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La Niña Del Capo

La Niña Del Capo

Status: Terminada
Genre:Mafia / Dominación / BDSM / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:1.7M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Stefano Messina es el nuevo Capo de la ´Ndrangueta, un cargo que nunca pensó que tendría. Para seguir siendo el jefe debe cumplir las reglas que le ha impuesto su hermano, siendo la más importante mantenerse alejado de Inés Guzmán. La dueña de sus fantasías más perversas.
¿Podrá hacerlo o caerá ante la dulzura de la única mujer que no puede tener?

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Consecuencias

Inés

Salgo del baño tratando de parecer digna mientras lucho con el temblor en mis piernas.

–Tienes cara de haber tenido un orgasmo de aquellos –dice Stephanie, quien estaba esperándome al final del pasillo–. ¡Qué envidia!

Antes de contestar escucho un portazo a mi espalda y veo a Stefano volver al bar con un humor de perros.

–¿Pero qué le hiciste al pobre? –pregunta mi amiga cuando Stefano casi choca con ella.

–Ponerlo en su lugar. Él cree que es el único hombre en el mundo para mí y hoy le enseñé una lección de humildad.

–¡Y que lección! Esa tremenda excitación que lleva no le bajará ni con una bolsa de hielo –dice y yo me rio–. ¿Y qué tal fue?

Sonrío. –Mejor de lo que alguna vez esperé –respondo en un susurro–. Pero no dejaré que se entere. Antes muerta.

–Esa es la actitud de una guerrera –dice entregándome una lata de gaseosa–. Por ti y por todas las mujeres que han padecido frente a tipos como ese –declara y yo sonrío antes de beberme la gaseosa en un par de tragos–. Sí que necesitabas reponer energías.

–Me dejó seca –digo y ambas reímos.

Stephanie golpea mi espalda y levanta mi mano como si hubiese ganado el oro en atletismo.

–Nos has dejado bien a todas las mujeres esta noche. No debes retroceder.

–No lo haré –digo de inmediato.

–Esa es mi chica –celebra–. Llevé tus pedidos y eso incluye a la tal Nancy esa.

–Gracias.

–Ahora ve allá fuera y atiende esa mesa como si nada hubiese pasado.

–Lo haré –digo antes de volver a la barra.

Cojo mi delantal y lo amarro en mi cadera antes de caminar hacia la mesa en donde una mujer tiene la mano en alto.

Tomo su pedido y vuelvo a la barra.

Robert me mira y me sonríe con complicidad. Mis mejillas se calientan porque por su gesto creo que sabe lo que acaba de pasar.

–Que larga ida al baño –molesta Marco.

Stephanie lo golpea con un mantel en la nuca.

–Por lo menos alguno de nosotros ha usado ese baño para algo más divertido que, ya saben –dice mi amiga sonando orgullosa.

–Tú solo dime cuando, Steph, y estaré ahí –devuelve Marco de inmediato.

–Promesas, promesas –devuelve mi amiga antes de tomar el pedido y desaparecer.

–Yo que tú espabilo con ella –digo mientras espero mi pedido–. Es una mujer increíble y debe haber docenas de hombres haciendo fila por un poco de su atención.

–Me gusta, pero ella es tan hermosa, divertida y sociable y yo soy tan… –calla.

–Eres todo eso y más, amigo –le dice Robert mientras golpea su hombro–. No la pierdas por tus inseguridades.

–Es que ella es… Es como una estrella a la cual puedes admirar, pero nunca alcanzar.

–¡Qué bonito! –exclama Mónica.

–Estás hecho todo un poeta –molesto mientras recibo mi bandeja–. Yo que tú escucharía a Robert –digo antes de dejar el pedido.

–¡Mesera! –Escucho que me llaman y sé de inmediato que es Nancy.

Me apresuro a llegar a la mesa.

–¿En qué puedo ayudar? –pregunto extrañada viendo su copa todavía a medio beber.

–Mi respeto –dice en un susurro antes de guiñarme un ojo haciendo que Stefano a su lado gruña viéndose más molesto de lo que estaba hace unos minutos–. Quiero una tabla de quesos y mi amigo seguramente querrá más café.

–Whiskey con hielo –masculla sin mirarme.

–Enseguida.

–Y rápido –pide Nancy–. Creo que mi amigo necesita el hielo con urgencia –agrega con diversión.

Stefano la mira con ganas de matarla antes que vuelva a la barra y le repita el pedido a Robert.

–Saliendo.

Miro la hora y suspiro. Todavía quedan un par de horas antes de cerrar y ayudar a Robert.

Puedo hacerlo. Claro que puedo mantenerme indiferente ante el hombre que me acaba de hacer muy feliz hace un rato.

Indiferencia y distancia es lo que me ha dado Stefano todos estos años.

Creo que es momento de hacerlo tragar su propia medicina.

*****

Le sonrío a Robert cuando por fin quedamos solos. Sacar a Stefano de este lugar fue un trabajo arduo que requirió de dos hombres y de su amiga.

Creo que no lleva bien beber alcohol.

Parecía un niño enfurruñado tratando de impedir que Robert juegue con su juguete favorito.

Qué imbécil.

–¿Así que te gusta ese tipo?

–Lo hacía –respondo–. Lo hace todavía –me corrijo–, pero eso no tiene futuro. Somos muy distintos. Buscamos cosas diferentes.

–¿Qué buscas? –pregunta Robert mientras está en el suelo limpiando las manchas más difíciles de las baldosas.

–Una relación sana. Compromiso. Pero sobre todo, lealtad.

