Un Mafioso Posesivo

—¿Se llamaba Scarlett, cierto?, sí, Scarlett Müller, ya me acordé —Dijo con una gran sonrisa y yo abrí mis ojos como platos— Dijiste que ibas a jugar con ella, ya sabes a lo que me refiero —Dijo con una sonrisa coqueta— Pero lo hiciste hermano? —Agregó.

¿A caso ella dijo Scarlett?, ¿A caso él le hizo lo mismo a ella que me hicieron a mí?, Él... No, imposible, no, por favor no.

—¡¿Qué dijiste?!... ¡¡Repite lo que dijiste!!— Grité totalmente enojada y Elisa me agarró por el brazo, pero yo me solté y fui directamente hacia el maldito infeliz que se atrevió a ponerle una mano a Scarlett.

Lo agarré de la camisa bastante fuerte y él se paró de su asiento quedando unos centímetros más arriba que yo.

—¡¡¿Te atreviste a ponerle una mano a Scarlett maldito infeliz?, ¡¡te voy a matar hijo de puta!!— Sin pensarlo agarré un tenedor de la mesa y se lo clavé en el pecho, pero el maldito ni se inmutó, cosa que me puso aún más enojada, así que tome el cuchillo que había en la mesa, pero antes de poder hacer algo una mano me detuvo.

—¿A caso estás loca?— Dijo Kilian enojado, pero eso a mí me valió.

—¡¡Sueltame!!, ¡¿es que a caso no escuchaste lo que hizo?!... ¡No, claro que no!, se me olvidaba que tú me hiciste lo mismo!!, también se me olvidaba que tú eres un maldito mafioso sin corazón... Ninguno de ustedes vale nada —Los señale a todos— Son una bola de escorias, que bueno que sus padres no están aquí así no tienen que ver en la mierda que se han convertido!!!— Grite mientras sentía las lágrimas escurrir de mis ojos.

De un momento a otro sentí una fuerte bofetada que me hizo caer al piso y mire a Kilian con odio porque el fue quien me había pegado.

Solté una pequeña risa mientras más lágrimas bajaban por mis mejillas.

—¿Qué?, ¿a caso no te gusta escuchar la verdad Mansfeld?— Dije con burla a lo que él se agachó a mi altura y me tomó por el brazo bruscamente.

—Que no se te vuelva a ocurrir mencionar a mis padres, una escoria como tú no tiene ese tan grande privilegio —Espeto con asco— Y espero que sepas que este teatrico te va a costar muy caro —Agregó.

Vi como saco su teléfono del bolsillo y empezó a marcarle a alguien.

—📱Quiero que mandes a Vicent Müller al hospital y lo quiero para hoy, denle la paliza de su vida— Dijo sin apartar la mirada de mi para luego colgar.

—¿Qué? —Pregunté atónita— ¿De que hablas?, no por favor, ya me tienes a mí, ¿que no te basta conmigo?, deja a mi familia en paz con un demonio!!— Grité desesperada con las lágrimas cayendo, pero el solo me sonrió maliciosamente y luego me levanto del suelo, arrastrándome con dirección a lo que creo que es el sótano.

Intenté zafarme, pero fue absurdo, por lo que como pude me quite los tacones y le di en la espalda tan fuerte como pude logrando así que él me soltara, ahora es cuando agradezco haber tenido esos incómodos zapatos.

Aproveché esa oportunidad y corrí hacia la puerta principal sin detenerme a mirar atrás, abrí la puerta y nuevamente empecé a correr. En estos momentos le doy gracias a Dios por la fuerte lluvia que esta cayendo porque gracias a eso los guardias no estan por ningún lado.

Llegué al portón de la mansión y no tenía como abrirlo, por lo que la desesperación se estaba apoderando de mí nuevamente.

Miré hacia atrás y pude ver a Kilian a lo lejos parado en la puerta mirándome con ganas de matarme, pero luego empezó a mover sus labios como si estuviera diciendo algo y para mi mala suerte pude entender lo que dijo.

