La Pasión del Agroboy

Después de casi 4 horas de carretera llegué a mi destino. La famosa ciudad del Agro.

Voy a quedarme en casa de Valentina hasta que compre la mía. Con la venta pagué a los acreedores y los derechos de los empleados, ahora necesito ver si consigo un empleo en mi área. Pero vamos con calma, una cosa a la vez.

Así que llegué a la ciudad me detuve en una cafetería en la gasolinera. Necesitaba comer algo

- Buenas tardes, ¿me da una coxinha?

- Buenas tardes. Enseguida. Nuestra coxinha es con masa de yuca. ¿Ya comió?

- Vaya, nunca comí. Pero vamos a probar.

Luego el chico me trajo la coxinha, y sí que el negocio es bueno.

Ya me gustó la ciudad. La gente parece buena. Ni parece que estoy a solo unas horas de mi pueblito, allá la gente también es hospitalaria.

Estaba comiendo cuando un chico llega y se sienta en el mostrador y hace su pedido. Mientras espera, él saca conversación.

- Buenas tardes, señorita. ¿Es nueva en la ciudad?

- Buenas tardes. Me llamo Melissa. Sí, soy nueva, me estoy mudando hoy.

- Mira, bonito nombre ese tuyo. Me llamo Ricardo. Bienvenida.

- Gracias. Ahora necesito irme. Si no, mi prima manda una escolta. Voy a poner en el GPS la ubicación para no perderme.

- Vaya. ¿No conoce aquí? ¿Vino así de la nada?

Nuestra, ya estaba encontrando al chico curioso, pero la gente de interior es así, y aún más aquí en Goiás. La gente es muy buena.

- Disculpe ser entrometido. Pero si puedo ayudar...

- Imagínese, es que estoy cansada de la carretera. Agradezco su ayuda, pero yo puedo.

Estaba saliendo de la cafetería cuando el chico me llama.

- Melissa, ¿será que puedo tener su número de teléfono? Me gustó conversar con usted. Quién sabe si nos combina algo algún día. Le muestro la ciudad.

Yo no voy a pasar mi número a un extraño. Di un número cualquiera.

Cuando estaba entrando en la camioneta veo otra RAM parando al lado.

- ¿Estás perdida, Melzinha?

Ay, Dios mío. Qué añoranza de oír aquella voz ronca, aún más llamándome así.

- Ho-hola Augusto. ¿Me estás siguiendo? Jajaja. Acabo de llegar a la ciudad. Estoy yendo ahora para la hacienda de Tina.

Nuestra, yo comencé a tartamudear. Jesús, el negocio está feo.

- Ven conmigo, mi seguridad conduce para usted hasta allá. Debe estar cansada del viaje.

Nuestra, él oyó mis pensamientos. Estaba exhausta.

- Voy a aceptar. Estoy bien cansada y por lo visto es lejos la hacienda de ellos.

- Sí, lo es. Bueno que aprovechamos para conversar un poco. Pero ven aquí, ¿Tina sabía que venías hoy?

- No dije nada. Es sorpresa. Ella quería ir a buscarme, pero me pareció mucho trabajo para ella. Ya va a tener que tenerme allá incomodándolos.

Realmente no quería abusar. Mi prima y Juliano están siendo unos lindos en apoyarme en esto. No quiero aprovecharme.

- No sea por eso. Quédate allá en mi hacienda conmigo.

- Hummm. Propuesta tentadora, pero tu mujer me mataría. Jajajaja

- Ella no es celosa. Jajajaja

No lo creo, esta es la primera vez que hablamos en relación. Y resulta que él es casado mismo.

💭Ya comencé mal, yo ya en ciudad de interior andando con hombre casado. Estoy arruinada.

- Gracioso. Deja que tu mujer oiga eso.

Augusto quedó sonriendo de mi cara y luego avisto una hacienda enorme.

- Listo, Señorita Melissa, llegamos a su destino.