Me Volví La Obsesión Del General Demonio

Al llegar a casa Draven me llevo en brazos hasta la recámara y me dejó suavemente sobre la cama, mientras me desvestía y acariciaba mi cuerpo sutilmente

Clarisa: Esposo - tomo su rostro y junto nuestros labios, sus caricias eran tan suaves y lentas que me desesperaba lo lento que iba - Hazlo rápido - le digo suplicante, llevamos un buen rato sin hacerlo y lo ansiaba demasiado, quería tenerlo dentro y que hiciera sentir bien

Draven: No - responde suavemente mientras continúa jugando con mis senos y bajando hasta mi abdomen besando y pasando su manos con tal delicadeza como si de una porcelana preciosa se tratara - Hace mucho que no lo hacemos y deseo explorar tu cuerpo, que se quede en mi mente cada centímetro, hacerte sentir bien ¿esposa me dejaras? - dice levantando su cabeza y mirándome desde medio de mis piernas, yo asiento y él entierra su rostro en mi intimidad haciendo que yo suelte un fuerte gemido al sentir como introduce su lengua y masajes mi botón con su pulgar, estuvo así unos minutos hasta que alcance mi clímax, se posicionó en mi entrada y comenzó a entrar lentamente, cada segundo que pasaba era más agobiante para mí, deseaba ya tenerlo dentro; mis caderas se movieron buscando que entrara más rápido y profundo - Esposa - me sostiene firmemente las caderas - yo deseaba hacerlo lento - puedo sentir como me 3mbiste profundamente haciendo que mi cuerpo se estremezca y mi extremidades se tense - Pero mi hermosa esposa no desea eso - me dice con la voz cargada de excitación mientras empieza a moverse rápidamente en mi interior tocando mi punto, haciendo que cada 3mbestida sea más placentera, mi visión estaba nublada por las lágrimas de placer; él se acercó a mi para juntar nuestros labios, mientras continuaba con sus 3mbestidas hasta que los dos alcanzamos nuestro clímax

Lo hicimos varias veces más antes de caer rendidos en la cama, cansados por la agitada noche. Aunque me siento intranquilo, no sé lo que es, Pero está sensación no me deja tranquila

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Antonio: ¿Que sucede? - pregunta a su asistente al verlo entrar a la oficina tan alterado

X: su majestad, el rey vecino nos declaró la guerra - Antonio arruga el cejo, ya que había un tratado de paz con ese reino - Al parecer la hermana de la señora Clarisa se casó con el rey como concubina, pide que le entreguemos al general o si no se va a la guerra

Antonio: Vaya, este hombre siempre me da dolores de cabeza, no sé porque le prometí a mi tía cuidar de su hijo, debía dejarlo morir hace mucho

X: es que usted nunca pensé que causaría tanto problemas - se ve como el hombre al otro lado del escritorio asiente dándole toda la razón a su asistente - ¿Que debemos hacer su majestad?

Antonio: manda a 5 mil soldados a casa del general y ve a informar sobre la situación - Antonio llega con la cabeza - Parece que el reino tendrá más territorio y todo gracias a una niña malcriada que quería vengarse de su cuñado - sonríe ampliamente - Dejemos que Draven se encargue de ese rey y me traiga su cabeza

X: Como ordene su majestad - dice para hacer una reverencia y hacer poder irse a cumplir con la orden de su majestad

Antonio: lo único malo es que voy a tener que escuchar los reproches de ese hombre cuando vuelva porque lo separe de su esposa embarazada - suspira y echa toda su cabeza hacia atrás - que maldito dolor de cabeza

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Estaba bajando las escaleras para ir a desayunar cuando veo a Roberto en la sala teniendo una conversación con mi esposo, Draven se veía muy molesto por su visita, así que me acerque un poco para aligerar el ambiente, ya que se veía las ganas asesinas de mi esposo matar al pobre asistente del rey

Clarisa: Roberto tiempo si verte ¿cómo se encuentra? - el hombre que estaba todo blanco por los nervios de estar al frente de mi esposo, relajo su expresión al verme

Roberto: Señora el reino vecino no has declarado la guerra y su majestad mando a informarle al general que vaya al frente dirigiendo las tropas - yo abro grandemente los ojos al oír eso, ahora entendía ese sentimiento de inquietud que tenía desde hace rato - No se preocupe 3 mil hombres se quedaron al cuidado del ducado mientras el general no esté nosotros vamos a garantizar su seguridad

Draven: Yo me haré cargo de mi mujer, que sea el rey que vaya a la guerra no tengo intención en dejar el reino

Roberto: Es la hermana de la señor y su madre la que ha organizado todo esto, por eso su majestad piensa que usted mismo desea hacerse cargo del problema - veo como mi esposo le aparece un nuevo brillo en los ojos, claramente las palabras de Roberto lo convencieron por completo - De usted depende cuando va a volver a su hogar - yo suelto una pequeña risa, le está retando para que haga el trabajo más rápido

Draven: bien mandaré a preparar a mis hombres, tu prepara a los tuyos porque mi esposa se irá a quedar al castillo a vivir mientras yo no esté aquí

Clarisa: Draven no te tienes que preocupar por eso, aquí también estoy segura, así que puedes tranqui...- la voz de la diosa apaga mis palabras cuando me dice que obedezca a mi esposo - Bien, haré lo que mi esposo diga, le diré a mi doncella que prepare algunas cosas para partir al castillo - tomo el rostro de Draven y le doy un beso - tu ve tranquilo acaba con todos los enemigos y vuelve pronto - él asiente y corresponde el beso, yo me doy la vuelta para poner a preparar mis cosas y así irme al castillo. Si la diosa me dió esa información significa que mandar a mi esposo lejos solo es una estrategia para que me deje sola, lo que significa que vienen es por mi

X: ¿que sucede señora? - me pregunta mi doncella al verme suspirando

Clarisa: no es nada, solo que creo que los problemas nunca se acaban - suspiro fuertemente - algunas veces me dan ganas de yo misma acabar - si no fuera porqué mi poder es muy débil, estoy embarazada y tampoco se usar ninguna arma, no me queda más que esperar que mi esposo se haga cargo de todo y que la diosa me ayude cuando estoy en problemas