 5ta Avenida, número 200, en Manhattan. Lilith la esperaba allí a las 8 de la mañana.

Se levantó de la mesa de la cocina y comenzó a prepararse para salir. Se puso su abrigo y su bolso, y se aseguró de tener todo lo que necesitaba.

Monserrat salió de su casa y se dirigió hacia el garaje, donde Juan, su chofer, la esperaba. "Buenos días, Juan", dijo Monserrat. "Necesito que me lleves a la calle 5ta Avenida, en Manhattan. Tengo una cita importante a las 8 de la mañana."

Juan asintió con la cabeza y abrió la puerta del auto. "Por supuesto, señora. Estaremos allí a tiempo."

Monserrat se subió al auto y se acomodó en el asiento trasero. Mientras Juan conducía, Monserrat sacó su teléfono y revisó sus notas sobre Ethan Walker.

Juan se miró por el espejo retrovisor y preguntó: "Señora, ¿está bien? La he visto un poco alterada estos últimos días."

Monserrat se detuvo un momento antes de responder. Esta vez, no quería mentirle a Juan. En lugar de eso, decidió hacerle una pregunta.

"Juan, imagina que estás en una situación en la que personas inocentes están en riesgo y tú tienes la responsabilidad de hacer algo para salvarlas. ¿Qué crees que es lo más razonable hacer? ¿Ignorar todo y seguir con tu vida o hacer lo posible para ayudarles?"

Juan se miró por el espejo retrovisor de nuevo, esta vez con una expresión seria. "Señora, a lo largo de mi vida he tenido pruebas difíciles que superar, pero siempre he sido gracias a personas que me rodean. Si en su mano está ayudar a gente inocente de sufrir algún daño, ella tiene que hacer lo posible para ayudarles.

"Si no lo hace, siempre se preguntará qué hubiera pasado si hubiera actuado. Y eso puede ser un peso muy grande de llevar."

"Además, señora, usted es una persona buena y justa. Siempre ha ayudado a los demás. No puede cambiar ahora."

Monserrat se sintió conmovida por las palabras de Juan. Sabía que él tenía razón. No podía ignorar la situación y seguir con su vida. Tenía que hacer lo posible para ayudar a las personas inocentes que estaban en riesgo.

El auto se detuvo en un semáforo, y Juan se volvió hacia ella. "Señora, ¿qué está pasando? ¿En qué está metida?"

Monserrat se sintió tentada de contarle la verdad a Juan, pero sabía que no podía. No quería ponerlo en peligro.

"Nada, Juan. Solo es un asunto personal. Pero gracias por tu consejo. Significa mucho para mí."

Juan asintió con la cabeza y se concentró en la carretera de nuevo. Monserrat se sintió agradecida por su discreción y su apoyo.

A medida que se acercaban a la cafetería, Monserrat se sentía más determinada que nunca. Iba a hacer lo que fuera necesario para salvar a las personas inocentes y descubrir la verdad.

El auto se detuvo frente a la cafetería a las 7:55 de la mañana. Monserrat se bajó y se detuvo frente a la puerta. Respiró profundamente y se preparó para lo que viniera a continuación.

La cafetería estaba llena de gente, pero Monserrat solo veía un destino: la mesa donde Lilith la esperaba. Se ajustó el bolso y entró en la cafetería, lista para enfrentar lo que fuera que la esperara.

La luz cálida de la cafetería la envolvió, y el aroma del café fresco la recibió. Monserrat escaneó el lugar, buscando a Lilith. Y entonces, la vio. Sentada en una mesa del fondo, con una sonrisa en su rostro.

Monserrat se dirigió hacia ella, su corazón latiendo con anticipación. ¿Qué le diría Lilith hoy? ¿Qué nuevo desafío le presentaría?

Se sentó en la silla frente a Lilith y la miró a los ojos. "Estoy aquí", dijo. "Estoy lista para seguir adelante."

