Mi Novio Es Un Fantasma

Pero Fausto no la ha abandonado, solo necesita saber que traman el par de mujeres, se ha quedado junto a Amelia, tiene que estar pendiente de los movimientos de ella y Maritza, sabe que Angélica está a salvo y eso le da tranquilidad.

Amelia regresa al bosque, quizá Angélica se esconde en la cabaña al otro lado del río, se encamina hacia allá, pero se encuentra con que todo está revuelto, Maritza estuvo buscando sus cosas ahí, decide regresar y se encuentra con una desagradable sorpresa.

Fausto aprovechando que Amelia no está y toma una de las prendas de angélica va al bosque y la unto con algo de sangre de un animal que encontró cerca y lo deja a unos metros del paso al otro lado del río. Amelia que ya está de regreso a la casa, se encuentra con el rastro, se lamenta por lo sucedido, pero ahora es el momento de brillar para ella, sin Angélica de por medio con la ayuda de Maritza podría obtener un poco de magia.

Fausto es astuto, debe esperar hasta confirmar que ambas mujeres estén convencidas de que Angélica ha muerto, antes de regresar al castillo.

Maritza: cuéntame, ya encontraste a algo, los libros, el medallon, los anillos o algo que me pueda ayudar o quizá encontraste a tu sobrina.

Amelia: solo encontré la ropa ensangrentada de angélica en el bosque, algún oso debió deborarla.

Maritza: eres una estúpida, como fuiste a atacarla sin antes asegurar mis cosas, eso fue lo que te encomende, matarla después de tener mis cosas en tu poder.

Amelia: pero yo estaba segura que las tenía en su cuarto es más, antes de llevar el medallon a donde el viejo mago, ella me lo entregó para que yo lo guardará, hasta que lo lleve y él lo conjuro para ser usado por ella estuvo en mi poder por unos días, después ella lo empezó a usar y justo el día que te conocí yo le había dado la orden de dejarlo en su habitación, desde ese día no volvió a usarlo.

Maritza: ¿qué tu le llevaste mi medallon al maldito viejo mago? Agradece que no tengo magia o te destruiria en este momento, el medallon ya no me protege a mi, la protege a ella y si ella murió el medallon se destruyó y con el lo que tuviera junto a él, eso quiere decir que en este momento he perdido la oportunidad de recuperar mi poder. 

Amelia:pero aún tienes el poder suficiente para hacerme bella y poderosa.

Maritza: no, en este momento ese poder lo tendría tu sobrina, si no la hubiera atacado, para que ella saliera corriendo hacia el bosque, se encontró con algún osos hambriento y mira, quizá su fantasma te atormente de ahora en adelante. Mejor largate quiero estar sola 

Amelia: puedo quedarme contigo, no quiero volver a esa casa, destruí todo mientras buscaba la bolsa con tus cosas.

Maritza: no te quiero cerca de mi, mejor vuelve a tu casa y recoge el desorden, quizá encuentres algo que me sirva, para hacerte hermosa y poderosa, pero no vuelvas hasta encontrar algo, de lo contrario haré tu vida mucho más miserable de lo que es en este momento.

- Amelia salió de la casa de Maritza y tomo el camino a su casa, al llegar se dio cuenta que los cable de la electricidad estaban arrancados de las paredes, tomó la única lámpara que quedaba ya que todas las demás estaban quebradas en el piso y fue caminando con mucho cuidado para no caerse hasta la cocina a tientas busco un agujero en la pared y sacó una caja de Cerrillos prendió la lámpara , y se dirigió hasta su cuarto, trataría de dormir.

Un viento helado entraba por la ventana, la lluvia que se anuncia es bastante fuerte, Amelia se levantó de su cama, fue a todos los cuartos, aseguró las ventanas, sacó un par de cobijas extras y se tapó de los pies a la cabeza, los truenos alumbran muy cerca de la ventana y no demoraron en impactar el tanque recolector de agua, haciendo que la gran ola que se creó arrase con el cultivo listo para ser cosechado, justo en ese momento una ráfaga de viento apago su lámpara y alguien se paro a su lado.

¿Qué hiciste con Angelica?

Esa voz la hizo estremecer, metió su cabeza bajo la almohada y cerró sus ojos hasta que logró dormirse, cuando despertó vio la ventana abierta y con algo de barro habían escrito:

"Mataste a Angélica"

Estaba escrito muchas veces, en todos los vidrios de la casa y en las paredes recién pintadas. Cuando miro al bosque varios árboles se habían caído y la huerta estaba totalmente destruida, el río estaba tan crecido y que se escucha muy cerca de la casa. 

