Me Convertí En El Príncipe Heredero

Me encontraba en mi habitación, revisando los últimos informes de impuestos de Lord Fullress, no le ha ido mal con las plantaciones de rosas, es más, ha tenido mucho éxito. Ahora muchas personas han decidido vivir ahí. De un pueblo abandonado, a un pueblo alegre, es gratificante y aún más, ha habido rumores de que dejó las apuestas en el olvido.

Si aceptó la segunda oportunidad, me alegro.

También leí los informes sobre el nuevo Hospital. Muchas personas se han salvado debido a que en ese punto, no se encontraba ningún hospital y el más cercano estaba a dos montañas. Ese punto del Este es estratégico, quizá deberíamos construir otro al Sur.

En ese momento, alguien tocó la puerta, logré deducir que no era Noah, ya que nunca toca la puerta.

Y en parte porque yo le enseñé eso.

— Adelante.

Quien apareció frente a mi, era Richi, quien llevaba una cesta en sus brazos.

— ¡Hermano Lanci!.

— ¡Richi! Siempre serás bienvenido, sientate, ponte cómodo.

Richi había entrado algo tímido pero al ver que le daba la bienvenida, entró corriendo hasta sentarse. Le tengo que demostrar que su presencia no es ninguna molestia.

— Dime, ¿Que puedo hacer por ti?. —Pregunté.

— Verás .. quisiera llevarle un regalo a mi mamá pero aún no se me permite salir sin tener un guardia, así que quería que me ayudaras a entregarle esto. —Me dejó la cesta sobre el escritorio.— Son algunos postres, también unos libros y unas cobijas.

— No hay problema, esta tarde tendré que salir, le diré al cochero que se detenga en el mercado para entregárselo.

— ¡Muchas gracias! ¡Eres el mejor hermano del mundo!.

Ah, la gloria, este sentimiento de felicidad no se compara con el dinero. Estoy feliz de tener a Richi como hermano, incluso si tuviera sus motivos para asesinarme en la novela, me alegra que en esta vida puedas vivir con el corazón tranquilo.

— Que te vaya muy bien, hermano.

— Igualmente para ti, si alguien te molesta, no olvides decírmelo.

— ¡Claro!.

Cuando Richi salió de la habitación, continué escribiendo en lo que esperaba a Noah. Después de unos minutos, cuando llegó, le indiqué que guardara la cesta en el carruaje, Noah ni siquiera pregunta lo que hay dentro o que es, solo se dedica a asentir.

— Por cierto, joven Lancelot, Lady Angelica se encuentra afuera.

— Bien, dile que iré enseguida.

— De hecho .. pidió entrar aquí.

Suspiré, eso es nuevo, generalmente comemos juntos pero visitarme otro lugar que no sea el jardín, es extraño. Le hice un gesto a Noah para permitirle entrar, yo por otro lado, me levanté de mi asiento y me senté en el sofá. Espero que no diga nada extraño.

— Lance, amor ..

Una mujer con un pronunciado escote, entró. Creo que la imagen de la niña mimada quedó atrás. Estaba muy provocativa pero no me iba a dejar seducir, además .. mi corazón ya le pertenece a mi angel.

— Saludos Angelica, que el sol ..

Fui interrumpido cuando se sentó sobre mi. Sus brazos pasaron alrededor de mi cuello pero yo, me quedé quieto. Incluso movió sus piernas para mostrarlas un poco más.

— Esa no es la etiqueta, Angelica. —Murmuré.

— ¿Por qué debo usar la etiqueta con mi prometido? De todas formas, nos vamos a casar, solo me estoy adelantando.

No puedo actuar como quiero aún, no hasta que tenga el título. Una vez que lo tenga, puedo dar por terminado el compromiso, tengo que hacer un esfuerzo por soportarlo aún.

Sin embargo, cuando iba a hablar, Angelica tomó mi mano y sabía de inmediato que iba a colocarla sobre su pecho, por lo que retiré la mano antes de que lo hiciera.

— Espera, espera..

Como no podía echarla, la tomé en mis brazos hasta levantarme del sofá. Luego me giré y la acosté ahí mismo.

Después me alejé, intentando abrir un poco mi corbata por el calor que estaba sintiendo pero tenía que ser claro en algo.

— Angelica sé muy bien que amenazas a las otras señoritas porque se acercan a mi. —Me quité los guantes y los dejé sobre el escritorio.

— ¿Yo? ¿Amenazarlas? Son rumores, no creas todo lo que dicen.

Me giré a mirarla, con una expresión completamente molesta, porque lo sé desde hace cinco años y el caso más reciente, fue que amenazó a la hija de Lady Mercedes, solamente porque estaba tomando medidas de mis brazos.

— Solo fue .. unas cuantas palabras. —Volvió a decir Angelica, quedándose sentada en el sofá.

— No lo hagas, me molesta.

— Lo que ordene mi cariñito. —Juntó sus manos, en un mal intento de parecer tierna.

De pronto, una sirvienta entró a la habitación y comenzó a cambiar las cortinas, siempre que sucedía, lo ignoraba, de todas formas, es alguien que estaba haciendo su trabajo.

— Lo estoy diciendo muy enserio, Angelica, no quiero enterarme que lo hagas otra vez.

— Pero ..

— Sin peros, por favor, nadie quiere caminar por las calles sintiendo miedo.

Hubo un silencio por parte de ella, por lo que, regresé a mi asiento, con la idea de continuar con el trabajo pero me detuve en el momento en que escuché un grito. Cuando volteé la vista, era Angelica, quien tenía a la sirvienta, arrastrándola por el cabello.

— ¡Todo esto es su culpa! ¡Si Lance no tuviera pobres mujeres trabajando para él, ya estaría conmigo!.

— ¡Angelica, sueltala!. —Grité.— Ella no tiene nada que ver con esto.

— ¡AMAME!. —Replicó.— ¡Amame como yo te amo!.

Tu .. tu no me amas, tú solo deseas tener el título de Reina, si te dijera que planeo renunciar en unos años, ¿Seguirías amándome?. Planeaste la muerte de Lance porque sabías que no era muy inteligente, sabías que lo iban a asesinar porque no era apto para el puesto, fuiste cómplice de su muerte porque de todas formas, saldrías victoriosa con el título.

Nunca amaste, sea Lance o Richi, te ibas a quedar con quien te dé el título de Reina. Porque esa idea te fue enseñada desde que eras niña y me siento mal que el origen del problema sea tu familia.

— Eres bonita. —Dije.— Pero retírate ahora, Angelica.

— Lance ..

— Angelica, retírate.

Angelica, quien parecía entrar en pánico, salió de la habitación y yo, me acerqué a la sirvienta que estaba aún en el suelo, llorando.

— Lo lamento mucho, ¿Estas bien?. —Pregunté.

Ella asintió, aún tenía miedo, tanto que no quería responderme. Sé que las acciones de ella estaban mal pero aún deseo que encuentre la felicidad, una donde no esté escrita en un papel. Ayudé a la sirvienta a levantarse pero seguía sintiéndome culpable.

— Mira .. —Le mostré un caramelo a la chica y ella lo observó.

Luego, moví mis manos para hacer desaparecer el caramelo como por arte de magia y cuando se sorprendió por mi acto, saqué el caramelo detrás de su oreja. Ella, estaba tan sorprendida que ahora se rió.

— Me alegro que estés mejor. —Le entregué el caramelo.— Tomate una semana de descanso, disfruta estos días con tu familia.

— Muchas gracias ..

Le sonreí. Al menos estaba mejor, ahora tengo que terminar el resto de papeleo, solo me quedan unas horas.