–¿Y no crees que él puede darte eso? –pregunta antes de levantarse.

–No –contesto de inmediato mientras paso el trapeador por debajo de las mesas que están más cerca de la barra.

–Quizá lo haga. Se veía bastante herido cuando lo sacaron de este lugar.

–Tomó demasiado.

–¿Quién es él?

–Es el cuñado de mi hermana.

–Entiendo. ¿Sabías que conocía a Joseph? Los vi hablando el otro día.

–No, no lo sabía –devuelvo mientras pienso si este es uno de los lugares que usa Sinaloa y la ´Ndrangueta para lavar el dinero.

Miro a mi alrededor y pienso que debe tratarse de eso. En un bar el dinero limpio circula a caudales.

Es un movimiento inteligente.

–Este lugar no puede estar más limpio. No sé qué bicho le picó a Joseph, pero ya terminamos aquí –dice antes de tomar su celular.

Las cuerdas de una guitarra suenan por todo el lugar y luego la voz de Ed Sheeran comienza a cantar Perfect.

–Te debo un baile –dice Robert y estira su mano.

La tomo y me pega a su cuerpo y ambos bailamos por todo el centro del bar. Me gira y ambos sonreímos. Luego yo hago que él gire y ambos nos reímos tan fuerte, que por algunos segundos no puedo escuchar la canción.

–Me gustaría sentir que tengo una oportunidad, pero no soy un idiota. Sé que no la tengo. No mientras él esté presente en tu vida.

Suspiro, pero no digo nada. Me encantaría decirle que está equivocado, que Stefano no significa nada para mí, pero sería una mentira y hoy he dicho muchas.

Lo que pasó en el baño fue mucho más que agradable. De hecho, me hizo sentir libre, feliz y mujer.

Pude soportar el toque de un hombre sin que Daniel apareciera en mi mente. Y eso es un gran progreso para mí. Cada vez que lo intenté antes terminaba congelada de miedo y llorando.

Stefano puede callar los demonios en mi cabeza.

–Eres un buen chico, Robert. Tienes razón.

–Lo sé, soy muy listo –dice y ambos reímos–. Siempre estaré aquí para ti. Y si quieres mi ayuda para hacer reaccionar a ese hombre, cuenta conmigo.

–Creo que hoy ha sufrido bastante.

–Siempre podemos empujarlo más –dice antes de volver a girarme–. Sé lo que un hombre puede provocar en el corazón de una mujer. El dolor y la angustia. Lo he visto en mi madre y lo he visto en mi hermana. –Coloca su dedo bajo mi mentón y me obliga a mirarlo–. No dejes que él pueda lastimarte de esa manera.

–No lo haré –juro–. Y gracias por todo –digo antes de recostar mi cabeza en su pecho y suspirar.

El sonido de la puerta abriéndose de golpe nos hace separarnos de inmediato.

Ante nosotros está Stefano. Furioso y borracho.

Imagino que las probabilidades de salir airosa de todo esto no están a mi favor.

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Nela Reyna
lo que más me gusta es que cuando anuncias un libro es porque ya esta terminado. gracias por eso
Nela Reyna
he leído hasta aquí xq tube que retroceder ya que no entendía de que hablaban Gabriel y solía y he leído hasta aquí. es una hermosa saga, enfocada en la realidad diaria. te felicito autora. eres la número uno. gracias
Juany May
excelente muy buenas toda s
Ana Beatriz Castañeda
muy bonita su historia me gustó mucho
gracias
solecito feliz
👏👏👏👏solo felicitarte escritora eres muy bueno en lo que haces me a encantado está historia de Ines y Stefano aún q me hiciste llorar en algunos capitulos pero es una realidad que se vive en todo el mundo ahora seguiré con las otras 👏👏💪💪🤗💕
solecito feliz
hay pobre Stefano que triste y que dolor siento también,me haz hecho llorar escritora😭
Susy
Excelente me encantó!!! Gracias por tan linda historia ♥️♥️♥️♥️
solecito feliz
que bueno que estés tratando el abuso de niños x mujer xq si existe pero no se habla de ello solo del abuso de los hombres ojalá lo pueda superar y darse cuenta Stefano
solecito feliz
excelente novela como las otras de tu trabajo felicidades a la escritora
Aldana Vallejos
Hermoso trabajo... me había olvidado que ya leí con esta tres veces 😂
Cómo siempre, enamorada de tus novelas.
Graciela Calcaterra
Lo siento autora pero no sigo ,La niñera del Capo y La mexicana del capo me parecieron excelentes, pero está no me gusta la siento muy perversa,nos encontramos en otra historia está con el masoquismo no me gusta!
solecito feliz
jajajajaj pobre Stefano le va a tocar sufrir pero también va a aprender con ella que el sentir placer no solo está en esa pieza especial va a aprender a amarla y cuidarla hasta de él
Jazmin Morales
no me acordaba que Estefanía era hija de ambos pensé que era diputada como Eva y theo
Rosita Mina Valencia
Gracias,autora. Muy buena historia. Felicidades
Rosita Mina Valencia
Ase me aguan los ojos. Pobrecitas
Rosita Mina Valencia
Sabía que ella lo cambiaría!!
Rosita Mina Valencia
por ella cambiará sus gustos sadomasoquista, lo presiento
Yesenia Lovera
excelente
Anonymous
Se supone que la nena tenga 8 años y Theo casi 11
ROSAURA MEDINA
yo he llorado ya varias veces con esta historia o novela refleja la realidad de millones de niños
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