Ojos Súper Asombrosos

Laura comenzó a mirar la dirección que Samuel le había enviado la noche anterior.

"Parece que esta es la dirección correcta", dijo Laura, viendo una pequeña frutería frente a ella.

"¿Señorita, hay algo en lo que pueda ayudarla?", preguntó Sandra al ver a Laura que parecía confundida.

"Verá, ¿es aquí donde vive Samuel?", preguntó Laura.

Sandra pareció sorprendida de que esta mujer estuviera buscando a Samuel.

"Si puedo preguntar, señorita, ¿quién es usted de Samuel?", preguntó Sandra con curiosidad.

"Soy su amiga, habíamos quedado en vernos", respondió Laura.

Sandra no se lo podía creer, ¿desde cuándo Samuel tenía una amiga tan guapa?

"Encantada de conocerte, soy Sandra, la hermana mayor de Samuel. Puedes llamarme Sandra", dijo Sandra.

"Soy Laura". Laura tampoco se podía creer que Samuel tuviera una hermana tan joven, incluso se veía guapa a pesar de su sencilla apariencia.

"En ese caso, voy a llamar a Samuel", dijo Sandra mientras entraba en la tienda que también era su casa alquilada.

No mucho después, Samuel salió con un aspecto diferente al que tenía cuando conoció a Laura. Samuel llevaba la camisa y los pantalones largos que había comprado el día anterior. Samuel se peinó cuidadosamente el pelo, lo que le daba un aspecto muy digno.

"Laura, ¿llevas mucho tiempo esperando?", saludó Samuel.

Laura seguía sorprendida por el aspecto actual de Samuel. Samuel estaba mucho más guapo que antes.

"Laura", dijo Samuel de nuevo al ver que Laura se quedaba callada.

"Oh, sí, acabo de llegar", respondió Laura.

"Vamos", dijo Laura mientras entraba en su coche.

Una vez dentro del coche, Samuel se quedó maravillado con su genial interior. Era la primera vez en su vida que Samuel subía a un coche tan lujoso. Samuel pensó en poder tener un coche así en el futuro.

"¿Dónde quieres que te invite?", preguntó Samuel.

"¿Qué te apetece comer?", preguntó Laura mientras se concentraba en conducir.

"La verdad es que acabo de comer, así que todavía estoy lleno", respondió Samuel.

"Entonces, ¿por qué no me lo dijiste antes? Podría haberte recogido más tarde".

"No pasa nada, ya está hecho".

"¿Qué tal si me acompañas a un sitio?", preguntó Laura.

"¿A dónde?", volvió a preguntar Samuel.

"A una casa de apuestas de piedras", Laura solía ir allí sola a buscar piedras preciosas para hacer joyas.

Al oír eso, Samuel sintió curiosidad, ya había oído hablar de las apuestas con piedras. Si comprabas una piedra barata y resultaba que dentro de la piedra había un objeto de valor, seguro que obtendrías un gran beneficio.

Pero si el interior de la piedra estaba vacío, no obtendrías nada. Estas apuestas con piedras también pueden considerarse un lugar donde tentar a la suerte.

"De acuerdo, iré", Samuel parecía entusiasmado y quería poner a prueba sus súper ojos.

Laura condujo hasta una casa de apuestas de piedras a la que solía ir.

Al poco tiempo llegaron, vieron un edificio enorme y magnífico.

"Vaya, así que este es el lugar de las apuestas con piedras", dijo Samuel al ver el edificio que tenía delante.

Empezaron a entrar en el edificio y vieron que estaba lleno de gente que quería apostar en las piedras.

Empezaron a pasear y vieron muchas piedras grandes y pequeñas sobre muchas mesas.

"Señorita Laura, usted también ha venido", saludó una mujer propietaria de piedras en este lugar.

"La última vez que conseguiste una piedra de jade helada del tamaño de una pelota de béisbol, estuviste increíble", continuó la mujer elogiando a Laura.

Una piedra de jade helada del tamaño de una pelota de béisbol era un buen logro en las apuestas con piedras. El jade helada era muy difícil de encontrar, por lo que si se vendía, al menos su precio no sería inferior a 10.000 millones. Pero si se transformaba en un artículo como una joya, su precio podía alcanzar los 20.000 millones.

Las palabras de la mujer despertaron la curiosidad de muchos de los presentes, que se acercaron para ver quién había conseguido la piedra de jade helada.

