Rompí sueños e ilusiones por miedo al tiempo...¡tomé malas decisiones y terminé llorando lágrimas de sangre al reconocer la magnitud de lo que perdí!
Pero la buena providencia me da una nueva oportunidad.... ¿Podré curar su lastimado corazón, y formar la familia que desde antes debí haber iniciado con ella?
¡Los invito a leer mi historia!
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CAPÍTULO XVIII INSOPECHADA NOTICIA
Richard escuchaba atento cada palabra, más no lograba procesar lo que Miranda le estaba diciendo, solo estaba allí sentado, mirando fijamente la imagen de ese chico que desde la fotografía le sonreía feliz… su hijo, que de paso era idéntico a él, le parecía que la imagen que observaba era un retrato suyo en su época preadolescente.
Un hijo… era cierto, Miranda le había dado aquello que en el pasado tanto anhelo y no había conseguido tener, hasta había perdido la ilusión de regocijarse con algo tan especial como era ser padre… y ese hijo se lo dio fue aquella a la que él sin miramientos dejó atrás por solo pensar en él, en cumplir lo que ahora ella era quien se lo estaba dando.
Miranda lo observaba mientras le hablaba para prestar atención a su reacción, pues su mayor temor siempre ha sido que le rechacen a su hijo…
. – Miranda, él es… - Murmuro mirándola, quiso decir “MI HIJO” pero no pudo continuar con la pregunta que le quiso formular, solo para que se lo confirmara, pues era evidente que si lo era… sus ojos estaban nublados por las
lágrimas y sus manos temblaban, Richard estaba siendo invadido por una gran agitación provocada por la increíble felicidad que le estaba ocasionando esta insospechada noticia que ya había perdido la esperanza de escuchar.
. – Sí, se llama Jonathan y es nuestro hijo… - Le respondió Miranda con dulzura en la voz esta vez, cosa que sucedía cuando se refería a su hombrecito - !Puedes quedartela! - le ofrecio la fotografia al ver lo embelezado que estaba con ella.
Su tono y las palabras fueron las que lograron que él retirara la vista del retrato para mirar a la mujer que, además, en este presente todavía le deba otra gran lección… ¡asintió mirándola ahora más que nunca con gran devoción!
. – Un hijo… Miranda tú me diste un hijo… - Afirmó con nostalgia a pesar de que estaba feliz por semejante noticia, eso quería decir que ella estaba embarazada cuando la dejé, pensó avergonzado de su mala decisión – ¿Aquel día cuando me fui, ya sabias que estabas embarazada? – Ella asintió - ¿Po qué no me lo dijiste?
Miranda lo miró con reproche, pensando en lo cínico que era al preguntarle preciso eso…
. – Es irónico que lo preguntes cuando no me diste ninguna opción para hablar…
El asintió otra vez, porque recordó que ciertamente ella no tuvo ninguna oportunidad, pues él ya había sentenciado lo que haría y simplemente se la fue a expresar sin importarle lo que ella tuviera que decir al respecto…
. - ¿Por eso fuiste a la boda? – insistió en indagar, porque pensándolo bien, ante la amargura que le causo ella pudo haber tomado una decisión diferente, pero claro, ella era Miranda, un chiquilla integra y noble que jamás atentaría contra nadie y menos un ser indefenso que además de todo era su hijo, aunque su padre fuera un cretino…
Ella lo miró sorprendida de que recordara ese episodio que ahora la avergonzaba.
. – ¡No! – negó con firmeza – Y por favor, no desviemos el tema, ¡eso ya no es relevante!
Le exigió molesta de que él trajera ese tema a colación…
. - ¡Lo es para mí! – le dijo él levantándose, acercándose a ella, que se había parado cerca de la ventana y miraba al horizonte porque la pregunta de Richard la logró perturbar, y él estaba negado a dejar el tema atrás, quería saber… – ¿Por qué fuiste Miranda?
Ella tragó seco y evitó mirarlo, todavía le dolía esa herida… no quería hablar de eso, pero sabiendo lo terco y egoísta que era, y que iba a seguir insistiendo, decidió responderle con honestidad.
. - … Fui… - Balbuceó, carraspeó y continuo - Quería convencerme de que no volverías… - Fue imposible no revivir aquel duro, triste y traumático momento, lo que provocó que por ambos lados sus ojos se nublaran… después de un momento el volvió a hablar.
. - ¿Y lo hiciste? – Preguntó queriendo saber si le había costado o no olvidarlo, sabía que estaba siendo egoísta nuevamente…
. – Por supuesto, tu felicidad me contagió – Respondió Miranda con sarcasmo mordaz, para ocultar la rabia y el malestar padecido, pero aun así Richard pudo percibirlo.
