Melanie fue llevada a la guillotina, junto con su familia, gracias al descubrimiento de sus crímenes. Sin embargo, se arrepentía del ser que fue, ¿tendrá una segunda oportunidad para cambiar sus decisiones?....
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Capítulo 16
Durante lo que resto del día, junto con mi hermana revisábamos la salud de los soldados, le trataba de enseñar cómo era la lectura que yo realizaba. No comprendió mucho mi hermana, cree que soy un genio, por el contrario, si supiera que me llevó años aprender esta técnica, se burlaría de mí.
Esa noche, luego de cenar en familia, me dispuse a ir al invernadero, esta vez mi hermana me hizo compañía
-Dime, ¿por qué no nos dijiste antes que pasaba?-
-Es que era muy inmadura y creía las idioteces de esa mujer-
-La próxima vez confía más en tu familia, mocosa-
-Aww, hasta parece que me quieres-
-Idiota, solo un poco, no exageres… ¿Qué preparas?-
-Medicina para dos amigos, ya que vamos a viajar durante cuatro semanas por el ducado, les dejaré el tratamiento por ese tiempo-
-Se puede saber ¿quiénes son esos amigos?-
-Algún día te contaré…-
-Escuché que padre consiguió el compromiso, con ese idiota…-
-Seeee, lo rechacé-
-Piénsalo, hay mejores hom… ¡¿qué lo rechazaste?!-
-Sí, como dices hay mejores hombres-
-Creciste en tan poco tiempo, siempre creí que nos llevarías a nuestra muerte-
Me reí, pero si supiera que los llevé y como me arrepentía de eso…
Al siguiente día, luego de entrenar un poco, me dispuse a vestirme como doncella del palacio, como era muy temprano, aún no se habían despertado nadie, en el ducado.
Llegué muy temprano al palacio, estaban los mismos soldados, que la otra vez. Los saludé alegremente y les mostré mi insignia, ambos estaban contentos que esta vez no la olvidé.
Parecen agradables sujetos, luego de conversar un poco, me fui en busca de Lila, llegué a su habitación y golpeé. A los pocos segundos se asoma Lila
-Eres tú-
-Si me ibas a recibir así, ni venía-
-Pasa, mi hermana está mucho mejor, gracias-
Me senté al lado de la cabecera de la cama de la muchacha
-¿Tardó en hacer efecto el medicamento que te deje?-
-No, enseguida funcionó-
-Bien, te dejaré esto, haz que lo tome durante una semana, cuando regrese la vendré a controlar-
-¿qué tiene?-
-Solo es una gripe, pero si se cura mal… no querrás saber…-
En este tiempo una gripe puede ser fatal, ni pensar si empeora… me despido y le pregunto dónde está el emperador, como todavía es temprano, sigue en su habitación…
Me retiré y comencé a caminar por los pasillos, hasta llegar a la habitación del emperador, no había nadie en la entrada del cuarto, lo que llamó mi atención, al momento de querer abrir la puerta una mano me detiene. Cuando giro era Gabriel
-Dios hombre casi muero del susto-
Entre risas me responde
-No te reconocí, estás bien encubierta, pero lamento decirte que nadie puede ingresar mientras él duerme-
-Bien, haz de cuenta que soy nadie, vine con medicina-
Dudoso me dejo pasar, antes de entrar lo miro y le digo en forma de chiste
-No te preocupes, en el peor de los casos te haré compañía en la guillotina-
Mientras me escurría hacia dentro sin dejar que me conteste.
Al entrar, el lugar estaba como la última vez que estuve allí, me sigue sorprendiendo lo grande que es, dejo la canasta que llevaba, con la medicina, arriba de una mesa que había allí.
Me paseo hasta llegar a la cama, donde se veía tan relajado, no puedo creer que vuelva a ver esa cara de joven, siento una mano que me agarra el brazo y me tira arriba de la cama, poniéndose ese sexi hombre, arriba de mi figura
-¿A su majestad le gusta ser travieso en la mañana?-
-Eres como una pequeña gatita, escurridiza y con varias vidas, ya que tienta a la muerte-
-No sé si a la muerte… o a su majestad-
-¿Te aprovechas que no te puedo hacer nada?-
-Emperador que imaginación tan estrecha que tienes-
Se comienza a reír y se pone en un costado, sentándose en la cama
-¿A qué debo su visita tan temprano?-
Me acuesto en la cama boca abajo, apoyando los codos en la cama y mi cara en mis manos
-¿No me extrañaste?-
-Parece que tú sí-
-Tengo que inspeccionar de primera mano cómo va mi paciente, dame tu muñeca-
Mientras estira tu mano para donde yo estaba
-¿Así inspeccionas a los soldados que salvas también?-
-Así si, en su cama no… ¿Estás celoso?-
-¿Por qué debería?-
-Porque seguro ya tienes a alguien vigilándome en mi propio ducado, ya que te enteraste de que salvé al chico que casi mata mi hermana-
Me quedo mirando sorprendido, cuando termine de ver como reaccionó su cuerpo a la primera dosis, me relaje sobre la cama y le conté lo que pasó
-Nunca espere eso, tú y tu hermana son únicas…-
-Lo sé-
Mientras se recuesta a mi lado, ambos mirábamos el techo, se ve relajado y cómodo conmigo
-Dime ¿ya sacaste a todas las personas que te molestaban de tu casa?-
-¿Hay algo que no sepas?-
-Sí, ¿qué le respondiste a tu padre?-
-¿Quieres saber si me voy a comprometer con tu sobrino?-
-Mmm…-