Lágrimas De Cristal

Devon: ¿cómo es posible?, ¿quién eres?

Aveline: soy tu esposa, ¿y por qué te sorprendes?. Tú que posees el poder más codiciado del reino, algo como esto solo parece un truco de feria.

Devon: ¿por qué ocultarlo? y dejar que critiquen tu apariencia. Eres hermosa.

Aveline: mi padre no tiene distinción ante la belleza, no sabes cuántas de sus hijas han pasado por su cama o cuántas forman parte de su harén y no quería ese destino para mí.

Devon: ¿qué planeas?

Aveline: no te preocupes, no tengo nada en tu contra. Solo quiero ser libre y vivir sin esconderme y este matrimonio me dará la protección que necesito.

Devon: y ¿qué gano yo a cambio?

Aveline: te ayudaré a qué no vuelvas a ser presionado por los nobles. No volverás a caer en ninguno de sus estratagemas. Además no soy una flor delicada, soy buena en la lucha así que te puedo ser útil de muchas maneras, ¿tenemos un trato?

Devon: está bien, si me demuestras tu utilidad nadie será capaz de tocar ni uno solo de tus cabellos. Eso te lo prometo.

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Así esa noche surgía una alianza que daría un vuelco a los planes de muchos. A los nobles se les hizo imposible volver a embaucarlo, no con su esposa como asesora. El acercamiento de ambos fue algo inevitable y el matrimonio que solo era una farsa pronto se volvió real. El amor entre ambos surgió de manera inesperada y antes de que pudieran darse cuenta ya estaban perdidos el uno por el otro y el emperador rebaso el límite de su locura cuando vió la verdadera apariencia de Aveline e intento tomarla a la fuerza y falló. Para evitar el escándalo fue asesinado por su propio hijo, el heredero a convertirse en el próximo emperador. Lavando con sangre la ofensa realizada y escondiendo la verdad a todos. Solo un pequeño grupo conocía lo que había sucedido, ante el cambio en los acontecimientos Amethyst solo desapareció. Pasaron más de diez años y la familia crecía cada día. Ya contaban con siete hijos todos tan poderosos como su padre. Pero ninguno había heredado la habilidad de crear la barrera y eso era una preocupación. Ahora que sus hijos habían nacido no quería verlos envueltos en la guerra si le sucediera algo y cuándo sus esperanzas empezaban a desaparecer Amethyst apareció ante su puerta y no estaba sola. La acompañaba un hombre de un cabello tan negro como la noche y unos ojos carmesí. Sin dudas el daba la impresión de ser un demonio, más que ella. Pero era un humano de eso no había duda, el se mostró receloso y sorprendido por su visita. Pues el caos en la capital fue solamente por ella, aunque se veía cambiada. El hombre era su esposo y al parecer pudo domar su naturaleza maliciosa y habían formado una familia. Lo que hablaron solo lo saben ellos cuatro, Devon, su esposa, Amethyst y su marido. Pero juntos crearon la crónica Evermont, ese gran libro que cuenta toda la historia y que se alimenta de la magia de los Evermont de cada generación y por eso después de tantos años de la muerte de Devon la barrera sigue en pie. Una magia que se alimenta del linaje de esos cuatro que lo forjaron. Los detalles de la creación del libro, el origen del misterioso poder estan registrados allí. Solo que en páginas doradas que solo revelaran su contenido a quel que sea elegido. Así como el pacto hecho entre esas dos familias que hasta ahora es desconocido para todos. Después de creado el libro, así como aparecieron Amethyst y su esposo volvieron a desaparecer y nunca se supo de ellos. Pero aunque había paz el ahora rey quería por todos los medios unir nuevamente la casa Evermont y la familia real. Con un lazo más leal al imperio, querían el poder de Evermont en la sangre noble de la corona. Pero ese anhelo no estaba predestinado. Los Rhoswen nunca más dieron a luz a ninguna niña y los Evermont tampoco. Aunque seleccionaron a varías candidatas que eran leales a la corona y lograron casarlas con el linaje Evermont, estás morían. Los descendientes de Devon eran tan poderosos que una persona común no era capaz de resistir la energía que emanaba de ellos de manera natural. Las enfermaba y si por casualidad alguna de ellas quedaba embarazada su muerte era segura. Su cuerpo no podía con el poder de la semilla engendrada en su vientre. Solo aquellas mujeres elegidas por sus hijos se salvaban de tal destino. Ya que el negocio familiar se centraba en la guerra y mantener el orden, las mujeres que roban el corazón de esos jóvenes eran las guerreras más fuertes y destacadas. Así ha sido desde entonces.

