El Precio De Los Sueños

Finalmente, llegó el día tan anhelado, Melani estaba de pie junto a su maleta, buscaba cuidadosamente la ropa que iba a llevar al viaje, la iba doblando muy meticulosamente, guardaba cada prenda pensando cómo iba a lucir, mientras empacaba por su mente pasaban miles y miles de pensamientos, por un lado, estaba emocionada por el otro tenía miedo de ir a una ciudad completamente desconocida para ella, era una aventura llena de muchas emociones, se sentía muy nerviosa  no podía dejar de pensar que en este viaje se iría lejos de su familia, sus amigas y amigos, estaba dejando todo atrás, pero tenía que hacerlo.

Se detuvo un momento, estaba sosteniendo un vestido era el que había seleccionado para la audición, acariciaba suavemente el vestido y en cada caricia estaban marcadas nostalgia y ansiedad, estaba muy emocionada por su futuro, pero al mismo tiempo sentía dudas, pero las dejo pasar, pues la emoción estaba por encima de ella, pensó que solo era el nerviosismo por dejar todo atrás y embarcarse a una nueva vida.

Pronto su madre le saco de sus pensamientos, entrando a la habitación, la miro con una sonrisa suave, aunque por dentro estaba llena de preocupación, su mamá llevaba algo pequeño en sus manos:

Mamá: Hija, me doy cuenta de que estás muy emocionada por el viaje, y me da mucha tristeza saber que vas a estar tan lejos de nosotros, pero quiero que sepas que me siento muy orgullosa de ti y quiero que lleves esto contigo.

Era un pequeño amuleto de plata que había sido de la abuela, venía de generación en generación, tenía la forma de un colibrí, su madre siempre le decía que los colibríes traen buena suerte.

Mamá: Este pequeño amuleto me lo dio tu abuelita cuando yo era casi de tu edad, siempre lo llevo conmigo, pues me ha ayudado a tomar importantes decisiones y a darme seguridad, ahora quiero dártelo a ti, para que lo lleves siempre contigo, estoy segura de que te ayudará en tu sueño, siempre que lo veas recuerda que tienes una familia que siempre estará esperando por ti.

Melani: Gracias, mamá, sé que este amuleto es muy importante para ti y lo voy a cuidar muchísimo, sé que me ayudará a tomar decisiones en su momento, me protegerá y lo más importante que este amuleto es el recordatorio que siempre están junto a mí en este sueño.

Ambas se abrazaron con fuerza, las lágrimas caían por sus mejillas, sabía que su hija era fuerte, pero el mundo estaba lleno de muchos desafíos, se iba a enfrentar a muchos peligros, la veía demasiado confiada y llena de ilusiones.

Pronto terminó de empacar sus cosas, su madre le ayudo con lo que le faltaba, su padre bajo la maleta, en la parte de abajo la esperaba su hermanito Nico, era la hora de partir, todos se subieron al coche para acompañarla al aeropuerto, al ser todavía menor de edad debían firmar la forma para la salida del país, el viaje en el auto fue en silencio, cada uno lidiando con sus propios pensamientos. Jorge, no había dejado de pensar en que todo esto era un error, pero en ese momento se limitó a conducir, su mirada fija en la carretera mientras luchaba por encontrar las palabras correctas.