"Sólo fue suerte, no exageres", Laura les sonrió.

Sin embargo, de repente, un hombre calvo con bigote y barba blancos empezó a caminar hacia ellos.

"Yo no estaba aquí en ese momento, si no, no creo que nadie hubiera podido conseguir esa piedra de jade helada", dijo el viejo calvo mientras caminaba.

"Es el señor Lucas, ha llegado", dijo alguien que estaba allí.

"Es el maestro de las apuestas con piedras, su ojo es extraordinario", dijo otro.

"He oído que el señor Lucas consiguió una vez una piedra de jade de cristal", dijo otro.

Todos parecían asombrados por la llegada de Lucas. Lucas era famoso por su extraordinaria capacidad para seleccionar piedras. Lucas podía saber qué piedras estaban llenas y cuáles vacías.

"¿Por qué parece que este hombre está buscando problemas contigo?", susurró Samuel a Laura.

"Es el dueño de una empresa de joyería igual que la empresa de mi familia, se podría decir que Lucas y mi familia son rivales, por lo que a menudo se apodera del suministro de materiales de joyería", explicó Laura.

"Ya que la señorita Laura Wibawa está aquí, ¿qué tal si competimos?", desafió Lucas.

Al oír esto, Laura se quedó callada, no había forma de que pudiera vencer a Lucas.

"No puedo, mis habilidades no son comparables a las suyas, si pierdo, seguro que avergonzaría a la familia Wibawa y también afectaría a la facturación de la empresa", pensó Laura.

"Tengo que llamar a papá, pero me temo que ni siquiera él podría vencerlo", siguió pensando Laura.

Laura parecía confusa sobre cómo enfrentarse al reto de Lucas. Si lo rechazaba, su familia sería considerada cobarde y también afectaría a la empresa.

"Jajaja, si no te atreves, ¡vete!", Lucas se rió a carcajadas.

"Quién dice que no me atrevo, yo competiré contigo", le interrumpió Samuel.

Samuel, que se había quedado callado hasta entonces, empezó a sentirse incómodo al ver que Lucas no dejaba de acosar a Laura.

Laura se quedó sorprendida al oír las palabras de Samuel. Laura sabía que Samuel entendía de antigüedades, pero ¿acaso Samuel entendía de apuestas con piedras? pensó.

"¿Quién es este hombre que se atreve a desafiar al señor Lucas?", dijo uno de ellos.

"Su aspecto es tan extraño, parece que es la primera vez que viene a este sitio", gritó otro.

"Es muy joven, estoy deseando verle perder de forma embarazosa", añadió otra persona.

"¿Quién eres tú? ¿Cómo te atreves a representar a la familia Wibawa?", dijo Lucas con cara de desprecio.

Laura, al ver la arrogancia de Lucas, se sintió muy molesta. Si no le seguía el juego, seguro que Lucas se volvería más arrogante. Laura también decidió confiárselo a Samuel, independientemente de que ganara o perdiera, a Laura ya no le importaba.

"Es mi novio, que representa a la familia Wibawa, así que se supone que ya puede representarnos, ¿no?", dijo Laura mientras cogía la mano de Samuel para demostrar que eran pareja.

Samuel se quedó atónito por lo que había hecho Laura. Samuel sintió el suave tacto de la mano de Laura.

La gente que estaba allí también se sorprendió de que la señorita Wibawa, famosa por su belleza, ya tuviera novio. Y eso que los rumores decían que Laura seguía soltera.

"Está bien dejar que este hombre represente a la familia Wibawa, pero quiero que se añada una recompensa al concurso", dijo Lucas con expresión astuta.

"¿Qué clase de recompensa?", preguntó Laura.

"Tu familia Wibawa tiene una joyería en el centro de la ciudad. Si gano, tendréis que dármela", explicó Lucas.

Laura pareció sorprendida, parecía que Lucas quería algo muy grande de la familia Wibawa.

"La familia Wibawa adquirió esa tienda gastando mucho dinero", dijo alguien al oír las palabras de Lucas.

"Si ella está de acuerdo, es como dársela gratis", dijo otra persona.

"El señor Lucas es realmente inteligente aprovechando la situación."

Laura parecía confusa sobre qué hacer ahora, la recompensa adicional era tan grande, y Laura tenía que tomar una decisión inmediatamente.

"Y si pierdes, ¿qué?", preguntó Samuel de repente.