Salio de la habitación y mientras iba bajando, empezó a recoger el desorden, al llegar al primer piso vio las puertas y las ventanas abiertas y el mismo mensaje. 

"Mataste a Angélica"

Amelia empezó a limpiar el desorden, al final del día ya había recogido la sala y la cocina, nada de lo que Angélica había llevado servía ella destruyó todo. Debió usar algo de leña para cocinar algunos de los embutidos que compró Angélica, escogió usar una de las ollas viejas, no quería dañar las nuevas al ponerlas directamente al fuego. 

Necesitaba preparar algo de tomar, pero la poca agua que queda en los baldes está llena de basura, tendría que ir hasta el río a recoger agua. Ahora la tubería estaba totalmente dañada, desde el inicio de las conexiones, tal vez por los rayos que cayeron en la noche. 

La situación le permite a Fausto regresar al castillo, al ver que Amelia esta lo suficientemente resignada a volver a su vida de soledad, como para no atreverse a buscar nuevamente a Maritza. 

Maritza entiende que no tiene nada que hacer en el pueblo, no podría recuperar sus poderes, no tenía nada en ese lugar donde había sido nuevamente derrotada, ahora está decidida a ir por un pez más grande, su meta conquistar a un príncipe árabe que conoció hace poco tiempo, ya tenía todo listo para salir del pueblo, según ella para nunca regresar. 

Con las cosas en orden y sin peligro de riesgo Fausto se dirige al castillo, al ingresar se encuentra con que todo esta reluciente, bueno todo excepto Angélica, que tenía las manos y la cara muy sucias, llevaba varios días dejando todo impecable y cada noche estaba igual de mugrosa, pero sentía satisfacción al ver los resultados. 

Ella lo sintió aún sin llevar el anillo puesto y él con su voz le alegro el día. Cuando estuvo cerca ella puso su mano en su mejilla y él relajo su cara. 

Angélica: ¿Dónde has estado? me sentí muy sola en este enorme lugar. 

Fausto: aquí estoy de nuevo, solo debía asegurarme que no corriera peligro. 

Angélica: ¿y qué ha pasado?

Fausto: tu tía retrocedió en el tiempo. 

Angélica: ¿Maritza uso su magia? 

Fausto: Maritza ya no tiene magia y eso no fue necesario, para que Amelia en un día destruyera todo lo que lograste. 

Angélica: ¿cómo así? Explicame. 

Fausto: tu tía destruyó la casa buscando las cosas de Maritza, acabo con todo, incluyendo las cosas de la cocina. 

Angélica: ¿y ahora como está? 

Fausto: la última vez que la vi cargando agua del río. 

Angélica: ¿Y lo que dejé para que el agua llegara a la casa? 

Fausto: anoche varios rayos dañaron todo incluyendo el tanque y el agua que salió de él con mucha fuerza, daño la huerta, algunos árboles se cayeron y dañaron el tanque de la orilla del río y esta mañana el río amaneció muy crecido y en la casa la poca agua que había recogida estaba con el mugre de lo que tu tía daño. 

Angélica: ¿y Maritza? 

Fausto: emprendio su camino hacia la conquista de un príncipe árabe. Espero que logre quedarse por allá un buen tiempo. 

🗨️ Angélica esta feliz de estar de nuevo con Fausto, pero le preocupa su tía, no puede dejar de pensar en ella pasará mucho trabajo para volver a organizar todo y se le hará difícil regresar a lo mismo de antes, pero Fausto intentando animarla llega con una rosa púrpura y se la entrega en sus manos. 

Fausto: Tú no te cansas, vi que limpiaste desde el área de empleados y además cerraste el paso por el camino, limpiaste el primer nivel y casi todo el segundo nivel, puliste las escaleras y las puertas, es mucho trabajo para una sola persona. 

Angélica: no tenía nada más que hacer, además debí estar ocupada para no extrañarte. 

Fausto: me alegra saber que me extrañas, tu cariño me da fuerzas.

🗨️ Cada muestra de cariño que fausto recibía de angélica, le inyectaba fuerza a su espíritu, ya era visible casi totalmente sin que necesidad del anillo, pero ninguno de los dos se ha dado cuenta, aún les espera un largo camino por recorrer.