Angie Beltran es una hermosa y tierna muchacha que conoce a Pablo Aragón en un accidente , dónde el amor entre ellos surge al instante , haciendo la promesa que después de terminar cada uno su carrera se casarían y formarían una familia , Pero la obsesión de una mujer por Pablo los separa dos años , ella sin saber porque no llego el día de si boda y el pensando en ella cada dia . ¿qué pasará cuando se vuelvan a ver?¿ella lo escuchará?.
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CAPITULO 18
Jóvenes, ya está listo el avión en el hangar. Gracias, Manuel.
—Hijo, cuídate mucho —mamá, no te preocupes, esta vez no estamos solos.
Me muero por ver a mi esposa y a mi hija. Yo también me muero por ver a mi hijo, abrazarlo y darle un beso a mi hermosa esposa.
—Muchachos, cuídense. Recuerden que nadie los puede ver por ahora. Aquí están los nuevos nombres y apellidos. Y recuerden que son hermanos, no lo olviden. Ya está lista la sede de la empresa Automóvil PyS Castillón.
—Gracias por todo, señor. Nos mantendremos en contacto y cumpliremos con nuestra misión. Los jóvenes se abrazaron y se despidieron de Manuel, listos para abordar el avión y comenzar su misión de recuperar a sus amores.
En la sede de la empresa Automóvil PyS Castillón.Ya estaba todo listo para la llegada de los dueños de la empresa. Ellos estaban preparados para enfrentar cualquier desafío que se les presentara y sabían que, a pesar de las adversidades, tenían un objetivo claro: proteger a sus familias y sacar a la luz la corrupción que escondía Devora. Con determinación en sus corazones, subieron al avión y se alejaron rumbo a su destino; junto a ellos iban Pedro Castillón y sus hombres, junto a Cobra.
Mientras Angie estaba sentada en su oficina mirando por la ventana y preguntándose si podría desenmascarar a Salomé, sentía en su corazón que ella ocultaba algo.
—¿En qué piensas tanto?—la voz de Melissa resonó en la oficina.
—¡Santo cielo, casi me matas de un susto! No te oí llegar —respondió Angie.
—Tu secretaria me dijo que estabas sola, golpeé pero no me contestaste. Decidí entrar y te veo muy pensativa mirando por la ventana las nubes y los rayos del sol.
—En Pablo, lo extraño mucho, Melissa. —No eres la única, yo cada segundo de cada día pienso en Samuel.
—Tenemos que ir al juzgado, recuerda que hoy es la audiencia de Tomás Ferrer. —¿Tú crees que es inocente? —le preguntó Melissa, agarrando los papeles, el celular y el folder.
—No lo sé, Angie. Todas las pruebas lo acusan de que violó a esa muchacha.
—Pero también sabemos que su ex novia estaba obsesionada con él y podría haberlo planeado todo para culparlo. No podemos descartar ninguna posibilidad hasta que no tengamos toda la información necesaria —dijo Angie, levantándose de su silla y preparándose para salir.
Ambas amigas se dirigieron hacia el juzgado, con la mente ocupada en el caso de Tomás Ferrer y en las sospechas que tenían sobre la ex novia . Mientras caminaban por las calles de la ciudad, Angie seguía pensando en esa sensación en su corazón, era como si algo no encajara en toda la historia.
Al llegar al juzgado, se encontraron con la familia de la víctima y con el abogado de Tomás. La sala estaba llena de gente, todos expectantes de lo que iba a suceder en la audiencia.
Finalmente, llegó el momento de la verdad. Las pruebas fueron presentadas, los testimonios escuchados y los argumentos expuestos. Angie y Melissa como las abogadas de la víctima estuvieron atentas a cada detalle, tratando de encontrar alguna pista que las llevara a la verdad.
Al final de la audiencia, el juez anunció su veredicto. Tomás Ferrer fue declarado inocente debido a la falta de pruebas contundentes en su contra. Angie y Melissa se miraron entre sí, sabiendo que debían seguir investigando para descubrir la verdad detrás de todo este misterio.
—Vamos a recoger a los niños del jardín infantil, mejor —habló Melissa, agarrando su carpeta—. Abogadas, ahora que ese miserable quedó libre, por ahora no podemos hacer más, señores. Nosotras seguiremos investigando. Pero les digo una cosa: ojalá todo sea verdad de su hija. No queremos que la demanden por calumnia. Hablen con ella. Cuando tengamos algo más, les avisamos para poder apelar la decisión del juez —habló Angie, saliendo detrás de Melissa.
El grupo de abogadas salió del despacho y se dirigieron hacia la puerta de salida. Melissa ajustó su bolso sobre el hombro y Angie la siguió de cerca. Se despidieron de los padres de la niña víctima con un gesto de complicidad y un apretón de manos.
Mientras caminaban hacia el estacionamiento, Melissa suspiró y dijo: "Espero que esta pesadilla termine pronto. No podemos permitir que ese monstruo quede impune"—si es que en verdad es culpable.
¿Que tiene que ver el nombre de la ex novia en todo este caso de Tomás Ferrer?—pregunto Angie y asintió con determinación. "No descansaremos hasta lograr justicia. Vamos a encontrar la verdad y hacer que pague por lo que le hizo a esa pobre niña".
Llegaron al auto de Melissa y se subieron, encendiendo el motor y saliendo rumbo al jardín infantil. La tarde caía lentamente sobre la ciudad, pero las abogadas sabían que su labor apenas comenzaba. Estaban dispuestas a luchar hasta el final por la justicia y la verdad.
Llegaron a la entrada del Jardín Infantil, Melissa estacionó el auto y las dos bajaron de él para ir a recoger a sus amores.
—¡Mami, llegaste! —corrió Paola a los brazos de Angie. Ella se agachó a su altura con los brazos abiertos y la recibió.
—Mami, perdón por salir tarde —habló Samuel con lágrimas en sus ojitos—. "Mi pedacito de cielo, ¿qué te pasó?" —preguntó Melissa abrazando a su pequeño hijo.
—Me caí en la escuela y me dolió mucho, pero estoy bien ahora —respondió Samuel mientras se secaba las lágrimas con el dorso de su mano.
Melissa acarició tiernamente la mejilla de su hijo y le dio un beso en la frente antes de mirar a Angie.
—Vamos a comer algo al centro comercial —susurró Angie con una sonrisa.
—¡Siiii! —contestaron los niños al unísono con una sonrisa de oreja a oreja.
Mientras caminaban hacia el auto, Samuel se agarró de la mano de su mamá y le agradeció por consolarlo cuando se lastimó. Melissa le sonrió y le prometió que siempre estaría ahí para cuidarlo y protegerlo.
Al llegar al centro comercial, los niños corrieron emocionados hacia la zona de comida rápida, donde Angie les compró sus platillos favoritos. Se sentaron en una mesa y disfrutaron de su comida mientras reían y compartían anécdotas del día.
Después de comer, recorrieron las tiendas juntos, probando ropa y jugando en las áreas de entretenimiento. Samuel se olvidó por completo del incidente en la escuela y se divirtió al máximo junto a su familia.
Al final del día, regresaron a casa con las manos llenas de bolsas y el corazón lleno de amor. Samuel y Paola se acercaron a sus mamás y cada uno le dio un abrazo apretado, agradeciéndole una vez más por estar siempre a su lado...
Continuara...