Faltan once minutos para la media noche, Alejandra con el teléfono en mano espera ansiosamente que pasen esos sesenta segundos que la separan del "Hola" de su confidente desconocido. Con él puede ser ella misma, sin la máscara de estoica que desde su infancia se colocó.
Franco está en su habitación, ya ha escrito su acostumbrado Hola y cuenta regresivamente los 25 segundos para pulsar enviar. Él es un ser sensible sin saberlo, su oculta pasión por las artes lo llevó a ella, a esa mujer de la que no conoce ni su nombre, ni su rostro, ni su edad, pero que lo sensibiliza al extremo de sentir sus caricias en el alma.
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Dieciocho
Melanie le sigue el juego a Julieta y toma asiento en la misma mesa con los cuatro, Alejandra entiende que esto fue algo preparado por su cuñada, no era lógico que si la cena era para cuatro personas estuvieran sentados en una mesa para más capacidad.
—Melanie ¿qué haces aquí?— pregunta Franco ofuscado.
—Vine a una pasarela y ya me ves— responde simple y mirando a la acompañante de él.
— Bueno, te presento a mi novia Alejandra— expresa tomando de la mano a su chica.
—Encantada, aunque esto es nuevo Franco Alcázar de novio— responde con una sonrisa de incredulidad extendiendo su mano para estrecharla.
Lo cierto es que Alejandra tiene razón, todo este encuentro fue preparado por Julieta para incomodar.
—Esto es sorprendente, la novia y la ex sentadas en la misma mesa, ¡Cuánto civismo!— exclama Julieta cuando ambas mujeres estrechan la mano, mientras la mirada de Henry es de completa burla, ante eso y con un semblante que no denota la más mínima emoción Alejandra responde.
—¿Has oído decir que lo que no fue en tu año no hace daño?— fue toda la respuesta de la chica, mientras secretamente Franco hierve de rabia y Melanie la mira con admiración.
Un par de minutos más tarde, Alejandra pide permiso para ir al tocador e inmediatamente Melanie se levanta asegurando que también necesita ir al servicio.
A medida que el par de féminas se alejan de la mesa, el comentario de Henry hace estallar a Franco.
—Hermano se te juntó el ganado.
—¿Tú preparaste esto verdad?— pregunta Franco rojo de la rabia a su hermana.
Mientras la discusión continúa en la mesa, en el baño Melanie llama la atención de Alejandra.
—Mira, yo si sabía que Franco estaría aquí porque Julieta me llamó para decirme, pero no sabía que está en un noviazgo— justifica a la vez que Alejandra se cruza de brazos.
—Y ¿qué quieres que haga con esa información?— indaga levantando una ceja.
—Bueno te voy a hablar claro, yo nunca fui novia de Franco, es más, es primera vez que sé que tiene una; si nos acostamos un par de veces y ya, yo no quiero una relación ni con él ni con nadie.— Alejandra cada vez entiende menos lo que la modelo frente a ella le trata de decir.
—Pero ¿a qué viene todo lo que me dices?— pregunta frunciendo el ceño tratando de entender.
—Mira, yo sé que soy una zorra y me encanta ser una zorra, porque así lo decidí, pero nunca me meto con un hombre casado ni comprometido— hace una pausa —yo sé lo que se siente con una traición, también sé que si él te presenta como su novia es porque eres la mujer que escogió para el resto de su vida.
—Vaya, me sorprende como hablas— dice verdaderamente asombrada.
—Lo que si te digo es que te cuides siempre de Julieta, no la dejes ganar— fue lo último que dijo y Alejandra quedó sola con más interrogantes que respuestas...
—Mi amor— rompe finalmente Franco el silencio en el que han estado desde que salieron del restaurante, en cuanto estaciona frente al edificio donde habita Alejandra.
—Shhhh— le calla ella colocándole sus dedos en los labios y después retirándolos para besarlo. —Todo está bien, no pasa nada —y continúan una larga sesión de besos que van escalando en intensidad.
—Quédate conmigo está noche— le dice en susurro, aún con los ojos cerrados después de estar perdido en sus labios.
—Déjame ver cómo está todo con mi mamá y te aviso, espérame aquí— le dice, baja rápidamente del vehículo y se pierde tras las puertas, mientras Franco ansioso tamborilea sus dedos en el volante.
Minutos después, Alejandra baja con una mochila, su portafolio y varios libros de texto.
— Vamos, pero no a tu departamento…
La tarjeta llave se desliza por la ranura del lector y la puerta de la suite se abre, la pareja entra y enseguida Alejandra es apresada contra la puerta por los fuertes brazos de su novio, mientras mutuamente atacan sus labios.
—Quiero darme un baño— dice la chica entre jadeos aún en los brazos de Franco.
—Voy a prepararlo— responde él y atraviesa la puerta de servicio, a la vez que Alejandra acomoda sus cosas.
El rubio toma la mano de su novia y la lleva hasta el baño, la tina está preparada y comienza a desvestirla a medida que deja besos y caricias por dónde pasan sus manos, ella en correspondencia también empieza a deshacerse de la ropa de él, deslizando suavemente los dedos por sus hombros, pecho, abdomen; aprendiéndose con el tacto cada detalle, cada pliegue.
Los cuerpos están encendidos dentro de la bañera, Franco le pasa sutilmente la esponja enjabonada por los hombros, brazos, espalda... Hace un recorrido a todas luces erótico por su cuerpo, una mano le masajea los pechos y la otra rueda bajando sutil y delicadamente hasta perderse en su intimidad, provocando sonoros gemidos en ella.
Voltea para quedar frente a él, la excitación le nubla los sentidos y de un solo movimiento Franco la levanta por su cintura y su falo se interna en el interior de ella. El vaivén de la danza amatoria hace que se derrame el agua en la que están inmersos, las manos de ambos siguen recorriéndose sin pudor, los gemidos se intensifican y los espasmos en el vientre bajo de Alejandra le anuncian que está cercana a llegar al éxtasis a la vez que él expulsa su simiente mientras tira su cabeza hacia atrás y se aprieta más fuerte a su mujer que también se ha liberado, para comenzar la noche.
felicidades a la autora
Felicidades! Gracias por compartir tu talento!
Dios te bendiga 🙏