SOLO MÍA

Al amanecer la hermosa rubia despertó con un enorme dolor de cabeza, miró su cuerpo totalmente desnudo a la intemperie al igual que su jefe, ella se levantó cuidadosamente y empezó a buscar su vestido, zapatos y ropa interior, tenía todo en sus manos, únicamente faltaba su braga, al no encontrarla se maldijo internamente.

Alexander había fingido dormir y observaba a la rubia movilizarse de un lugar a otro, le causó risa ver sus cabellos desordenados y su piel marcada por sus besos.

"¿Piensas abandonarme? Después de aprovecharte y quitar mi virginidad, no es justo Mel, tendré que hablar con mis padres para que te hagas cargo" Dijo el empresario sacando de los pensamientos a la rubia quien trataba de organizar las escenas de la noche, para saber dónde había quedado su prenda íntima.

"¿Virginidad Xander? No me hagas reír, naciste sin ella, lo más probable es que te comieras a tu hermana gemela en el vientre de tu madre" Dijo Melisa mirando por todos lados.

"¿Qué buscas Mel?" Preguntó Alexander riendo y observando la desnudez de su asistente con deseo.

"Tú la tienes maldito cabrón, ¡Dame mi puta braga pervertido! ¿Eres así siempre? ¿Cuántas bragas llevas a escondidas de tus amantes?" Preguntó Melisa tomando una sábana y cubriéndose.

"Es la tercera, solo me gustan las tuyas, son exquisitas" Dijo Alexander.

"¿Tercera? ¿Tomaste también la de hace tres años? ¡Eres depravado!" Dijo Melisa a punto de salir de la habitación, pero el pelirrojo corrió tras ella bastante rápido.

"Xander hay que trabajar, me duele todo el cuerpo, déjame dar una ducha" Suplicó Melisa.

Alexander quitó la sábana y tiró las prendas de vestir y los zapatos que la mujer llevaba en sus manos "¿Porque te cubres? No lo hagas más" Musito.

"Xander esto no se repetirá, lo mejor será que me vaya, las cosas se saldrán de las manos y después..." Dijo Melisa, pero fue interrumpida por un asalto en su boca provocado por el empresario.

La besó profundamente, sus lenguas se unieron entre sí y el hombre terminó dando pequeños picos "Lo intenté con Andrea y también con Adriana, ¿Porque no intentarlo contigo? Podemos hacerlo"

La rubia negó con la cabeza "¿Dónde están ellas ahora? No las quieres ni ver, no deseo ser ellas" Balbuceo.

"No eres ellas, eres mi Mel, mía solo mía, nuestra relación será diferente, intentemos, si no funciona prometo que nada cambiará, porque te conozco Mel" Dijo el pelirrojo.

"Acabo de terminar una relación fatal, ¿Crees que tengo cabeza para otra? Perdí a mi hijo, nunca seré madre, no funcionará y te perderé Xander, te perderé" Dijo Melisa con enojo.

"Te daré tiempo, el que quieras, pero no te irás, no soy el imbécil de Omar, te pasaré mi expediente, me investigaré yo mismo --- Ambos rieron --- Y por último no me preocupa que no puedas ser madre, es perfecto, no deseo hijos" Confesó el hombre.

"Si claro, deberás hablar con tus padres sobre esto" Dijo Melisa.

"¿Porque? ¿Acaso serán ellos lo que salgan contigo o yo? Ahora vamos a ducharnos, llegaremos tarde a la empresa" Ordenó Alexander.

"¿Ducharnos? Dijiste que me darías tiempo" Dijo Melisa siendo alzada por su jefe.

"Si, nos bañaremos mientras lo piensas" Soltó una carcajada el pelirrojo.

"¡Maldito Mentiroso!" Gritó Melisa.

"Meteré algo grande en esa boquita, por sucia, ese será tu castigo" Dijo Alexander.

"¡Suéltame Xander! ¡Nos caeremos!" Gritó Melisa.

La pareja ingresó a la empresa, pero Melisa iba un poco más adelante, se sentía como una adolescente, nunca había visto a ese Alexander tan intenso, ella juraba que lo conocía.

Al ingresar al ascensor Alexander se acercó a la mujer "¿Qué pasa? ¿Nerviosa?"

