Princesa Asesina

Cuando las puertas color tinta se abrieron dos guardias aparecieron.

Portando armaduras oscuras parados de manera imponente con expresiones frías e indiferentes.

Uno de los guardias habló señalando a Alia quien está encadenada – ¡Este rehén debe venir solo!

Al escuchar la respuesta de los guardias imperiales los dos hombres que escoltaban a Alia asintieron mientras retrocedían hacia atrás.

Los dos guardias del imperio sagrado sostuvieron las cadenas jalando sin piedad.

– ¡camina rápido! – gritó una de los guardias.

Sintiendo el dolor al ser jalada con brutalidad Alia guardó para sí misma el dolor.

En su corazón solo esperaba que no le pusieran la situación aún más difícil.

¡No hay vuelta atrás!

Repitiendo estas palabras en su mente miró por unos segundo como las puertas se cerraban, regresando su mirada hacia el frente Alia pudo sentir todas las expresiones llenas de disgustos de los ciudadanos del imperio sagrado.

La apariencia hermosa glacial como una flor inigualable atraía la atención de innumerables hombres tanto como de mujeres celosas por su belleza pero aún así la gente se regocijaba ante su estado lamentable pues habían escuchado de que esa joven hermosa era un rehén del imperio sagrado y no un rehén cualquiera sino la princesa del imperio Kalisto.

Esa chica inútil que nació el mismo día que la genio verdadera la princesa Sofía.

Entre susurros los ciudadanos se burlaban de su lamentable estado.

– ¡Esa es la princesa inútil!

– ¡Claro que es ella!

– ¡ahora se ha convertido en un rehén! ¡Si yo fuera ella me suicidaría!

– ¡es hermosa! Aún así de qué sirve si no tiene talento.

– “una inútil que nació el mismo día que la chica genio, ah que lamentable”

Susurrando entre risas llenas de desdén, Alia lo sabía perfectamente todos la despreciaban.

¿Quién no lo haría? Nació sin talento, algo raro por qué los nobles siempre nacen con un despertar.

Moviéndose entre la multitud de gente que se burlaba o la despreciaba Alia se mantuvo firme ignorando cada palabra llena de humillación.

En lo único en lo que pensaba es saber cuál era su destino siendo un rehén ¿quién tuvo tal idea de hacerla un rehén?

Alia recordó en ese momento la figura imponente del hombre arrogante como un rey del cielo.

Abriendo los ojos con una luz brillante Alia pensó – ¡es él! ¡El tercer príncipe heredero!

Fue el, es la única persona de la familia real que vino a conquistar su imperio.

¡Lo sabía! Ese hombre quería vengarse por lo que le hizo.

Soltando un quejido lleno de amargura, Alia no se desanimó.

– ¡todos esperan verme miserable! “Yo Alia incluso si soy enviada al mismo infierno soportaré el fuego para poder salir de ahí, solo espérenme les mostraré que no seré fácil de intimidar” – pensó Alia con determinación.

Los ciudadanos que se burlaban de Alia nunca esperaron que aquella chica miserable a sus ojos se mantuviera orgullosa para soportar las tormentas y subir los escalones al cielo con un corazón tan sincero.

Dejando aún lado a los ciudadanos, ya habían llegado a su destino.

Palacio imperial.

Los guardias empujaron las puertas soltando las cadenas

En ese momento en el que las puertas se abrieron.

El crujido de la gran puerta creó un silencio inminente.

Los ojos dorados confusos de Alia observaron hacia el frente encontrándose con dos figuras vestidas de manera tan lujosa.

– ¿Quién es esta mujer? –  de repente resonó una voz majestuosa sumamente hermosa como el rocío del agua clara al caer.