"De esta no escaparás Müller"

Si voy a morir, prefiero intentarlo todo antes de no hacer nada.

Miré de nuevo el gran portón que tenía enfrente de mí y luego lo volví a mirar a él, parece que supo lo que iba a hacer porque abrió sus ojos ligeramente y negó con la cabeza, pero a mí no me importó, él y toda su familia pueden irse a la mierda.

Empecé a trepar el portón como pude hasta que estuve del otro lado, en el transcurso solo me hice una pequeña cortada en el hombro con una de las púas, pero no fue nada grave.

Estaba por irme, pero cuando miré hacia atrás donde él se encontraba no lo vi por ningún lado, eso no me gustó así que rápidamente corrí hacia el inmenso bosque que había al otro lado de la calle sin importarme nada.

No sé por cuanto tiempo he estado corriendo, creo que por una hora, no lo sé, lo único que tengo claro es que me estoy muriendo del cansancio, antes no había pensado en eso, pero ahora me está pasando factura, siento que ya no puedo más.

Estaba a punto de tirarme al suelo ya exhausta, cuando por fin vi el final del enorme bosque al que me había adentrado, caminé unos pasos más y cuando ya estaba al frente de la carretera me recosté en un árbol que tenía al lado.

No pasó ni un segundo cuando escuché el crujido de una rama romperse atrás de mí y sin poder evitarlo el miedo se apoderó de mí, rápidamente volteé mi mirada, pero no había nadie, por lo que solté un gran suspiro de alivio, por un momento pensé que él estaba ahí.

Caminé unos pasos mientras al mismo tiempo giraba mi cabeza de nuevo hacía el frente, pero me tope con algo sumamente duro, mire hacia arriba pensando que había chocado contra un árbol, pero al ver la realidad mis ojos se engrandecieron hasta más no poder.

—Kilian— Fue lo único que pude pronunciar porque me habia quedado en shock... Cuando vine a salir de mi trance quise intentar escapar, pero él no me dejó.

—¿Creíste que ibas a poder escapar?, grábate esto ahí —Señalo con su dedo mi cabeza— Nadie, absolutamente nadie escapa de mí Müller —Dijo enojado agarrándome del brazo y arrastrándome a no sé dónde.

Ni bien pasaron 10 minutos cuando de repente el agua empezó a caer aún más fuerte que hace unos momentos, por lo que nos impedía incluso ver bien

—¡Por aquí cerca no hay ninguna cabaña donde podamos resguardarnos de la lluvia?!— Le grité para que me escuchara bien, ya que el agua lo impedía.

—¡¡Cállate!!— Gritó con enojo.

No dije nada más porque se que no es el momento de pelear, solo quisiera poder escaparme de él, pero su agarre es muy fuerte.

Luego de caminar por una media hora encontramos una casa bastante pequeña, al parecer no había nadie porque estaba todo apagado.

Entramos a la casa la cual no tenía seguro y buscamos algo con que alumbrar, pero solo encontramos una pequeña lampara que por suerte Kilian logró encender, después de eso nos dirigimos al cuarto, dónde gracias a Dios habían sábanas.

—Ve y quítate la ropa mojada en el pequeño baño de allá— Dijo Kilian señalando lo que en efecto parecía un baño.

Yo no dije nada, fui al baño y me quité toda la ropa, pero al estar desnuda me di cuenta que no tenia nada seco para ponerme.

—¿Qué me voy a poner?, ni modo que duerma desnuda al lado de ese infeliz— Solté un suspiro de frustración para después volver a ponerme el vestido de sirvienta e ir hasta donde él.

—No tengo que ponerme, no quiero dormir desnuda— Dije con ligera vergüenza.

—Ya te he visto desnuda —Dijo mientras rodaba los ojos y lo miré con rabia— ¿Que quieres que haga, que te haga aparecer una muda de ropa?, ¿a caso crees que soy mago?, mejor ponte a buscar ropa o que se yo, no me importa, pero hazlo rápido porque también quiero quitarme está ropa —Agregó con fastidio.

