Lágrimas De Cristal

Aprhodite: despertó con una lágrima de cristal en el pecho y ni siquiera un rastro de su amante, pero lo sabía, sentía en esa pequeña lágrima la esencia de Astrophel, sabía el sacrificio hecho por el último de los dragones, no solo podía verlo, lo sentía en su vientre, la otra lágrima estaba en el cuerpo del niño que crecía dentro de ella, por primera vez en su vida Aprhodite lloró con amargura, lo había perdido, selló el palacio con el poder de la lágrima solo dejó con vida aquellos pocos que no la traicionaron y con el tiempo dió a luz a una niña de piel pálida, cabello tan blanco como la nieve y que desprendía una energía brumosa como el vapor fresco que produce la colisión entre el fuego y el hielo, su sola existencia era la pueba del amor de sus padres, la llamo Amethyst como la madre de su esposo, pero Aprhodite lo sabía, sabía el dolor que le traería esa niña, la amaba, claro que la amaba era el fruto de su unión, el regalo que él había dejado para ella, su rostro era como el de él, su cabello, su poder era como el fenómeno que se producía cada vez que ambos peleaban intentando dominar al otro ya fuera en armas o en la intimidad, el choque de fuego y hielo, cada parte de ella le recordaba constantemente a él por lo que le dolía acercarse y no sólo eso lo que hizo su esposo atraería la codicia de muchos esas lágrimas eran demasiado poderosas y alguien vendría por ellas así que espero paciente en su trono sellado y sin súbditos, no pasaba un día sin que no atacarán el castillo en busca del misterioso poder pero Aprhodite no era la reina por nada ya con su poder al cien por ciento no tenía rival, pasaron los años y Amethyst tenía dieciséis y por primera ves en mucho tiempo su madre se acercó a ella

Aprhodite: no sabes cuánto lamento no haber estado como debía para ti, pero me recuerdas mucho a tu padre tanto que duele tenerte cerca

Amethyst escuchaba las palabras de su madre mientras acariciaba su rostro y de sus ojos rodaban lágrimas tan negras como la oscuridad más profunda, entendía su dolor pero no podía aliviarlo

Aprhodite: sabes porque no morí después de perderlo, por ti, tú eres nuestro legado en tu interior llevas la segunda lágrima de tu padre cuándo cumplas los dieciocho podrás extraerla, debes hacerlo si quieres permanecer con vida muchos la buscarán y es imposible esconderla la sentirán tan solo con tenerte cerca por eso debes marcharte

Amethyst: pero ¿a dónde iré?

Aprhodite: escapa al mundo humano

Amethyst: ¿cómo?

Aprhodite: ya no tengo tiempo, mi poder se agota por defender sola este lugar, no importa si soy fuerte, no puedo hacerlo para siempre así que haré lo mismo que tu padre, así podremos estar juntos otra vez aprovecha esta oportunidad para irte no saben que hay dos lágrimas

Amethyst: está bien

Aprhodite: no olvides que tus padres te amaron más que a su propia vida

Amethyst observó a su madre reunir lo que quedaba de su poder y quemar su vida misma, convirtiéndose en un espectro que protegería ese lugar de los intrusos por toda la eternidad, su apariencia hermosa había desaparecido ahora era solo una cáscara de lo que una vez fue, la esencia de Astrophel en esa pequeña piedra resonó con ella y los vestigios de él que permanecieron en el cristal se hicieron presente el dragón antes blanco y majestuoso se corrompió convirtiéndose en una criatura infernal fiel compañero de su dueña

después de todo esa lágrima era suya, dió su vida por las personas que más le importaban su esposa y su hija, así que compartiría el destino de su amante condenandose a vagar sin descanso a su lado, Amethyst escapó pero alguien notó su existencia y el poder que poseía pero no pudo atraparla ya que desapareció sin dejar rastro y cuándo se supieron las noticias sobre su paradero estaba en el mundo humano bajo la protección de un rey en un gran imperio, fueron a la guerra para obtenerla, pero nadie contaba con que un humano hiciera un pacto con una entidad divina, y los encerró en su propio reino, en la confusión de la batalla recién culminada y la muerte del emperador Amethyst desapareció, en su vagar sin rumbo conoció a Steven Roderick quién también buscaba su lugar en el mundo, sin duda era hija de su padre, su corazón fue cautivado por un hombre de cabello azabache y ojos rojos

una apariencia similar a la que una vez tubo su madre, con el tiempo formaron una familia, pero su destino no era tener una vida tranquila, a los dos años de estar en el plano de los mortales descubrió que estaba embarazada y se aplazó la extracción de la lágrima y las cosas se complicaron para ambos cuando su cuerpo empezó a perder fuerzas, debía volver al reino demoníaco el mundo humano no tenía el poder suficiente para sustentarla y más con su embarazo, era como un pez de auga salada viviendo en un lago de agua dulce, le costaba mantenerse en este lugar pero no podía volver la atraparían en cuanto pusiera un pie en ese sitio, así que tomaron una decisión que marcaría su destino, volvieron con la familia de su ahora esposo, los Roderick eran de la nobleza pero habían perdido su gloria y sus miembros eran escasos así que hicieron un pacto entre ambos ellos recuperarían la fortuna de antaño y les permitirían vivir en lujos y abundancia a cambio ellos vivirían en el anonimato no dando a conocer la apariencia ni la cantidad de sus miembros para esconder a Amethyst, si alguien sabía que el paradero de la dama de la niebla estaba tan cerca del reino estaría en peligro y también debían cuidar de su sueño, ellos serían los guardianes de sus cuerpos, en poco tiempo y gracias a la habilidad de Amethyst volvieron a su antiguo esplendor, con todos los preparativos realizados utilizaron la lágrima en su cuerpo para entrar en un estado parecido a la hibernación, el tiempo para ellos se detuvo durmieron por más de ocho años para que el cuerpo de Amethyst se fortaleciera lo suficiente para dar a luz pero aún no era suficiente pues en su vientre se formaba un una criatura de gran poder los Roderick también tenían secretos que incluso ellos habían olvidado, por sus venas corría la sangre de los mayores invocadores en el mundo, personas bendecidas con el poder de convocar a criaturas que cumplen su rol como guardianes y que están dispersos por todo el mundo, ellos son la fuente de la magia aprendida por los humanos, aunque no muchos en la familia portaban el don pero Steven era uno de los pocos que quedaban por lo que había grandes oportunidades de que su hijo también portara ese don