"¡Oye tú! ¿Qué hiciste con mi amigo?" Melisa golpeó con el índice el pecho del pelirrojo.

"Mel, no hagas eso, detendré el ascensor y lo haremos aquí" Dijo bromeando el hombre.

El ascensor se abrió nuevamente e ingresaron varias personas saludando a su jefe haciendo que la pareja dejara la coquetería.

Melisa al salir fue al baño, su corazón estaba a mil "Esto está mal, está mal" se repetía una y mil veces, sentía que no podía controlar la situación, le temía a los cambios y más si se trataba de Alexander.

Melisa mojó su rostro y una pelirroja salió del cubículo, había escuchado las recriminaciones de Melisa a sí misma y sonrió "¿Qué ocurre Mel? ¿Te sientes mal?"

"Sra. Luisa, no... no, estoy bien, ayer bebí y tengo dolor de cabeza" Dijo Melisa, quien había quitado un moño de seda que tenía alrededor del cuello al mojarse el rostro, dejando a la vista los moretones ocasionados por la noche de pasión.

"Entiendo... Si no quieres levantar habladurías del personal de la empresa, usa esto para cubrir las picaduras en tu cuello" Dijo Luisa riendo pasando un maquillaje corrector.

"Sra. Luisa lo siento... Yo..." Titubeó Melisa siendo interrumpida por la pelirroja.

"Es tu vida personal Mel, no te sientas mal, está bien darle rienda suelta a los deseos, ustedes son adultos" Dijo Luisa saliendo del lugar.

Melisa quedó en shock y pensó "Ella lo sabe, sabe que es Xander, pero ¿Cómo? Tengo en mi frente escrito su nombre o huelo a él, tal vez es eso ella es su madre, ¡Maldita sea! ¡Te odio Alexander Lombardi!"

Melisa ingresó a la oficina, ubicándose en su escritorio, Alexander hablaba con su madre y su padre de negocios.

"Padre el nuevo móvil tiene una memoria RAM más amplia y tiene la capacidad de responder inquietudes mientras la persona está ausente u ocupada" Informaba Alexander.

"Debemos sentarnos con los inversionistas, hay que proponer al público un producto que nesecite, entonces estudiaremos todas las ventajas y desventajas" Dijo William, él había decidido no involucrarse, pero su hijo le había pedido consejos y él era incapaz de negarse.

"Bueno a la vista el muy lindo y llamativo, eso da una buena impresión" Dijo Luisa y su esposo asintió.

"Mel nos ayudó con el diseño" Dijo Alexander mirando a su asistente a través del cristal.

Luisa notó algo especial en su hijo, ella lo conocía era un coqueto, pero había algo diferente, William la miró se acercó al oído de su esposa y dijo "Deja de sacar conclusiones y vámonos"

Cuando la pareja de esposos se marchó Melisa se acercó al pelirrojo y dijo "Xander tu madre lo sabe, ella... ella me miró... Y vio..."

"¿Qué sabe? Porque tú dijiste que no teníamos nada, que seguiríamos siendo amigos ¿Cambiaste de opinión?" Se acercó el empresario.

"Tengo miedo, no puedo mentirte, ¿Sigues siendo mi amigo o no?" Preguntó Melisa haciendo rollitos la corbata del pelirrojo.

"Seguiremos siendo amigos, la diferencia es que te daré besitos húmedos y tendré sexo contigo, no temas Mel" Dijo Alexander y besó la frente de la rubia.

"Bien, ahora deja de mirarme como idiota y trabaja, me pones nerviosa" Dijo Melisa apartándose.

Alexander sonrió y se sentó en su enorme escritorio tomó el teléfono y oprimió el número de la línea directa con su asistente "Mel, no cuelgues, consigue unos analgésicos, me duele la lengua"

Melisa suspiró dio la espalda al cristal, era obvio que él quería ver su reacción, a ella le causó risa, recordó esa suave, mojada y traviesa lengua recorrer su cuerpo y sus partes más sensibles, su corazón se aceleró.

Los pensamientos de la chica fueron interrumpidos por el hombre a través del teléfono "Mel, puedo escuchar tu respiración ¿Quién es la pervertida ahora?"