Me di la vuelta con fastidio y empecé a buscar alguna ropa para ponerme, pero revisé todo el lugar como tres veces y lo único que pude encontrar fue una braga en unas gavetas, la cual por cosas del destino era nueva porque tenía su etiqueta y todo, así que volví al baño y me puse la braga, luego salí del baño, pero con el traje de sirvienta cubriéndome.

—Ya puedes entrar— Le dije y él me miró de arriba abajo para luego pararse e irse al baño.

Yo aproveché que él se fue y rápidamente me entre a la cama tirando el vestido lejos, aunque claro, no sin antes limpiar bien la cama.

Luego de un rato él salió solamente con un bóxer mientras que su ropa mojada la puso en una mesita que había, junto con su móvil y su ¿pistola?... Joder.

—¿Quién te dijo que ibas a dormir en la cama?, allí hay un mueble— Dijo serio señalando un mueble que había a unos pasos de la cama.

—¿Qué?, ¿a caso es una broma?— Dije con dificultad.

—¿A caso me ves cara de payaso? —Dijo enarcando una ceja... Y no, en definitiva no es un payado, más bien es un gánster asesino— Ahora, te doy tres malditos segundos para que te pares de la cama o si no me vas a conocer y créeme que no querrás hacerlo— Dijo con la voz bastante gruesa e hizo que sintiera miedo.

《Tamara que no se te olvide que este hombre es un maldito mafioso, con un chasquido puede acabar contigo》. Me recriminé mentalmente.

Iba a levantarme de la cama para irme al mueble, pero me acordé de que mi traje lo había tirado lejos por lo que tome una de las sábanas y me la enrollé en el cuerpo para luego caminar hasta el mueble, despolvarlo y después tirarme en el aún envuelta en la sabana.

Después de un rato mi cuerpo inició a temblar ligeramente, la sábana que tenía dejaba pasar el frío casi igualito y tal parece que él se dio cuenta de eso.

—¿A caso tienes frío?— Preguntó neutro.

—Dudo que eso te interese, si fuera por ti estuviera tres metros bajo tierra o me equivoco?— Le dije sin pensar.

—Tienes razón, si fuera por mí yo mismo te hubiera matado hace tiempo —Contestó y sentí un escalofrío correr por mi cuerpo al tan solo imaginar eso— Lástima que no es el momento, pero créeme que llegará —Agregó.

No dije nada más por miedo y me concentré en tratar de dormir.

Empecé a abrir mis ojos con pesadez por toda la luz del sol que entraba por una ventana que había en la habitación.

Me senté en el mueble recorriendo todo el lugar con mi mirada, pero en todo ese recorrido no lo vi a él por ningún lado, me paré del mueble aun envuelta en la sabana y caminé hacia el vestido de sirvienta, lo agarré y me dirigí al baño donde me lo puse.

Salí del cuarto y al salir lo vi recargado en la puerta.

—Por fin te dio la gana de despertar— Respondió irritado sin siquiera darse la vuelta.

¿Qué horas deben de ser?, ¿es tan tarde?, pero parecen que son las 8 de la mañana, además no es mi culpa tener el sueño pesado.

Su móvil empezó a sonar y él se dio la vuelta y camino hacia fuera, yo no lo seguí y solo vi como él se alejaba... De pronto me entraron unas ganas inmensas de escapar, pero sé que sería inútil, lo único que me queda es resignarme.

Pasaron unos 3 minutos cuando lo vi caminar hacia mí, pude notar como su rostro reflejaba irá.

—¡Nos vamos!, ¡ahora!— Grito mientras me tomaba del brazo fuertemente y me arrastraba fuera de la pequeña casa.

No puse objeción alguna, sería inútil si lo hiciera y más cuando este hombre está así de enojado, no vaya a ser y quiera descargar su ira conmigo.