Cuando la desesperanza te invade pueden soplar vientos de paz si encuentras el verdadero amor, esta verdad la comprobaron Estrella y Samuel, dos jóvenes que tienen un huracán de problemas pasados y presentes encima, pero con ayuda mutua logran salir adelante, aunque no se sabe si esten destinados a ser más que amigos.
Pese a que su padre ha sido acusado de un delito muy grave, entre ambos lucharán no solo para revelar la verdad, sino para curar todo el dolor que el mal tiempo dejó.
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Regreso
Samuel: Estrella, debes ser fuerte, sé que no es fácil para ni, pero es necesario que no te dejes doblegar. Haremos lo posible para que tu padre sea absuelto. Pensamos apelar al fallo.
Estrella: Gracias, Samuel, no sé qué sería de mí sin tu apoyo y el de tus padres. Ahora más que nunca debo ser fuerte por mí y por mi madre. Espero que ella esté bien.
Samuel besó muy cálidamente sus manos y ambos se miraron a los ojos los de él llenos de ternura, los de ella nublados por las lágrimas, pero llenos de agradecimiento y cariño. Estuvieron a punto de besarse, cuando...
Doña Susan: Estrella, hija, te traigo una sopa de pollo con verduras para que recuperes energía.
Qué bueno que sus reflejos eran excelentes y que doña Susan venía muy ocupada con la sopa de lo contrario, sería un desastre.
Samuel: (levantándose rápidamente) Mamá, déjame ayudarte.
Estrella: (un poco nerviosa y ruborizada) Gracias, doña Susan.
Doña Susan: ¿Te sientes bien, tienes temperatura? Estás muy sonrosada. Será mejor que te ponga el termómetro.
Samuel: Mamá, ya le tomé la temperatura y afortunadamente está bien, tranquila mamá.
Estrella: Sí, estoy bien.
Doña Susan: Entonces come, debe ser debilidad, aún estás convaleciente.
Eso estuvo muy cerca, mientras doña Susan bajó a terminar algunas tareas, Samuel ayudó a Estrella a terminar su almuerzo.
En tanto esto pasaba en ciudad X, las cosas estaban sombrías en ciudad N. Daniela se recuperaba lentamente, lo único que la mantenía con fuerzas era ver a su hija y cuidar de ella mientras su esposo cumplía su condena, de lo contrario ella pensaba no aguantar y dejarse morir de dolor.
Daniela: Luis, por favor, vete a descansar, no tienes que quedarte aquí, yo estoy mejor ahora, debes descansar.
Don Luis: No te preocupes, me siento bien. Estoy tratando de comunicarme con el abogado de Carlos para poder visitarlo en la cárcel.
Daniela: Yo tambien necesito verlo, deseo ver cómo está.
El doctor Maltez junto con el doctor Linarez consiguieron con dificultad una oportunidad para visitar a don Carlos. Por supuesto que no fue fácil, pero podían hablar con él. Doña Daniela era la más emocionada, podría ver a su esposo después de tres meses.
Antes que llegara la fecha programada, Daniela recibió una notificación legal en donde se le absolvía de los cargos que se le acusaban y de los cuales era objeto de detención en su propia casa, además se le notificaba que debía salir del país en tres días después de recibida la notificación. Daniela tenía un sabor agridulce, pues estaba alegre por su absolución, pero al mismo tiempo debía abandonar a su esposo en ese país en tan solo tres días, para ella esto no era justo. Ella llamó a Luis y le puso al tanto de su situación.
Luis: Eso está bien, Daniela, así no iremos a juicio. No te preocupes de Carlos nos encargaremos después.
Daniela: No, no quiero dejar a Carlos aquí, además en tres días no podré vender la mansión y algunas propiedades que aún conservamos. Sé que los bienes materiales están antes que nosotros, pero es todo una vida de trabajo y esfuerzo de mi marido, solo yo sé lo difícil que ha sido para él y de alguna manera para mí poseer lo que ahora tenemos y dejar que se nos arrebate así ahora. Eso no es justo, diablos, Luis cómo crees que me siento y cómo lo tomará Carlos.
Luis: Veremos qué puedo hacer, sé que es difícil de aceptarlo; sin embargo, no hay opciones.
La mansión se logró vender, increíblemente, en un precio justo, el ingeniero Mántica un socio y amigo de don Carlos quiso ayudar a la familia y lo hizo de esta forma. Pero aun así perdieron algunos muebles y accesorios decorativos que no se logró vender por el tiempo tan corto. En medio de todo esto Daniela pudo encontrarse con su amado esposo.
Carlos: Daniela, amor, estás aquí.