Lilith sonrió y se inclinó hacia adelante. "Excelente", dijo. "Porque hoy es el día en que las cosas se ponen interesantes."

Lilith sonrió y se inclinó hacia adelante, su voz baja y cruel. "¿Cómo ha ido su camino rumbo al infierno, Monserrat? ¿Ha encontrado lo que buscaba?"

Monserrat se sintió incómoda, especialmente en un lugar público. "Ha sido... interesante", dijo, intentando mantener la calma.

Lilith se rió. "Ah, cierto. Un suicidio y un asesinato. Excelente inicio."

Monserrat se sintió enferma. "Ya se le había acabado el primer día", dijo Lilith, "y ahora solo quedan seis. Ya ha tachado el primer nombre de su lista, y claramente no era la persona correcta."

"Supongo que irá por el segundo en la lista", dijo Lilith, su sonrisa creciendo.

Monserrat asintió. "Sí, es Ethan Walker. Fue acusado de secuestro."

Lilith se rió. "Excelente, excelente. Pero antes de que continúe con su investigación, hay alguien que quiere hablar con usted."

Un hombre mayor, con un portafolio, se acercó a la mesa y se sentó en la tercera silla. "Me llamo Amón, el demonio de la ira", dijo, su voz baja y grave. "El señor Lucifer, el autor de la carta, se comunicó conmigo y me pidió que me presentara con usted, Monserrat, para brindarle mis servicios."

Monserrat se sintió confundida. "¿Qué servicios? ¿Qué eres tú?"

Amón sonrió. "Soy abogado, al igual que usted, señora. Y los servicios que me pidieron que le proporcionara son que empezara a hacer su testamento."

Monserrat se quedó en shock cuando Amón sacó una hoja y le extendió el contrato. Todos los bienes que ella poseía estaban allí, detallados con precisión. Su casa, sus inversiones, sus cuentas bancarias... todo.

"¿Cómo saben esto?", preguntó Monserrat, su voz temblando.

Amón se encogió de hombros. "El señor Lucifer tiene sus recursos. Y según este contrato, todos sus bienes serán donados a la gente necesitada."

Monserrat se sintió asustada y ultrajada. "¿Qué tipo de juego es este?"

Lilith se rió. "No es un juego, Monserrat. Es su realidad. Y ahora, tiene que decidir qué hacer a continuación."

Monserrat miró el contrato, su mente racional intentando procesar lo que estaba sucediendo. Pero una cosa era segura: no iba a firmar nada sin luchar.

Lilith se inclinó hacia adelante, su voz baja y amenazante. "No es necesario que lo firme ahora, pero sabe muy bien qué es lo que va a pasar si no encuentra a Lucifer en estos seis días."

Monserrat se sintió un escalofrío en la espalda. "Usted sabe que la gente cercana a usted terminará siendo destruida."

Lilith sonrió. "Ya sabe lo que me refiero con destrucción. No precisamente la muerte, pero... en fin, ya sabe usted que conocemos todo de usted. Todo. Claramente, todo."

Monserrat se sintió enferma. La idea de que Lilith y Lucifer conocieran todos sus secretos y debilidades era aterradora.

"Adelante", dijo Lilith, "sigue con tu día. Este es el segundo día en este juego macabro. ¿Lograrás ganarlo?"

Amón se puso de pie, su voz grave y autoritaria. "No se demore, señor Hernández. Yo aquí estaré esperando para que usted firme cuando sea necesario. Apresúrese, porque el tiempo corre y no se detiene."

Lilith y Amón se pusieron de pie y se retiraron del lugar, cada uno tomó una dirección totalmente diferente. Monserrat se quedó sola en la cafetería, sintiéndose vulnerable y asustada.

Miró el contrato que Amón había dejado sobre la mesa, y se sintió un escalofrío en la espalda. ¿Qué tipo de juego era este? ¿Qué querían de ella?

