En un mundo lleno de secretos familiares, traiciones y sueños rotos, Maite está a punto de enfrentar la decisión más importante de su vida. En el día de su boda, descubre que todo lo que creía saber sobre su familia era una mentira. La verdad sobre su relación con Alex, su futuro y la verdadera razón de su compromiso empiezan a salir a la luz. Maite Descubre que, aunque el amor pueda parecer eterno, las mentiras pueden destruirlo todo, Pero ¿Será el amor lo suficientemente fuerte como para sanar viejas heridas? ¿Será capaz Maite de desafiar las expectativas y construir su propio destino, o cederá ante las presiones de aquellos que la rodean? Acompaña a Maite en su viaje hacia la verdad y la libertad, en una historia llena de giros inesperados, decisiones difíciles y la búsqueda de su propio futuro.
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Despedida de solteros.
Estoy en el aeropuerto esperando a Juan y Anna. Observo la puerta de salida y los veo salir cogidos de la mano, mirándose coquetamente. Anna aparta la mirada, me ve, se suelta de su mano y camina hacia mí. Cuando está enfrente mío, me da un abrazo.
—Maite, no sabes cuánto te he extrañado. Londres no es lo mismo sin ti —dice con una voz tierna, haciendo ojitos de cachorrito.
—También te he extrañado, Anna. No es lo mismo estar sin tus risas diarias… y sin tu riquísima comida —le digo mientras me separo de ella y me acerco a Juan.
—¿Y tú? ¿No me has extrañado? —le pregunto, fingiendo estar ofendida.
—Sabes que sí, mocosa. Lo que más extraño es ese humor negro que tienes —responde mientras se acerca para darme un abrazo.
—Bueno, chicos, vamos. Hoy es un día un poco ocupado. Como saben, dentro de dos días será la boda; ya se imaginarán cómo está Loren —les digo mientras los tomo a ambos del brazo y camino con ellos hacia la salida del aeropuerto—. En la noche será la despedida de solteros. Anna y yo estaremos en la de Loren, y tú, Juan, estarás en la de Sebastián.
Observo cómo Juan sonríe pícaramente.
—Esta noche va a estar buena —dice, haciendo unos ojos traviesos.
Anna se suelta de mi brazo y camina hacia él.
—Sí, va a estar buena… pero, amorcito, acuérdate: como te comportes, me comporto —dice Anna, lanzándole una mirada divertida—. Maite, ¿dónde será la despedida de soltera de Loren?
Una sonrisa maliciosa se dibuja en mis labios.
—En una discoteca, en la sala VIP.
—Ya ves, amor. Será una noche de locos. Ya me imagino los strippers... ¡No aguanto la espera!
La expresión de Juan cambia en un segundo. Claramente, la idea ya no le gusta, y su reacción me da mucha risa.
Salimos del aeropuerto en un taxi. Durante todo el camino, Juan estuvo hablando con Anna sobre la despedida de soltera. Cuando llegamos al apartamento, los llevo a ambos a la habitación de invitados.
—Esta será su habitación todos estos días.
—Gracias, Maite. Es hermoso tu apartamento —dice Anna con una sonrisa.
Le sonrío y salgo de la habitación. Camino hacia la sala, busco mi celular y le escribo a Loren:
—Mor, no te olvides de traer la ropa para esta noche y para mañana.
Me responde en segundos:
—¡Sip! Estoy tan emocionada. No puedo creer que ya mañana sea jueves y el viernes mi boda.
—Pues créetelo, amiga, porque ya es un hecho. Dentro de poco estarás casada con el amor de tu vida.
Envío el mensaje, salgo del chat de Loren e ingreso al grupo donde están nuestras amigas, conocidas de la familia en su mayoría.
—Chicas, la despedida será en la discoteca Calle ****, en el área VIP. La celebración inicia a las 9.
Envío el mensaje y me dejo caer en el sofá. Estoy cansada, pero emocionada. Espero que mi amiga sea muy feliz.
Estos días he estado en paz; mis padres no se han acercado y mi hermana tampoco. No sé si saben que estoy en Corea, pero algo me dice que se avecina un escándalo.
Horas después...
Estoy frente al espejo. Ya estoy lista. Llevo un hermoso vestido negro que combina perfecto con mi cuerpo. Salgo de la habitación y camino hacia la sala. Allí me encuentro a Loren observando cómo Anna y Juan discuten.
—No, amor, yo mejor voy contigo —dice Juan.
—No, tú ve a la de Sebastián. Él te está esperando. No quiero pelear contigo, así que por favor, no insistas más —responde Anna, tajante.
El ultimátum de Anna deja a Juan sin palabras, pero él se recompone rápidamente.
—Está bien, me voy —dice, luego se dirige a Loren y a mí—. Cuídenla.
Se despide de Anna con un beso y sale por la puerta.
—Se nota que te quiere —comenta Loren.
—Sí, solo que es un poco intenso.
—¡Jajajaja! Muy cierto —confirmo riendo.
Salimos del apartamento y nos dirigimos a la discoteca. Una vez allí, subimos al área VIP, donde ya están todas las chicas.
—¡La futura esposa ya llegó! —grita una de ellas mientras se acerca para ponerle un velo a Loren.
—¡Wow! No me esperaba esto, chicas. Es increíble —dice Loren con una gran sonrisa.
Sonrío y camino hacia el área de bebidas con Anna. Tomo una copa de champán, se la paso a Anna y luego llevo dos más hacia Loren.
—Amiga, vamos a disfrutar, que es tu última noche de soltera.
—¡UuuuuH! —gritan todas mientras bailan al son de la música.
Anna se acerca a una chica y empieza a bailar con ella. Entre risas, bebidas y baile, la noche pasa volando. De repente, entran cuatro hombres vestidos de policías. Empiezan a bailar mientras se van quitando la ropa.
Uno de ellos se acerca a Loren y empieza a bailar muy cerca de ella. Su cara es poética: sonríe mientras él se inclina y le susurra algo al oído. De un momento a otro, el hombre está bailando frente a mí.
—¡Dios, qué papasito! —grita una de las chicas.
Anna y Loren están felices, disfrutando del baile y de mi expresión. Estoy segura de que estoy roja como un tomate; siento el calor en mis mejillas.
Entre risas, baile y bebidas, la noche se nos escapa como un suspiro…