. – Miranda… - Le susurró con el dolor y la culpa que ha cargado desde entonces, y por la sátira en su vos.
Ella al escucharlo reaccionó, se volvió a tragar su dolor y se colocó la máscara de mujer imperturbable, pues lo menos que quería ahora era su lástima... – En fin… – Le dijo con indiferencia – Como te dije, eso ya es totalmente irrelevante, ahora el tema de conversación que importa, es nuestro hijo…
Él la miró con tristeza, quería disculparse por haber sido tan desafortunado en la decisión que tomó y dejarla con semejante carga de dolor y de paso embarazada, además de agradecerle por mantener su estado y estar regalándole ahora la mayor dicha de su vida, sin embargo, decidió esperar porque ella se notaba bastante inquieta. Y él también, aunque cada vez que la escuchaba decir nuestro hijo, sentía un regocijo muy grande, a pesar de todo el dolor, había algo muy hermoso que los unía, su hijo… además de saberse padre y querer saber todo al respecto, había algo más que le llamaba la atención…
. – Miranda – Ella lo miró - ¿Por qué decidiste decirme de Jonathan?
Quería saberlo porque a pesar de todo, sentía el rencor en ella, y en ese caso, otra persona no hubiese tomado esa decisión… quería saber cuál era la razón de ella. Sin embargo, Miranda mal interpretó sus palabras y se puso alerta…
. - ¿Preferías no saberlo? – Preguntó con angustia por su hijo, y pensó que tal vez esta noticia para Richard no representaba una alegría como quiso suponer, sino un inconveniente en su matrimonio…
. – No, no he dicho eso, por favor no me malinterpretes, me encanta esta maravillosa noticia que me has dado Miranda, no tienes idea de cuanto… ¡Solo quiero saber! ¿por qué no lo supe antes?
. – Porque es el derecho de Jonathan y así él lo decidió… - le dijo
. – ¿Él sabe de mí? ¿Y quiere conocerme? – ella asintió y la felicidad de Richard iba en aumento, pero sintió algo de recelo en ella - Y tú no estás de acuerdo…
. – No te lo estaría diciendo si así fuera…
. – ¿Quiero decir, me lo habrías dicho si el niño no estuviera de acuerdo? – Ella se quedó pensando por un momento, porque aunque era el padre, ella llegó a pensar que no tenia derecho a saberlo, pues él los había abandonado…
. – Probablemente no – le contesto con sinceridad, porque era cierto, si de ella dependiera tal vez él no sabría que tenía un hijo…
. – Entiendo – Dijo resignado, entendía su rencor - Miranda, si mi hijo me quiere conocer llévame con él
. – Primero que nada, es nuestro hijo, y sí es cierto, él sabe de ti, incluso quien eres, aunque en este momento no se imagina que estás conmigo… sin embargo, debo hablar con él antes y prepáralo para que sepas que apareciste…
. – ¿Aparecí? No entiendo… - Se interrogó ¿Sabe quién soy y esperaba que apareciera? - ¿Él me ha estado esperando?
. – No esperaba eso específicamente, ha estado esperando que en algún momento te cruzaras en su camino… ¡No tenías razón para regresar si no sabias de él!
Richard volvió a notar el rencor en la voz de Miranda, si tuve razón para regresar, quiso expresárselo… y lo hice, pero me equivoqué nuevamente e hice suposiciones errada de tu estado y me fui… otra vez sin escuchar. Se volvió a tragar esas palabras que no pudo decir, pues sabia que no harían ninguna diferencia en ella.
. – Entiendo, y lo lamento mucho…
. – No tienes por qué… Está claro que no lo sabias.
. – Claro – Estuvo de acuerdo con ella - ¿Cuándo puedo conocerlo?
. – Hablaré con él al llegar a casa y te haré saber su decisión, si estás de acuerdo…
. – Por supuesto, lo que él decida, estaré atento – Richard que se imaginaba el emotivo momento para él y para su familia - Ya quiero llevarlo a casa…
Esas ultimas palabras alertaron los sentidos y el instinto de madre protectora de Miranda…
. – Una cosa Richard… – le señaló con seriedad - Por ningún motivo deseo causar inconvenientes en tu matrimonio, pero tampoco espero ningún desaire de parte de tu familia para con mi hijo… ¡Si eso ocurriera te prometo que jamás lo volverás a ver!
. – No lo habrá, aparte de que no lo permitiría Miranda – Le contestó con seguridad Richard, lo que la tranquilizó un poco - Además no hay otra familia que mis padres y hermanos… - Ella lo miró con extrañeza - ¡Jonathan es mi único hijo!
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