Cédric: ¿qué les pareció la historia?

Victoria: fascinante, si se conociera la verdadera causa de la guerra sería difícil que la familia imperial se mantuviera en el poder.

Ederic: ¿en verdad Devon controlaba todos los elementos?

Cristian: las páginas doradas, ¿alguien consiguió leerlas?

Albert: ¿cuál fue el trato entre Amethyst y Devon?

Cédric: al parecer a todos les ha gustado la historia, pero para responder a sus preguntas, sí. Devon dominaba todos los elementos y nadie a podido leer las páginas doradas hasta ahora y el pacto aún es desconocido para nosotros.

Victoria: es una gran historia, pero nos dirán el motivo por el cual recibimos un entrenamiento especial.

Cédric: la barrera se ha debilitado. Por eso queremos comprobar las habilidades que obtendrán.

Victoria: *después de saber la historia de mi familia y conocer el motivo de preocupación de todos, algo me viene a la mente.* ¿Desde cuándo se debilitó la barrera?

Cédric: hace casi 12 años pero recientemente ha empeorado.

Victoria: si el libro se alimenta del linaje para mantener la barrera no será que la causa de que se haya vuelto débil es que el linaje peligre o sea escaso.

Cédric: no lo creo, como ves somos muchos y poder no falta.

Victoria: sí los Evermont son muchos, pero la crónica no solo fue creada por nuestro poder. Los descendientes de Amethyst ¿en que estado se encuentran?

Cédric: *cuando Victoria hace ese señalamiento tan obvio me doy cuenta de que es posible. ¿Cómo no se nos ocurrió antes?*. Tienes razón, es algo que debemos investigar cuánto antes. Ahora pueden retirase.

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Victoria: *ya cae la noche y la ceremonia esta apunto de empezar. Pero mis padres están preocupados, no quieren verme involucrada en la inminente batalla que se aproxima.*

Roxana: no quiero que seas la elegida.

Cédric: eso lo sabremos pronto, aún no es tiempo de preocuparse.

Victoria: no importa abuelo, con poder o no cuentas conmigo.

Víctor: hija hay muchos hombres en la familia. Se que eres fuerte, lo hemos visto. Pero no es necesario que te expongas.

Victoria: ¿por qué dices eso? mi vida no vale más que la de otro. Parece que olvidan que familia somos y cuál es nuestro deber, el de todos.

Roxana: no es eso hija, entiende que nosotros solo...

Victoria: mamá nuestra familia es de guerreros, nuestros hombres no desposan a sus mujeres por hermosas o frágiles como las hijas de los nobles. Si no por fuertes guerreras así ha sido siempre. Por qué tu hija sería alguien incapaz y huiría del deber. Ésta familia no da hijos débiles, deberías saberlo.

Roxana: pero hija.

Victoria: tu también eres una guerrera y si te necesitan en el campo de batalla marchas hacia el. Dime ¿te arrepientes de ser quién eres?

Roxana: claro que no, de esa manera me hice fuerte y conocí a tu padre (suspiro) ¿es lo que quieres?

Víctor: *mi hija habla con tal convicción que me enorgullece y no puedo más que ceder.* Sabes que no podemos negarte nada.

Victoria: *a pesar de que no están de acuerdo, veo el cariño en sus ojos y eso solo me hace estar más segura*. Claro que sí, debemos proteger a nuestra familia por encima de todo.

Cédric: esa es mi nieta. *Está demás decir que me llena de orgullo.*

Victoria: *ya ha llegado el momento de la ceremonia todos mis primos están nerviosos. uno por uno van pasando al centro de la habitación donde hay un gran pilar completamente transparente. cuándo lo tocan cambia de color, lo que refleja la habilidad que posee el que realiza la prueba. Los colores se adueñan del lugar como si fuese una gala solamente para ellos, se ilumina de un rojo intenso reflejando la habilidad del fuego, luego de un verde brillante símbolo del viento, así cada uno va obteniendo el despertar de su propio poder. Hasta que es mi turno, avanzo hacia el centro y al poner mi mano sobre esa superficie translúcida, cambia su forma. Ya no es sólida pareciera algo similar al mercurio, un metal líquido. No sé por qué pero me gana la curiosidad y lo atravieso por completo hasta llegar al centro.*