Daniela: Amor (No pudo hablar nada más, la emoción la embargó al ver a su esposo después de tres meses. Él parecía haber envejecido muy pronto, su rostro estaba desmejorado y su cuerpo muy delgado, su mirada muy fatigada y en sí se veía unos 5 años más viejo.)
Carlos: ¿Cómo están tú y Estrella? ¿No han sufrido tanto, verdad?
Daniela: No, estamos bien, pero te extrañamos el no tenerte a nuestro lado y pensar cómo la estás pasando es ya una tortura.
Carlos: No deben preocuparse por mí, estaré bien. Escúchame, Daniela debes irte al país X y reunirte con Estrella...
Daniela: No quiero. No te dejaré aquí, Estrella está bien, no te preocupes por ella, la familia Varela la está apoyando y conociendo a Susan la tratará como a una hija.
Carlos: No es Estrella quien me preocupa, eres tú, mi amor. Si permaneces aquí te harán daño. Esta vez te están dando la oportunidad de irte.
Daniela: ¿Qué está pasando? ¿Quién está detrás de todo esto?
Carlos: Es muy difícil y complicado. El gobierno cree que se quiso levantar un golpe de estado, según ellos detectaron a tiempo y están desarmado cualquier amenaza. Empresas como la nuestra fueron foco y blanco fácil, compraron información y adulteraron otra, el propósito era adueñarse de los bienes, dinero, propiedades y en fin de todo cuanto se pudiera para aprovechar ese dinero y ensanchar sus bienes personales y al mismo tiempo continuar con su corrupción; el dinero compra el poder. Hay y habrá más empresas que pasarán por lo mismo que nosotros.
Daniela: ¿Entonces si ven una amenaza de cualquier organización, compañía o empresa correrá con la misma suerte?
Carlos: Si no hacen lo que ellos exigen sí. En el caso de nosotros, a mi me pidieron que financiara una campaña para el gobierno,me negué porque la ayuda que se brindaba a través de la empresa estaba dirigida explícitamente a la sociedad no a instituciones gubernamentales ni relacionado con política. Al parecer no les gustó que yo no haya apoyado sus campañas y planearon sacarnos del país de la manera más miserable.
Daniela: ¿Qué amenaza te hicieron para que renunciaras a tu defensa?
Carlos: Ninguna.
Daniela: No me mientas, Carlos, dímelo.
Carlos: Me prometieron dejarte ir y exonerar todas las acusaciones que tenían en tu contra, no meterse ni contigo ni con Estrella, no luchar jurídicamente por recuperar la empresa ni propiedades confiscadas.
Daniela: Demasiado. No creo que hayas aceptado así. Carlos,no debiste aceptar, tú eres un hombre que lucha por la justicia, ¿Por qué no luchaste esta vez?
Carlos: Se trata de la vida de las mujeres que amo más que mi propia vida, si les pasara algo a tí o a mi hija ¿de qué me servirían todos mis bienes? Prefiero perderlo todo, toda mi fortuna no es comparado con sus vidas. Por eso quiero que te vayas y vivas una vida pacífica y me esperes a que salga, cuida bien de mi hija y cuídate tú, lo demás no importa.
Daniela: También te amo y por eso no puedo quedarme en paz. ¿Cómo podría dormir tranquila en una cama suave y bien arropada o comer feliz una buena comida sabiendo que aquí no tienes nada, a veces no comerás o por la noche no te dejarán dormir tus pesadillas. Amor, no puedo.
Carlos: Inténtalo, Daniela. ¿De qué sirve que te quedas aquí, si no me podrás liberar? Al contrario, si te quedas te pueden meter presa y me causarás más dolor y sufrimiento.
Daniela comprendió el punto de su esposo y aceptó irse, le prometió estar bien. Recibió la visita de Luis y le agradeció todo lo que estaba haciendo por su familia. Recordaron algunos momentos difíciles cuando falleció el padre de don Luis, don Carlos estuvo con él en cada momento y nunca lo dejó solo. Eran casi hermanos y siempre estarían el uno para el otro.
Por fin Daniela hizo sus maletas y se dispuso a regresar a su país de origen. En este país dejaba la mitad de su vida, de su alma junto a su esposo. Por ahora debía volver porque él así lo quería, pero lucharía junto a su hija por liberar a ese hombre que para las dos era el amor de sus vidas.
Desagradecidas escriban una ustedes y cobren por sus servicios.
La autora les esta regalando su talento
su tiempo y ustedes en vez de agradecer estan es con su quejadera. Cuanto le estan pagando ustedes a la autora ?
Para estar exigiendo?
Inrespetuosas y desagradecidas es lo que son.
Varela es el de Samuel y su padre Luis