Monserrat se levantó de la silla y salió de la cafetería, decidida a encontrar a Lucifer y poner fin a este juego macabro. Pero sabía que no serait fácil. Tenía que encontrar a Ethan Walker, el segundo sospechoso en su lista.

La calle estaba llena de gente, pero Monserrat se sentía sola y desconectada. Sabía que tenía que mantenerse enfocada si quería sobrevivir a este juego.

Se dirigió hacia su auto, donde Juan la esperaba. "¿Qué pasó, señora?", preguntó Juan, al ver su rostro preocupado.

Monserrat suspiró. "Nada, Juan. Solo sigue adelante. Tenemos que encontrar a Ethan Walker."

Juan asintió y arrancó el auto. Monserrat se sintió un poco más segura con Juan a su lado, pero sabía que no podía confiar en nadie. Tenía que encontrar a Lucifer y poner fin a este juego sola.

Aquí te dejo el texto completo:

Monserrat observó la dirección en su teléfono: 345 West 145th Street, Harlem, Manhattan. Se la pasó a Juan, quien asintió y se dirigió hacia allá.

A medida que llegaban a la dirección, Monserrat se dio cuenta de que la casa estaba en un estado de abandono. El pasto del jardín estaba crecido y las paredes estaban cubiertas de grafitis. La casa parecía haber estado vacía durante mucho tiempo.

Juan se detuvo frente a la casa y se volvió hacia Monserrat. "Señora, ¿está segura de que esta es la dirección correcta?"

Monserrat asintió. "Sí, Juan. Esta es la dirección que tengo. Ethan Walker debería estar aquí."

Juan se miró alrededor, evaluando el entorno. "No me gusta esto, señora. Esta casa parece abandonada. ¿Quiere que baje con usted para asegurarme de que todo esté bien?"

Juan salió del auto y se acercó a Monserrat, quien sacó su portafolio y extrajo su arma, una Magnum 357. Juan también sacó su arma, una 9 mm, que utilizaba para trabajar.

"Vamos", dijo Monserrat, mirando hacia la casa. "Tenemos que encontrar a Ethan Walker."

Juan asintió y se colocó al lado de Monserrat, listo para protegerla si era necesario. Juntos, se acercaron a la casa, preparados para cualquier cosa que pudiera suceder.

Al llegar a la puerta, Monserrat se detuvo y escuchó. No se oía ningún ruido dentro de la casa. Se volvió hacia Juan y le hizo una señal de silencio.

Juan asintió y se colocó al lado de la puerta, lista para cubrir a Monserrat si era necesario. Monserrat tomó una profunda respiración y llamó a la puerta.

No hubo respuesta. Monserrat se miró con Juan y luego empujó la puerta, que se abrió con un crujido. La casa estaba oscura y silenciosa, pero Monserrat sabía que no estaba sola. Algo no estaba bien.

Monserrat entró en la casa, seguida de cerca por Juan. La oscuridad era total, y solo se oía el sonido de sus propios pasos. Monserrat sacó su teléfono y encendió la linterna, iluminando el entorno.

La casa estaba en un estado de desorden total. Había muebles rotos y ropa tirada por todas partes. Monserrat se sintió un escalofrío en la espalda. ¿Qué había pasado aquí?

De repente, Juan se detuvo y se volvió hacia Monserrat. "Señora, escuche", dijo, su voz baja y tensa.

Monserrat se detuvo y escuchó. Un ruido débil, casi imperceptible, provenía de la habitación de atrás. Monserrat se miró con Juan y luego se dirigió hacia el ruido, su arma lista.

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Luis Ochoa
Hola Alicia, muchas gracias por tu comentario. Ten por segura que se tiene contemplada la secuela.
Alicia Escobar
un libro interesante con detalles únicos y originales, espero que tenga una continuación 😃👍
Elsa Orivas
mucho miedo pero que val8e te
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